Lo b¨¢sico
Lo caracter¨ªstico de la democracia moderna es que los ciudadanos son iguales m¨¢s all¨¢ de su genealog¨ªa, su lugar de nacimiento o su sexo
Seg¨²n Nietzsche, las cosas que tienen definici¨®n no tienen historia y viceversa. Podemos definir la l¨ªnea recta, porque el tiempo no le afecta, pero no a un juez, porque desde el c¨®digo de Hammurabi hasta los tribunales de hoy la cosa ha cambiado sin cesar. La democracia tiene mucha historia a cuestas: reducir su esencia a urnas, votos, voluntad popular y otros t¨®picos simplificadores es abusar de la credulidad ignara de la gente, aprovechando sus pasiones identitarias, esa xenofobia de f¨¢brica que traemos al mundo hasta que la educaci¨®n nos la borra... si puede.
Lo caracter¨ªstico de la democracia moderna es que los ciudadanos son iguales m¨¢s all¨¢ de su genealog¨ªa, su lugar de nacimiento, su sexo, su color de piel, sus creencias religiosas o filos¨®ficas, sus capacidades... Esos rasgos son relevantes para la biograf¨ªa personal de cada uno, en parte propiciada por las circunstancias pero tambi¨¦n creada por uno mismo. Desde el punto de vista pol¨ªtico no hay varones, mujeres, negros, catalanes, mahometanos, aficionados al billar o dotados de buena voz: solo ciudadanos libres e iguales que comparten una ley com¨²n, a partir de la cual eligen su trayectoria en libertad. Si en nombre de una determinaci¨®n particular una fracci¨®n de la ciudadan¨ªa pretende segregarse pol¨ªticamente de y contra los dem¨¢s, abandonamos la democracia moderna y volvemos al feudalismo medieval o algo peor.
Si un refer¨¦ndum en que unos se eligen a s¨ª mismos para repartirse lo que es de todos (sin invitar a los dem¨¢s) puede pasar por democr¨¢tico es por falta de educaci¨®n. Y los maleducados no son especialmente ese tercio de j¨®venes que no acaba los estudios ni se forma profesionalmente (la juventud ¡°robusta y enga?ada¡± de Quevedo), sino los que tienen carrera y hasta doctorado, pero como si nada.
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