?Por qu¨¦ nos dan miedo los payasos?
LA NUEVA ADAPTACI?N cinematogr¨¢fica de It (Eso), la c¨¦lebre novela de Stephen King, ha vuelto a poner en primer plano el p¨¢nico a los payasos, un miedo mucho m¨¢s antiguo de lo que muchos imaginan. La historia, publicada originalmente en 1986, trata sobre un asesino disfrazado de clown que aterroriza a un peque?o pueblo de Maine, al noreste de Estados Unidos. Siete ni?os que se hacen llamar Los Perdedores se enfrentan a Pennywise, un monstruo que se mueve por las alcantarillas.
Este ¨²ltimo detalle es altamente simb¨®lico, ya que para enfrentarse a Eso, los peque?os tendr¨¢n que bajar al subsuelo ¡ªo sea, al inconsciente¡ª, que es donde residen los miedos m¨¢s profundos. El terror a estos artistas de circo se denomina t¨¦cnicamente coulrofobia (t¨¦rmino que viene del griego y define a ¡°los que van sobre zancos¡±) y, aunque es m¨¢s com¨²n en los ni?os, tambi¨¦n afecta a adolescentes y adultos, como es el caso de la escritora In¨¦s Macpherson: ¡°Siempre me han inquietado los payasos, tanto que de peque?a me negaba a ir al circo para no verlos. Ya de adulta, al reflexionar por qu¨¦ me causan este malestar, he llegado a la conclusi¨®n de que el maquillaje extremo de este arquetipo encarna la falsedad. Un clown puede estar triste, pero luce una sonrisa exagerada en el rostro. Una sonrisa que oculta sus verdaderos prop¨®sitos¡±.
La habilidad de los clowns para cambiar de identidad suscita rechazo y miedo a lo desconocido, a lo que se oculta tras la carcajada.
El planteamiento de Macpherson nos lleva a una primera hip¨®tesis: este miedo refleja el temor a no saber lo que los dem¨¢s piensan realmente de nosotros mismos. Una segunda raz¨®n ser¨ªa que estos c¨®micos, con su maquillaje y vestimentas estrafalarios, nos arrancan de la normalidad, con lo que damos rienda suelta a la risa, a la espontaneidad. Nos fuerzan a salir de la rigidez de nuestra rutina y esto no siempre tiene por qu¨¦ hacernos gracia, incluso puede llegar a incomodarnos.
En una tercera hip¨®tesis, la coulrofobia tendr¨ªa su ra¨ªz en el at¨¢vico miedo a los desconocidos y sus intenciones. Benjamin Radford, autor del ensayo Bad Clowns (Payasos malos), explica que una de las caracter¨ªsticas m¨¢s aterradoras de estos personajes de circo es su habilidad para cambiar r¨¢pidamente de identidad y volver a su apariencia normal. Un estudio de la Universidad brit¨¢nica de Sheffield concluy¨® que a buena parte de los ni?os de todas las culturas les desagradan los clowns. Y ese rechazo tiene que ver con la imposibilidad de saber qui¨¦n se esconde tras la m¨¢scara blanca.
En la Edad Media, el buf¨®n ten¨ªa como misi¨®n re¨ªrse de la sociedad, provocando al mismo tiempo la carcajada y la reflexi¨®n. Al actuar de forma aparentemente loca o inesperada, brindaba a la gente nuevas maneras de mirar la realidad. La pel¨ªcula de Andr¨¦s Muschietti sobre el cl¨¢sico de Stephen King, que ha arrasado en los cines de todo el mundo, hace referencia a un perfil m¨¢s moderno: el del payaso malvado. A partir del siglo XIX aparece la versi¨®n criminal del clown en libros como Hop-Frog, un cuento de Edgar Allan Poe donde el juglar asesina al rey y a sus cortesanos tras un espect¨¢culo en apariencia inocente. Este personaje temible est¨¢ presente en otras obras de ese mismo siglo como Pagliacci (Payasos), la ¨®pera de Ruggero Leoncavallo en la que el protagonista acaba asesinando a su esposa. En el universo de los superh¨¦roes de c¨®mic destaca el implacable Joker de Batman, un malvado y repulsivo ser dispuesto a sembrar el caos en Gotham. La novela de King se basa en la historia de John Wayne Gacy, un asesino en serie estadounidense que mat¨® a 33 j¨®venes en la d¨¦cada de los setenta. Encarnando a un personaje creado por ¨¦l mismo, Pogo el Payaso, actuaba en hospitales y en fiestas ben¨¦ficas donde eleg¨ªa a sus v¨ªctimas. Cuando fue descubierto en 1978 hab¨ªa enterrado a 26 de ellas en el s¨®tano de su casa.
La moda de disfrazarse de c¨®mico diab¨®lico y sembrar el p¨¢nico surge cada vez que Hollywood estrena una pel¨ªcula de horror sobre estos personajes. En Estados Unidos fueron detenidos varios j¨®venes por amenazas a alumnos de dos colegios a trav¨¦s de Flomo Klown, una p¨¢gina de Facebook ¡ªya cerrada¡ª donde tres clowns sangrientos esgrim¨ªan el lema ¡°Mato a gente para ganarme la vida¡±. Incluso en la tranquila ciudad de Lleida, un payaso nocturno asust¨® a la poblaci¨®n hace un a?o con sus publicaciones en Instagram, donde se le ve¨ªa paseando de noche por la ciudad catalana y escrib¨ªa mensajes como ¡°Esta noche voy a robar tus sue?os¡±. Hace unas semanas volvi¨® a la carga. Al final, el p¨¢nico a lo grotesco y a lo escondido tal vez oculte el miedo a lo que no conocemos de nosotros mismos.
El embaucador
¡ª A menudo se identifica?el payaso con el arquetipo de embaucador. Su funci¨®n es hacer bromas y saltarse las normas para poner en jaque la realidad. En las historias aparece como un ser malvado que puede tender trampas al h¨¦roe, pero tambi¨¦n lograr que se haga preguntas que le lleven a un mayor conocimiento del mundo?y de s¨ª mismo.
¡ª En algunas tradiciones ancestrales, el clown forma parte de las ceremonias sagradas gracias a su capacidad de provocar la carcajada. Eso permite a los dem¨¢s liberarse de las ideas r¨ªgidas y abrirse al ¨¦xtasis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.