Catalanistas, tened fe: lo que no est¨¢ en la Constituci¨®n est¨¢ en la Biblia

Est¨¢ muy reciente la muerte de una persona tan querida que en sus d¨ªas finales, cuando la guada?a se le aparec¨ªa en los pasillos oscuros, me pidi¨® con una claridad que asombr¨® a todos: ¡°Quiero una confesi¨®n¡±. La miramos entre la alegr¨ªa de escuchar su voluntad en d¨ªas de inconsciencia y la sorpresa por su demanda tras una vida anticlerical. Entre sus ¨²ltimos comentarios al ingresar en paliativos, un mes antes de lo que aqu¨ª se narra, fue protestar por el crucifijo que hab¨ªa en su habitaci¨®n. ¡°Lo que me faltaba, ahora con ¨¦ste¡±. Ya no conservaba un pelo, pero s¨ª todo el humor.

En ese d¨ªa su petici¨®n fue lenta y costosa, pero muy n¨ªtida y su repetici¨®n tambi¨¦n: ¡°Quiero una confesi¨®n¡±. La tarea parec¨ªa sencilla, estaba en un centro religioso y en todas las paredes le intentaban endulzar la despedida con citas b¨ªblicas, im¨¢genes beat¨ªficas y fotos de monjas almibaradas que uno aceptaba porque, puestos a aceptar la muerte, qu¨¦ m¨¢s daba lo dem¨¢s. La (siguiente) sorpresa fue que el cura estaba de viaje sin sustituto y que empezaron a pasar los d¨ªas sin que regresara. No se pod¨ªa esperar, as¨ª que empez¨® la llamada de socorro a los amigos con contactos en el clero o en el cielo ¡ªde todo hace falta en esta vida¡ª y dimos con un buen mexicano de una parroquia de Moratalaz que no solo se prest¨® voluntario, sino que tuvo est¨®mago para escuchar impert¨¦rrito a un familiar gritarle a mi amiga, como si estuviera sorda y no enferma: ¡°habla raro porque es extranjero, de fuera, pero no te preocupes¡±. Afortunadamente, les dejamos solos.

La historia me regresa al conocer la diligencia con la que la Iglesia se ha movilizado a favor del refer¨¦ndum ilegal, y pido ya disculpas por el salto. Obispos y p¨¢rrocos han emitido manifiestos en favor de ¡°derechos e instituciones¡±, sin que se les conozca similar apelaci¨®n a favor de los derechos de la minor¨ªa violados en el Parlament. Alguno nos intenta convencer de que hay algo por encima de la Constituci¨®n ¡ªla Biblia¡ª y que Cristo tambi¨¦n fue crucificado de forma legal. Reconozcan que la elipsis es a¨²n m¨¢s atrevida que la m¨ªa. Unos 300 religiosos (hay 2.190 en Catalu?a) han defendido el 1-O. Otras 14 entidades cat¨®licas han rechazado ¡°las ¨²ltimas actuaciones del Estado espa?ol contra la democracia y el Estado de derecho¡±. Y los claretianos, cuenta Cristian Segura, a?aden que, ¡°de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia, Catalu?a tiene el derecho a decidir libremente su futuro¡±.

La lista de situaciones en las que la Iglesia decidi¨® beber el c¨¢liz de las dictaduras da a¨²n demasiada grima, no la hemos olvidado. Aunque muchos se posicionaron con los d¨¦biles, como hizo Jesucristo, otros abrazaron el bando terrorista. La historia est¨¢ llena de tantos posicionamientos que averg¨¹enzan a los mejores cristianos, que uno solo puede envidiar el laicismo franc¨¦s, donde el l¨ªmite a la Iglesia es cuesti¨®n de Estado. Aqu¨ª no lo hemos conseguido. Por fortuna, hay muchos religiosos excelentes ¡ªcomo el buen mexicano que dio paz a mi amiga atea¡ª que est¨¢n a lo que hay que estar. Por cierto: ?la resurrecci¨®n tambi¨¦n fue dentro de la ley?