El dialecto se posiciona

Los parlamentarios de Espa?a y de Am¨¦rica parecen estar todo el tiempo moviendo su pensamiento de un lado a otro, porque de repente necesitan pararse un rato y ¡°fijar posici¨®n¡±. As¨ª, leemos titulares como ¡°Partidos peque?os exigieron a la MUD fijar posici¨®n un¨¢nime sobre di¨¢logo¡± (Venezuela), ¡°Cancilleres se reunir¨¢n ma?ana en Lima para fijar posici¨®n¡± (Per¨²), ¡°S¨¢nchez convoca a los barones para fijar posici¨®n sobre Catalu?a¡± (Espa?a)¡­

¡°Fijar¡± y ¡°posici¨®n¡± se unen en mancuerna como locuci¨®n para disputarle el espacio a ¡°posicionar¡±. Este verbo se empez¨® a utilizar en el lenguaje pol¨ªtico de Espa?a y de Am¨¦rica en los a?os ochenta y entr¨® en la edici¨®n del Diccionario de 1992 con el significado de ¡°tomar posici¨®n¡± y con uso generalmente pronominal (¡°posicionarse¡±). Tal neologismo respond¨ªa al extendido gusto pol¨ªtico de pronunciar palabras largas, quiz¨¢s con la creencia de que a la abundancia en el n¨²mero de s¨ªlabas debe corresponder mayor contenido y mejor enjundia. Pero m¨¢s que ¡°palabras largas¡±, deber¨ªamos llamarlas ¡°palabras alargadas¡±, como sucede con ¡°metodolog¨ªa¡± (en vez de ¡°m¨¦todo¡±) y tantos otros estiramientos.

¡°Fijar¡± significa (en lo que hace a este caso) ¡°hacer fijo o estable algo¡±, as¨ª que cuando un pol¨ªtico anuncia que va a ¡°fijar posici¨®n¡± est¨¢ comunicando que la va a dejar quieta por fin. De lo cual se deduce que antes su posici¨®n caminaba por el mundo con cierta ambig¨¹edad, como dando tumbos.

¡°Posicionarse¡± y ¡°fijar posici¨®n¡± forman parte del lenguaje ampuloso que hoy domina el espacio p¨²blico, en el que se arrinconan opciones m¨¢s llanas, breves y eficaces como ¡°definirse¡±, ¡°decidirse¡±, ¡°opinar¡± o ¡°situarse¡±.

El Diccionario panhisp¨¢nico de dudas da por bueno el uso de ¡°posicionarse¡± como equivalente de ¡°adoptar una determinada posici¨®n o actitud ante algo¡± (lo cual se parece mucho a ¡°definirse¡±: ¡°adoptar con decisi¨®n una actitud¡±); pero lo considera innecesario y afectado cuando desplaza a ¡°situar¡± o ¡°colocar¡± (por ejemplo, en ¡°posicionar un producto¡±).

Una ojeada al Corpus de la Real Academia (m¨¢s de 600 millones de registros o palabras que se han usado en todas las ¨¦pocas) permite observar que los primeros casos de ¡°fijar posici¨®n¡± aparecen durante los a?os noventa en la prensa y en debates parlamentarios, tanto en Espa?a como en Am¨¦rica (no as¨ª en los libros). Y que ¡°posicionarse¡± se le adelanta en apenas 10 a?os, con id¨¦nticos usuarios.

Por tanto, en la historia del idioma espa?ol anterior a 1980 no se hallan casos de ninguna de esas dos f¨®rmulas, lo cual har¨ªa suponer que en los anteriores Parlamentos del mundo hispano nadie se posicionaba ni fijaba posici¨®n. Claro, en aquel tiempo los pol¨ªticos, menos rimbombantes quiz¨¢s, se conformaban con definirse o situarse, o explicarse, o decidir algo, o aclararse en caso de confusi¨®n. O mojarse (en sentido figurado) o colocarse (aqu¨ª, sin sentido figurado). Tal vez incluso adoptaban una postura, sin necesidad por ello de posturarse.

As¨ª pues, ¡°posicionarse¡± y ¡°fijar posici¨®n¡± parecen formar parte del dialecto creado por pol¨ªticos y periodistas para darse pote. Porque todos nos imaginamos esas palabras en un debate y en un diario, pero cualquiera se quedar¨ªa perplejo si su pareja le dijera: ¡°Cari?o, tenemos que posicionarnos sobre qu¨¦ hacemos esta tarde¡±. Y a¨²n se a?adir¨ªan m¨¢s dudas si el otro contestase: ¡°Es verdad, pero d¨¦jame pensarlo un rato antes de fijar posici¨®n¡±.