100 a?os de la Declaraci¨®n Balfour: una efem¨¦ride para celebrar

Hoy, 2 de noviembre de 2017, se cumplen 100 a?os de la Declaraci¨®n Balfour, el documento que dio el espaldarazo internacional necesario al sionismo pol¨ªtico y que culmin¨®, 30 a?os despu¨¦s, en la Resoluci¨®n 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (29 de Noviembre de 1947) por la que se pretend¨ªa dividir la Palestina hist¨®rica en dos estados, uno ¨¢rabe y otro jud¨ªo.

Este aniversario es hoy un motivo adicional de conflicto entre israel¨ªes y palestinos. El presidente palestino Mahmud Abbas ha pedido a Gran Breta?a que aborrezca de la Declaraci¨®n Balfour y pida perd¨®n y, como contestaci¨®n, la primera ministra Teresa May ha manifestado que los brit¨¢nicos deben estar orgullosos de haber contribuido a la creaci¨®n de Israel.

Ciertamente, la Declaraci¨®n Balfour es una de las semillas fundamentales del nacimiento del Estado de Israel que, en palabras de Josep Pl¨¢, fue ¡°uno de los acontecimientos m¨¢s extraordinarios de la historia.¡± Es, tambi¨¦n, un hito para la historia moderna de las naciones el cual es necesario examinar en toda su dimensi¨®n y juzgarse con perspectiva.

La Declaraci¨®n fue una carta que el entonces Secretario del Foreign Office y anterior primer ministro Lord Arthur James Balfour envi¨® al bar¨®n Lionel Walter Rothschild, l¨ªder de la comunidad jud¨ªa en Gran Breta?a, para transmitirle el apoyo del gobierno brit¨¢nico al ¡°[¡­]establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo jud¨ªo y har¨¢ uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realizaci¨®n de este objetivo, en el entendido de que no se har¨¢ nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no jud¨ªas existentes en Palestina, ni los derechos y el estatuto pol¨ªtico de que gocen los jud¨ªos en cualquier otro pa¨ªs".

Aunque no tuviera efecto legal alguno, el Imperio brit¨¢nico, la principal potencia de principios de siglo XX, reconoc¨ªa mediante esta misiva el v¨ªnculo milenario entre el pueblo jud¨ªo y la tierra de Israel, y ve¨ªa, favorablemente, el nacimiento de un hogar nacional para los jud¨ªos en un territorio que iba a estar administrado por la misma Corona brit¨¢nica hasta 1948. Como gesto pol¨ªtico tuvo, para los sionistas, un valor incalculable. En cada palabra de la carta del canciller Balfour descansa el proyecto de Theodor Herlz ¡ªfundador del Sionismo pol¨ªtico que falleci¨® en 1904¡ª para que la comunidad internacional reconociera el derecho de los jud¨ªos a tener un Estado-Naci¨®n.

Es dif¨ªcil creer que, sin el empe?o de Herzl y de la celebraci¨®n de los sucesivos Congresos Sionistas desde 1897, una iniciativa como la Declaraci¨®n Balfour hubiera tenido lugar. Con la carta enviada al bar¨®n Rothschild, el Imperio brit¨¢nico reconoc¨ªa el derecho de autodeterminaci¨®n del pueblo jud¨ªo y, en suma, tomaba nota de una realidad inmutable y la aceptaba: que no puede entenderse a los jud¨ªos sin Israel ni a Israel sin los jud¨ªos.

Sin embargo, la Declaraci¨®n Balfour no abri¨® un camino de rosas para las aspiraciones sionistas. Gran Breta?a jug¨® un papel ambivalente y, en ocasiones oscuro, en los territorios que administraba en Oriente Medio. En efecto, los brit¨¢nicos, junto a los franceses, no cumplieron lo convenido en el Acuerdo Sykes-Picot (firmado en mayo de 1916) seg¨²n el cual se crear¨ªan tres grandes estados (uno ¨¢rabe con capital en Damasco, otro cristiano en L¨ªbano y otro jud¨ªo en la Palestina hist¨®rica) y, mediante el uso de escuadra y cartab¨®n, dibujaron fronteras en donde antes no las hab¨ªa.

En 1922, bajo la supervisi¨®n de la Liga de Naciones, los brit¨¢nicos entregaron el 80% del territorio conocido como Palestina (hist¨®rica), al que hace referencia Balfour, a la dinast¨ªa hachem¨ª, y as¨ª naci¨® la actual Jordania.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Mandato Brit¨¢nico public¨® el Libro Blanco en virtud del cual limitaba la inmigraci¨®n de los jud¨ªos que escapaban del r¨¦gimen nazi.

La Declaraci¨®n Balfour es el comienzo de un proceso de justicia universal que desembocar¨ªa en el nacimiento de Israel

En la citada Resoluci¨®n 181, en la que Gran Breta?a se abstuvo, el territorio que el Plan de Partici¨®n otorgaba a los jud¨ªos era s¨®lo una sexta parte de la que reclamaban en 1917. Seis meses m¨¢s tarde, el 14 de mayo de 1948, el Alto Comisionado de su Majestad para Palestina, Allan Cunningham, arri¨® la Union Jack en el puerto de Haifa y abandon¨® a los jud¨ªos a su suerte. Ese mismo d¨ªa, ocho ej¨¦rcitos ¨¢rabes (Siria, Egipto, Transjordania, L¨ªbano, Yemen, Irak, Arabia Saud¨ª y el Ej¨¦rcito ?rabe de Liberaci¨®n) declaraban la guerra al reci¨¦n nacido Estado jud¨ªo. Oriente Medio ha sido desde entonces una zona inestable, plagada de tiran¨ªas y cuna de fanatismos religiosos, con una ¨²nica excepci¨®n: Israel.

A pesar de ello, la Declaraci¨®n Balfour es el comienzo de un proceso de justicia universal que desembocar¨ªa en el nacimiento de Israel, en el retorno de un pueblo perseguido y masacrado durante la Shoa a su tierra ancestral, y en el establecimiento de la hasta hora ¨²nica democracia en una zona en la que ni la libertad ni los derechos humanos ni la paz consiguen abrirse paso.

La Declaraci¨®n Balfour supuso un acontecimiento que, a cien a?os vista, ha demostrado ser valiente, justo y positivo. Su centenario es, pues, una efem¨¦ride a celebrar.