Una polic¨ªa espa?ola
Quienes quieren presentar a los Mossos como algo opuesto a las fuerzas de seguridad espa?oles ponen en peligro su solidez como instituci¨®n
La conversaci¨®n tuvo lugar en el despacho del president de la Generalitat, Llu¨ªs Companys, una ma?ana de julio de 1936. Los protagonistas eran el propio Companys y el reci¨¦n nombrado comisario general de Orden P¨²blico de la Generalitat, el capit¨¢n de Caballer¨ªa Frederic Escofet. Los dos hombres estaban unidos por una experiencia de las que marcan: ambos hab¨ªan sido encausados por la proclamaci¨®n de l¡¯Estat Catal¨¢ de la Rep¨²blica Federal Espanyola el 6 de octubre de 1934. A Companys aquello le cost¨® una condena de prisi¨®n, de la que ser¨ªa amnistiado por el gobierno del Frente Popular; a Escofet, como militar y segundo jefe de los Mossos d¡¯Esquadra en 1934, una condena a muerte que le fue conmutada por el presidente de la Rep¨²blica.
Dos a?os despu¨¦s, ambos enfrentaban la amenaza de una sublevaci¨®n militar. Companys le pregunt¨® a Escofet si cre¨ªa que podr¨ªan oponerse con ¨¦xito a los rebeldes. El comisario general de Orden P¨²blico evoc¨® aquella jornada de octubre de 1934, en la que, record¨®, hab¨ªa asistido a la vacilaci¨®n de muchos hombres a sus ¨®rdenes, e hizo esta reflexi¨®n: una cosa es estar dentro de la legalidad (dins la legalitat), con un c¨®digo que no s¨®lo protege, sino que valora tu actuaci¨®n, y otra estar en una posici¨®n de rebeld¨ªa, y que te sit¨²a frente a ese mismo c¨®digo. Sobre esa base, Escofet le augur¨® a Companys la derrota de los militares rebeldes, y no err¨® en su vaticinio. Las fuerzas de seguridad a sus ¨®rdenes (los cuerpos estatales de Seguridad y de Asalto, y el auton¨®mico de los Mossos d¡¯Esquadra), con el apoyo decisivo de la Guardia Civil, se impusieron a los militares sediciosos.
Es este uno de tantos momentos de su historia en el que el cuerpo de los Mossos d¡¯Esquadra actu¨®, junto a sus compa?eros polic¨ªas y guardias civiles, como lo que es desde su fundaci¨®n: una polic¨ªa espa?ola, comprometida con las leyes espa?olas y su defensa frente a quienes intentan violentarlas. Sus or¨ªgenes se sit¨²an en los a?os posteriores a la guerra de Sucesi¨®n: se conviene en situar el nacimiento del cuerpo en la revuelta de los Carrasclets de 1719. Reconocidos por decreto del capit¨¢n general de Catalu?a de 24 de diciembre de 1721 (que confirma como jefe al bayle de Valls, Pere Anton Veciana), en sus primeros a?os se dedicaron sobre todo a la persecuci¨®n de ?sediciosos?, esto es, aquellos que a¨²n alentaban en el campo catal¨¢n la causa de los derrotados en la guerra de Sucesi¨®n y la resistencia a la dinast¨ªa borb¨®nica, de la que actuaron como arrojados defensores.
Durante su primer siglo de vida, en el que la organizaci¨®n policial espa?ola no terminaba de consolidarse, las Esquadras catalanas se configuraron como un cuerpo policial integral, extendiendo su acci¨®n a la persecuci¨®n de toda clase de malhechores y asumiendo las funciones de polic¨ªa judicial por orden del capit¨¢n general de Catalu?a (con car¨¢cter pionero en el continente, como sostiene en su tesis doctoral el comisario del cuerpo Joan Miquel Capell). No es nada descabellado conjeturar que su despliegue, basado en casas cuartel, sirvi¨® de inspiraci¨®n al de la Guardia Civil, cuyo organizador, el duque de Ahumada, pudo conocer el modelo en su etapa de inspector general del Ej¨¦rcito en Catalu?a. A lo largo del siglo XIX, desplazadas en parte por la nueva organizaci¨®n policial espa?ola, las Esquadras fueron quedando relegadas a funciones de seguridad rural, y no en todas las comarcas catalanas. El cuerpo del que en 1934 Escofet era segundo jefe apenas contaba con unos trescientos efectivos.
Es en desarrollo del estatuto de autonom¨ªa amparado por la Constituci¨®n espa?ola de 1978 cuando el cuerpo de los Mossos d¡¯Esquadra adquiere las proporciones actuales, despleg¨¢ndose como polic¨ªa integral en todo el territorio catal¨¢n. En ese proceso toma como referente a las fuerzas de seguridad estatales a las que releva, y en especial a la Guardia Civil, por su tradici¨®n de seguridad rural (inexistente en la Polic¨ªa), y por esa vinculaci¨®n hist¨®rica con las Esquadras en su momento fundacional.
Quienes quieren presentar a los Mossos como algo opuesto a las fuerzas y cuerpos de seguridad espa?oles, y exento de obedecer las leyes comunes, no s¨®lo ignoran su historia; tambi¨¦n ponen en peligro su solidez como instituci¨®n, invit¨¢ndolos a una acci¨®n que los desnaturalizar¨ªa como agentes de la ley y de la autoridad judicial: esa funci¨®n en la que fueron pioneros y a la que, ya lo advirti¨® el comisario Escofet, sale caro sustraerse.
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