Ante el precipicio

Ajenos a las se?ales que desde todos los frentes ¡ªsea el pol¨ªtico, social, econ¨®mico o internacional¡ª se env¨ªa al independentismo para que no siga adelante con sus planes de proclamar unilateralmente la independencia de Catalu?a, el president Puigdemont y el entorno m¨¢s radical que lo rodea ¡ªel vicepresidente Junqueras, la CUP y las organizaciones ?mnium Cultural y la ANC¡ª, sopesan seguir adelante con sus planes suicidas.

Es importante que se diga bien claro al secesionismo cu¨¢les ser¨ªan las consecuencias de una Declaraci¨®n Unilateral de Independencia (DUI); y no solo para que as¨ª no puedan alegar ignorancia cuando ¨¦stas se materialicen, sino para que quede en evidencia ante los ciudadanos ¡ªy tambi¨¦n ante el mundo¡ª la absoluta irresponsabilidad de haberse lanzado al abismo de forma plenamente consciente.

En primer lugar, dicha declaraci¨®n llevar¨ªa a un conflicto directo con el Estado, que este no podr¨ªa soslayar. Si ya el orden constitucional, como se?al¨® Felipe VI, est¨¢ en estos momentos puesto en cuesti¨®n por los independentistas, la DUI supondr¨ªa, inevitablemente, el empleo de todo el arsenal de medidas que contempla la Constituci¨®n Espa?ola y el C¨®digo Penal para hacer frente a un desaf¨ªo tan claro como evidente. Y esa primera respuesta s¨®lo ser¨ªa el anticipo de decisiones m¨¢s contundentes que supondr¨ªan un enorme salto atr¨¢s en el autogobierno logrado, de tal manera que lo que cost¨® d¨¦cadas conseguir pueda perderse en solo unas horas.

Si se produce la DUI, los independentistas se enfrentar¨¢n a su final definitivo como proyecto

En segundo lugar, dichas consecuencias ser¨ªan grav¨ªsimas y, desgraciadamente irreversibles, en cuanto a la fractura social. Tras haber quedado en evidencia el domingo en Barcelona que, como pretenden los independentistas, no hay un solo pueblo catal¨¢n que respalde un¨¢nimemente su causa, sino una sociedad que mayoritariamente apuesta por la convivencia dentro de la Constituci¨®n, una DUI romper¨ªa definitivamente la sociedad catalana en dos y abrir¨ªa las puertas a pasiones y sentimientos muy dif¨ªciles de controlar o encauzar.

En tercer lugar, se agravar¨ªan exponencialmente los da?os econ¨®micos, ya observados en la fuga de numerosas compa?¨ªas emblem¨¢ticas y que ahora dar¨ªan paso a una extensi¨®n generalizada de la inseguridad jur¨ªdica para empresas, inversores, ahorradores y todo tipo de agentes econ¨®micos.

Que nadie se llame pues a enga?o: una Catalu?a en completa quiebra pol¨ªtica, social y econ¨®mica es lo que se esconde tras la DUI. El independentismo puede tener la tentaci¨®n de pensar que su imagen internacional se beneficiar¨ªa de un escenario de alta tensi¨®n como el que seguir¨ªa a una DUI. Sin embargo, ha quedado acreditado de sobra, por solidaridad con Espa?a pero tambi¨¦n por inter¨¦s propio, que los socios europeos de Espa?a van a respaldar a la democracia espa?ola y su Constituci¨®n frente a una amenaza de tal calibre y que, paralelamente, el mundo econ¨®mico no va a quedarse a ver c¨®mo se resuelve la situaci¨®n.

El autogobierno que cost¨® d¨¦cadas conseguir puede perderse en horas en un enorme salto atr¨¢s

Nada ni nadie espera a los independentistas detr¨¢s de la DUI: solo el caos econ¨®mico y la soledad pol¨ªtica. Por eso, frente a quienes defienden que la Declaraci¨®n Unilateral de Independencia situar¨¢ al secesionismo en una posici¨®n de fuerza, la evidencia indica que ser¨¢ su final definitivo como proyecto pol¨ªtico.

Que haya quienes, a sabiendas de los enormes da?os para las personas, los bienes y las instituciones que esta DUI supondr¨ªa est¨¦n a¨²n sopesando si seguir por ese camino, muestra hasta qu¨¦ punto el independentismo est¨¢ hoy en manos de unos l¨ªderes tan mesi¨¢nicos e inmorales que est¨¢n dispuestos a sacrificar a Catalu?a e inmolarse con ese fracaso antes que a certificar el fracaso y ruina de su proyecto.

El president Puigdemont, su Gobierno y las organizaciones que les apoyan han llegado al abismo. No deben saltar ni pensar en arrastrar a nadie m¨¢s tras de s¨ª. Por eso urgimos a todas las fuerzas pol¨ªticas, incluidas aquellas que estos d¨ªas se han manifestado a favor del di¨¢logo, que les conminen a no tomar esa decisi¨®n. Que utilicen su apelaci¨®n al di¨¢logo precisamente para interceder y frenar el plan, y volver a una legalidad desde la que se pueda empezar a hablar. Por el bien de todos, pero sobre todo de esa Catalu?a a la que declaran lealtad. Puigdemont est¨¢ a tiempo de evitar la cat¨¢strofe y de comenzar una senda de di¨¢logo y negociaci¨®n en la que Catalu?a no solo no pierda, como est¨¢ a punto de hacer a gran escala, sino que adem¨¢s gane un futuro mejor en el seno de la legalidad.

Y si tal declaraci¨®n de independencia se llega a producir, como amenazan los independentistas en la sesi¨®n de hoy en el Parlament, llamamos a las fuerzas pol¨ªticas a que, tal y como pidi¨® el Rey Felipe VI, se pongan sin matices al servicio de la restauraci¨®n del orden constitucional.