Por el filo de la navaja
La desobediencia civil alentada por el secesionismo puede volverse en contra en caso de error
![Manifestación en Barcelona contra el arresto de los dos líderes separatistas catalanes, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, el pasado 17 de octubre.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5IECWCS42NLPCRJ72HV5IPPOEE.jpg?auth=96ed662e567296f504883f9bc0b6fb750dd9bfbf16b8ed95b8f8d735247a9b78&width=414)
La hoja de ruta plasmada en el informe Enfo CATs, incautado recientemente en Barcelona, desvela la estrategia del independentismo catal¨¢n de utilizar el conflicto social como recurso para llevar a cabo la desconexi¨®n forzosa de Catalu?a de Espa?a. Nada nuevo ni original, el investigador Eric Guntermann ha detallado en el Washington Post c¨®mo la confrontaci¨®n en Catalu?a polariza las opiniones y favorece el apoyo a la causa secesionista. El rostro p¨²blico y amable de esta maniobra ser¨ªa la movilizaci¨®n social pac¨ªfica inspirada en Gandhi anunciada por Joan Tard¨¢ el a?o pasado en el Parlamento. Teniendo en cuenta las pr¨®ximas movilizaciones anunciadas por la CUP, no estar¨ªa de m¨¢s recordar los principios y la l¨®gica de acci¨®n propiciada por el dirigente de la lucha nacional india.
Otros art¨ªculos de la autora
La poderosa idea de fondo de Gandhi, articulada en neologismos como como la no-violencia (ahimsa), la fuerza de la verdad (satyagraha), y la resistencia pasiva, esta ¨²ltima inspirada en los escritos de Thoureau, consiste en establecer la superioridad moral de una de las partes de un conflicto evidenciando el sufrimiento y el dolor padecido a manos del antagonista, lo que a su vez justificar¨ªa la lucha civil contra ¨¦ste. Si habitualmente los individuos responden a la violencia con violencia, generando una espiral de destrucci¨®n, la no-violencia permitir¨ªa evidenciar la brutalidad de los procedimientos y derrotar al oponente por la compasi¨®n y la deslegitimaci¨®n moral.
El poder de esta doctrina se manifest¨® en la toma de la planta de sal de Dharsana, cuando m¨¢s de doscientos voluntarios indios que se dirig¨ªan pac¨ªficamente hacia los dep¨®sitos de sal fueron derribados por los polic¨ªas brit¨¢nicos armados con porras. Los voluntarios, dispuestos en filas ordenadas e impert¨¦rritos ante la lluvia de golpes, ni siquiera levantaron las manos en su defensa. Episodio ¨¦ste memorablemente escenificado por Richard Attenborough en la pel¨ªcula ¡°Gandhi¡±. La difusi¨®n del suceso por la prensa internacional permiti¨® a Gandhi adquirir una autoridad incuestionable frente al poder colonial brit¨¢nico
Si en el caso de Barcelona los mandos que ordenaron las cargas de la Polic¨ªa y la Guardia Civil hubiesen tenido presente estas t¨¢cticas, tal vez habr¨ªan evitado caer en la provocaci¨®n y ahorrarse el bochornoso espect¨¢culo de las im¨¢genes ofrecidas, incluyendo a la anciana alzada en volandas.
Por el contrario, para el Govern lo sucedido supuso una victoria. Como se deduce del informe, el efecto de mayor¨ªa social unido a la difusi¨®n de las agresiones policiales ayudar¨ªan a la internacionalizaci¨®n del conflicto. Los videos del 1-0 muestran a unos manifestantes expectantes que alzan sus manos inermes o se sientan en el suelo, mientras la polic¨ªa arremete contra ellos. El contraste de la violencia frente a la no-violencia deja al desnudo la crudeza de la primera, con un efecto multiplicador del componente abusivo de la misma. Los soberanistas necesitaban mostrar al mundo viese este tipo de im¨¢genes para justificar una ruptura definitiva, y las fuerzas de seguridad se las sirvieron en bandeja.
La estrategia pacifista requiere una gran disciplina mental y f¨ªsica para evitar excesos de las masas
Ahora bien, el ejercicio de la desobediencia civil plantea varias limitaciones. Ante todo precisa de una gran mayor¨ªa social unida frente a la fuerza concentrada del Estado. De no ser as¨ª existe el riesgo de una polarizaci¨®n de la sociedad, con los principales colectivos reproduciendo el procedimiento de afirmar su posici¨®n desde la toma de las calles. Ocurri¨® con la masiva contramanifestaci¨®n del 8-0, que debi¨® sorprender al Govern al contravenir el objetivo marcado de sumar mayor¨ªas y aglutinar.
La desobediencia civil es una pr¨¢ctica que discurre por el filo de la navaja, un terreno de incertidumbre donde el m¨ªnimo error de c¨¢lculo puede tener un efecto boomerang contrario al deseado. Act¨²a como una fuerza de crecimiento exponencial, Gandhi la denomin¨® una ¡°espada de m¨²ltiples filos¡±, que requiere una gran disciplina mental y f¨ªsica para evitar posibles excesos derivados de las din¨¢micas inherentes a la movilizaci¨®n de masas. En India se desarroll¨® en medio de matanzas y ante la pasividad de las autoridades brit¨¢nicas que observaban con complacencia como la divisi¨®n entre los diferentes bandos en liza por la naci¨®n, hind¨²es y musulmanes, generaba un caos a su favor. Gandhi suspendi¨® el movimiento en varias ocasiones, el desbordamiento de la violencia en el ejercicio de la lucha pac¨ªfica fue de tal calibre, que en m¨¢s de una ocasi¨®n tuvo que recurrir a la huelga de hambre in extremis para frenar las masacres. Sus logros se fundamentaron en una personalidad carism¨¢tica capaz de ejercer un liderazgo que s¨ª supo sumar y aglutinar, pero tambi¨¦n trascender las diferencias divisorias, gan¨¢ndose el respeto de sus adversarios. No parece que ¨¦ste sea el caso de Puigdemont ni Junqueras.
Eva Borreguero es profesora de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Complutense de Madrid.
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