Tierra de nadie
Me hallo en un lugar silencioso en el que est¨¢n muchos y en el que no suenan himnos ni gritos ni proclamas, en donde el aire solo mueve banderas blancas
Escribo esto con la cara encendida. No de verg¨¹enza, sino de rabia. Dos individuos con banderas esteladas atadas al cuello me han increpado grit¨¢ndome en la puerta de mi casa llam¨¢ndome "fascista"..."?deber¨ªa darte verg¨¹enza!". Yo bajaba a pasear al perro y a reciclar pl¨¢sticos y al principio, como era temprano y estaba medio dormida porque no he pegado ojo en toda la noche, no cre¨ª que hablaban conmigo y he seguido mi camino. Segu¨ªan grit¨¢ndome y me he vuelto con una tranquilidad que a¨²n ahora dos horas despu¨¦s me asombra y les he dicho: "?Pero no os da a vosotros verg¨¹enza decirme esto a m¨ª sin conocerme?". Han continuado con sus gritos. El perro tiraba de m¨ª. Me he alejado.
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He tirado los pl¨¢sticos al contenedor. He continuado caminando en shock. Poco a poco, una rabia sorda, malsana se ha apoderado de m¨ª. Desde hace meses, a?os quiz¨¢s, si contamos el momento en que firm¨¦ el manifiesto del Foro Babel (que ped¨ªa un biling¨¹ismo real), los insultos y las descalificaciones a los que, como yo, no seguimos el pensamiento ¨²nico del independentismo y manifestamos nuestro desacuerdo han sido constantes. Y estos ¨²ltimos meses el odio que hemos suscitado est¨¢ alcanzando cotas inusitadas.
Hasta ahora, se circunscrib¨ªan al linchamiento medi¨¢tico y yo personalmente las resolv¨ªa no teniendo Facebook ni Twitter (este ¨²ltimo me lo hackearon, igual que me han hackeado mi WhatsApp atribuy¨¦ndome un texto que yo no he escrito), aunque siempre hay alguien que te cuenta la marea negra de basura que te echan encima, pero esta es la tercera vez que me gritan fascista en lo que va de semana (la primera que contesto) y hay algo en m¨ª que se est¨¢ rompiendo. Me doy cuenta con una claridad espeluznante que, pase lo que pase, no hay sitio para m¨ª ni para nadie que se atreva a pensar por su cuenta en este lugar que me ha visto nacer, que hoy ser¨¢ esto, ayer fue el insulto a gente de mi familia, anteayer, a amigos cuyos amigos critican sin ambages que sigan consider¨¢ndonos amigos y ma?ana ser¨¢ algo peor.
Nunca cre¨ª que el precio a pagar por decir con respeto y con honestidad lo que uno piensa iba a ser tan alto
No importa que condenes absolutamente la brutalidad policial o que pidas (ya desde mucho antes que todo esto pasara) la dimisi¨®n inmediata de Rajoy. Como a la vez que condenas el comportamiento del Gobierno, no condonas la actuaci¨®n del Govern, inmediatamente eres un enemigo, fascista, fascistoide, franquista, la hez. Y piensas en todo el miedo que se ha instalado como esporas en la piel de los que callan y en secreto vienen a decirte que est¨¢n contigo, que te agradecen lo que haces, que ni en la intimidad del hogar pueden hablar para que los ni?os no les oigan y en el cole no se metan con ellos. No hablo de an¨¦cdotas: esta es la realidad que vivimos los de aqu¨ª. La fractura pasmosa de una sociedad que conviv¨ªa en paz y sin temores, con diferencias l¨®gicas de opiniones y valores y criterios, pero con respeto.
Mientras pienso todo esto, me voy tranquilizando y veo que, despu¨¦s de todo esto es una insignificancia; que ahora mismo en el mundo hay hombres y mujeres sufriendo toda clase de bajezas, calamidades y humillaciones espantosas. Que el m¨ªo, el de otros como yo, es un problema del primer mundo. Recurro, como en muchas ocasiones, a minimizar lo que me pasa para no alimentar m¨¢s el monstruo del odio que no me har¨ªa diferente de los que me insultan. Nunca cre¨ª que el precio a pagar por decir con respeto y con honestidad lo que uno piensa iba a ser tan alto. Y sin embargo, no cambiar¨ªa por nada esta seca y silenciosa tierra de nadie en la que me hallo, en la que s¨¦ que muchos nos hallamos, en la que no suenan himnos ni gritos ni proclamas, en donde el aire solo mueve banderas blancas que susurran al viento "socorro" con la vana esperanza de que alguien, en alg¨²n lugar, alguna vez, antes de que sea demasiado tarde, las escuche.
Isabel Coixet es directora de cine.
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