Ha empezado la rebeld¨ªa en Catalu?a
Los funcionarios (David) se enfrentan a la Mesa (Goliat) secesionista en apoyo de la legalidad democr¨¢tica
Ayer ech¨® a andar una rebeld¨ªa de nuevo cu?o en Catalu?a. No es la de la ya viejuna insubordinaci¨®n?contra el Estatut y la Constituci¨®n.
Es la de signo contrario. Es la resistencia civil que rechaza la ilegalidad, la burla de las instituciones democr¨¢ticas, el ninguneo a las minor¨ªas, el supremacismo nacionalista que ¡ªhable la lengua que hable¡ª desprecia cuanto ignora.
Es la primera manifestaci¨®n seria de que cuando los gobernantes desobedecen al ordenamiento por el cual fueron elegidos ¡ªy que deben defender¡ª, desatan, en cascada, la ingobernabilidad. Al menoscabar su propia legitimidad, carecen de acreditaci¨®n moral para exigir a los dem¨¢s que respeten su autoridad. Porque la han dilapidado previamente. ?Qui¨¦n obedece a un desobediente?
Esta resistencia empez¨® a prender en el aparato funcionarial, quedamente, entre las paredes del propio Parlament. El escueto y contundente escrito dirigido ayer a la Mesa por el letrado mayor, Antoni Bayona, y por el secretario general de la casa, Xavier Muro, advirtiendo a los honorables contra las inminentes leyes de ruptura ¡ªrefer¨¦ndum y transitoriedad¡ª, es de los que marcan ¨¦poca.
Aunque antes ya hab¨ªan prodigado sus avisos contra tropel¨ªas antijur¨ªdicas conexas, esta vez era el d¨ªa D de la desobediencia supuestamente heroica. El aviso se vehiculaba adem¨¢s en tono inapelable: ¡°Tienen el deber de impedir o paralizar¡± la tramitaci¨®n de normas ilegales, una obligaci¨®n cuyo incumplimiento les har¨ªa sujetos de ¡®responsabilidades¡±.
Para mayor relevancia, proced¨ªa del ¨¢mbito intramuros, ni de Madrid, ni del Gobierno, ni de ning¨²n tribunal, lo que escuece m¨¢s. Y conclu¨ªa en desacreditar el procedimiento reglamentario utilizado... por antirreglamentario: porque el uso (tildado de superurgente), del art¨ªculo 81.3 es de ¡°caracter¨ªsticas parecidas¡± al ya ilegalizado nuevo 135 (lectura ¨²nica sin enmiendas). Es, as¨ª, abusivo.
La mayor¨ªa secesionista de la Mesa/Goliat menospreci¨® a ambos funcionarios/David, sugiriendo que solo persegu¨ªan blindar sus personas ante las previsibles sanciones judiciales por los delitos en cocci¨®n. Una acusaci¨®n que retrata la zafiedad moral de Goliat. Y en el peor de los casos... el encomiable amor de David a la vida normal.
Lleg¨® pronto el segundo acto de dignidad. Muro se neg¨® a publicar por su mano en el diario oficial la proposici¨®n levantisca. Debi¨® hacerlo un diputado adl¨¢tere de la presidenta Carme Forcadell, por orden de esta. Algo inhabitual, una gesti¨®n irregular, hosca a los usos del Parlament convertidos en norma.
Tercer acto de rebeld¨ªa: los diputados de la oposici¨®n salieron en tromba ¡ªcon acentos y modos varios¡ª clamando que esto s¨ª va de democracia, no solo de urnas, y volteando as¨ª la ret¨®rica oficial. De democracia, pues les recortaban los derechos con los que defender a sus electores.
Y se les somet¨ªa a un estado de excepci¨®n en su instrumental de trabajo: lapso rid¨ªculo de tiempo para redactar enmiendas; infantil prohibici¨®n de las de totalidad; imposibilidad de reclamar comparecencias de expertos como en los (anulados) tr¨¢mites de ponencia o comisi¨®n; veto a solicitar dictamen al Consell de Garanties Estatut¨¤ries, el organismo que dictamina la constitucionalidad y estatutoriedad de las leyes catalanas.
Coda final: la rebeli¨®n continu¨® brillantemente cuando ese consejo dictamin¨®, a petici¨®n de PSC y Ciutadans, que para que la ley fuese v¨¢lida, su dictamen previo era preceptivo. Aunque el ¨®rgano competente para solicitarlo, la Mesa, no lo hubiera hecho y se negase a ello. Y es que, como bord¨® el diputado comunero Joan Coscubiela, ¡°ninguna mayor¨ªa parlamentaria es ilimitada ni puede suspender los derechos de los parlamentarios¡±.
Continuar¨¢ (la rebeld¨ªa).
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