Patriotas

Bandera 1: Las banderas, esos trapos, son lo que nos descangalla la vida cuando no hay cultura. Por eso algunos las travisten en pa?uelo de l¨¢grimas o las agitan cuando conviene para cambiar el tema de conversaci¨®n ¨Ccomo hizo Artur Mas, espoleta del indeseable sainete¨C y otros en cambio se quitan los mocos o salva sea la cosa con ellas.

Bandera 2: Hay algunas inconfesablemente bonitas si hablamos solo de dise?o. La nazi lo era a rabiar. Tambi¨¦n odiosa. La espa?ola y la senyera son cansinas y repetitivas, rojo-amarillo-rojo la una, rojo-amarillo-rojo-amarillo-rojo, etc, la otra. Eso s¨ª: juntas en un despacho o en un balc¨®n casan bien de color, con perd¨®n. Lo de la estelada es directamente una broma: no me creo que a un independentista de la Zona Alta de Barcelona no le d¨¦ miedo esa estrella.

Bandera 3: En casa hacemos inquietantes c¨¢balas con los vecinos de la terraza de enfrente. Nunca se les ve (uuuuuh, ?fantasmas?). Hay verjas. Pero el domingo del refer¨¦ndum apareci¨® de ninguna parte un bander¨®n espa?ol. Ah¨ª sigue. Tambi¨¦n sigue la verja. Tambi¨¦n sigue sin verse a nadie. Para s¨ª quisiera Agatha Christie este enigma.

Bandera 4: Bandera, patria, himno, nacionalismo catal¨¢n, vasco o espa?ol (que existe, y subiendo: en Espa?a la ultraderecha vota mayormente a un partido de derechas, con lo cual el tal partido de derechas ha de cuidar al travieso sector ultra si no quiere que un d¨ªa se le d¨¦ el piro electoral): el mismo caprichito identitario, qu¨¦ hast¨ªo.

Bandera 5: Con 11 a?os fui a un campamento de verano del cole. Lo organizaba la OJE (Organizaci¨®n Juvenil Espa?ola, o sea Frente de Juventudes, o sea Franco). Nos levantaban a las siete para izar la bandera y cantar la Canci¨®n del legionario y el Desperta Ferro. Eso, entiendo, me predispuso contra los trapitos de colores.