Esto s¨ª, esto no: 21 dilemas que atormentan al hombre al vestir en invierno
?Un abrigo color beis? ?Han muerto los pitillos? ?Y si me apetece ponerme un fular? ?Gorro o sombrero?
A m¨¢s ropa, m¨¢s posibilidades de meter la pata. As¨ª de simple. Y cuando arrecia el fr¨ªo, la urgencia prima sobre el estilo: prendas calentitas que tendr¨ªas que haber jubilado hace a?os, ropa deportiva fuera de lugar, exceso de capas y atentados contra la ergonom¨ªa conforman un repertorio de errores que, en el fondo, son de sentido com¨²n. Aqu¨ª est¨¢ nuestra gu¨ªa.
1. Si vas a llevar un abrigo barato, intenta que no sea beis
La calidad del pa?o es proporcional a la densidad de tejido del abrigo. Un abrigo de m¨¢s calidad tiene un tejido m¨¢s compacto y uno de menos tiene un tejido m¨¢s fino. Cuanto m¨¢s claro sea el tejido, m¨¢s canta su calidad. En resumen, un abrigo barato color beis parece tres veces m¨¢s barato. Y no solo es cuesti¨®n de calidad. Tambi¨¦n de esp¨ªritu pr¨¢ctico. "En un abrigo claro cualquier desgaste o mancha se nota mucho m¨¢s", a?ade el experto en moda Carlos Primo. Mucho mejor optar por elegantes tonalidades oscuras donde en un tejido regulero los eventuales lamparones queden camuflados.
2. M¨¢s de tres capas de ropa es vicio
Es com¨²n ver por estas tierras gentes con camiseta, camisa, jersey y sudadera. Todo a la vez. Hace falta mucho arte para gestionar tanta informaci¨®n sobre uno mismo. Si para usted la ropa es algo ¨²til y ocasionalmente bello, pero no su afici¨®n favorita, siga esta norma: todo lo que conlleve m¨¢s de dos minutos para desvestirse es demasiado.
3. As¨²melo: las sudaderas que te pon¨ªas con 20 no te sientan bien con 40
Puede que tu camiseta de Metallica siga teniendo rollo veinte a?os despu¨¦s, pero conviene tomar algo de perspectiva y observar tu colecci¨®n de sudaderas. ?Tienes 40 a?os, no 18! ?La capucha (que nunca usas) te sienta bien o te hace chepa? ?Est¨¢s seguro de que ese color primario (rojo intenso, azul pitufo, amarillo mostaza) es el que m¨¢s te conviene? ?Qu¨¦ pone exactamente en el estampado? Los logos universitarios est¨¢n muy bien, pero la edad marca la diferencia entre parecer el capit¨¢n del equipo de b¨¦isbol o ese repetidor eterno que peina canas y sigue en la tuna. As¨ª que echa un vistazo a tus sudaderas, responde estas preguntas con sinceridad y trasl¨¢dalas al caj¨®n de ropa que me pongo cuando nadie me ve.
4. No hace falta ir al gimnasio antes que a comprar ropa
Si tienes michelines, te los marca, y si tienes m¨²sculos, te hace parecer un tronista: por fin podemos decir que el corte entallado ya no es la ¨²nica opci¨®n (aunque los estilistas de Operaci¨®n Triunfo piensen lo contrario). "Han vuelto las camisas con corte regular que ofrecen una silueta m¨¢s amplia y son mucho m¨¢s c¨®modas", explica Daniel Garc¨ªa, director de moda de ICON.
5. No a las manoplas
En nuestra cabeza, salir a la calle con manoplas evoca ensue?os hygge (caf¨¦ humeante, chimenea, quitar con una pala la nieve de la entrada). En la vida real, coartar la libertad de las manos atrap¨¢ndolas en unas manoplas solo logra retrotraernos a nuestra m¨¢s tierna infancia, cuando no ¨¦ramos capaces de comernos el pur¨¦ sin ayuda. S¨ª, con unas manoplas tus manos estar¨¢n calentitas, pero en cuanto te llamen al m¨®vil y no puedas descolgar o te pique la nariz y no sepas c¨®mo rascarte, renegar¨¢s de ellas para siempre.
6. No a las orejeras
Como ocurre con las manoplas, un par de orejeras nos vuelve poderosos contra el fr¨ªo, pero son furiosamente anti siglo XXI: hablar por el m¨®vil con ellas puestas es m¨¢s complicado que completar el rosco de Pasapalabra. Si quieres mantener la sensibilidad de tus pabellones auditivos durante los meses m¨¢s fr¨ªos, lo que necesitas es un buen gorro que cubra toda la cabeza. O unos cascos Beats, que son enormes y adem¨¢s se escucha m¨²sica.
7. No a ir sin calcetines
"Querer ir a la moda est¨¢ muy bien, pero conservar la salud a¨²n est¨¢ mejor", defiende Daniel Garc¨ªa. Por eso, dejar los tobillos al descubierto cuando el termostato marca cuatro grados no es una opci¨®n. Famosos como Ryan Gosling nos han hecho creer que llevar mocasines sin calcetines es l¨ªcito durante todo el a?o, pero cualquier esquimal sabe que no es posible.
8. ?Pantalones rotos? Con precauci¨®n
Hace ya tres a?os que Kanye West inaugur¨® la Era del Pantal¨®n Roto, as¨ª que la proporci¨®n entre modernidad y riesgo para tu salud de esta tendencia es cada vez menos ventajosa. Salir a la calle como si te hubiera atacado el oso de El renacido aumenta las papeletas de que pilles una pulmon¨ªa igual que hace tres a?os, pero si, pese a todo, el mundo del roto te seduce, aplica esta sencilla norma: si entra una mano por el descosido, mal.
9. Y lo mismo los pantalones pitillo
No, no osamos asegurar que el pitillo ha muerto, pero s¨ª advertimos. "Si vas a hacerte con varios pares de pantalones nuevos, considera tambi¨¦n otras siluetas. Esta temporada hay muchos cortes de distintos anchos y altos de cintura que, combinados con la ropa que ya tienes, es como cambiar de armario", aconseja nuestro director de moda.
10. Un paraguas caro puede ser un trauma
Si vives en Santiago de Compostela, compra el mejor paraguas que te puedas pagar: lo vas a usar todos los d¨ªas. En el resto de los casos, la realidad es que no llueve tanto y que seguro que, tarde o temprano, lo perder¨¢s. Esto no quiere decir que ahora te compres los paraguas en el bazar que tienes debajo de casa. La clave est¨¢ en que d¨¦ buen servicio, pero no compense cruzar media ciudad si se te ha olvidado en alg¨²n sitio.
11. De una vez para siempre, un cortavientos no es un chubasquero
Primero de introducci¨®n a la moda masculina: un cortavientos y un chubasquero tienen ciertas similitudes, pero si llueve mejor que te pille con el segundo puesto. "Son prendas similares y tendemos a confundirlas. La diferencia reside en que un cortavientos es una chaqueta ligera de tejido t¨¦cnico que a¨ªsla del fr¨ªo y protege contra el viento, pero que no es impermeable", apunta Carlos Primo.
12. Comprar la primera bufanda que encuentras no es buena idea
No elijas la primera bufanda que se cruce en tu camino: seguramente te arrepientas. Hay que considerar algunas sutilezas, como que la piel con barba muy corta tiende a destrozar cualquier cosa que roza (si es tu caso, mejor compra una bufanda de fibra muy corta, o acabar¨¢s con el cuello lleno de bolas), o que cuanto m¨¢s larga sea, o m¨¢s r¨²stica, m¨¢s te constar¨¢ combinarla. ?Entonces? Si eres nuevo en esto, escoge una de longitud media, de fibra corta, en un color que te haga feliz y a ser posible de lana 100 %. A partir de ah¨ª, como se suele decir, las posibilidades son ilimitadas.
13. La bufanda no se anuda
"El nudo que populariz¨® Jaime Marichalar [ese con el que se anuda la bufanda como si fuera casi una corbata] siempre me parece muy ambicioso. Es como querer darle a la bufanda una dignidad que no le hace falta", dice Daniel Garc¨ªa. "Una bufanda no es una corbata, ni falta que le hace. P¨®ntela como se la pondr¨ªas a tu hijo, es decir, como m¨¢s abriga: enrollada al cuello".
14. ?Qu¨¦ pasa con los colores pastel?
"John Fairchild, que durante d¨¦cadas fue uno de los personajes m¨¢s temibles del mundo de la moda, pas¨® los ¨²ltimos inviernos de su vida en su casa de Suiza, rodeado de nieve y vestido de beis y amarillo pollito", dice nuestro director de moda. En realidad, la decisi¨®n respecto al rosa palo, el azul beb¨¦ y dem¨¢s familia no tiene m¨¢s l¨®gica que la totalmente visceral: o te encantan o los detestas. En cualquier ¨¦poca del a?o.
15. El reloj grande se lleva mal con la ropa de abrigo
"El kit jersey-camisa-abrigo deja poco espacio para relojes muy contundentes. Y menos a¨²n si llevas guantes", reflexiona el director de moda de ICON. En invierno nos abrigamos a base de superponer diferentes capas de ropa y cuanto m¨¢s grande es el reloj m¨¢s dif¨ªcil es que conviva con tanta manga. "Los camiseros est¨¢n empezando a hacer pu?os m¨¢s holgados para acomodar relojes de m¨¢s de cuatro cent¨ªmetros de di¨¢metro", explica Carlos Primo. Pero hasta que esta innovaci¨®n llegue a la calle, impera la l¨®gica: "Los relojes muy grandes suelen ser deportivos: est¨¢n dise?ados para llevarlos en situaciones exigentes que requieren ser vistos claramente". Esto es misi¨®n casi imposible con las capas de ropa que exige el invierno.
16. Una cosa es ir c¨®modo y otra ir en ch¨¢ndal
Si no trabajas en Silicon Valley, el ¨²nico lugar en el mundo donde pasar la jornada laboral en chanclas y sudadera est¨¢ bien visto, no puedes presentarte en el trabajo con la misma ropa que te pones para salir a correr. Al menos, toda junta. Vas a trabajar, no a pasar 11 horas en un vuelo transatl¨¢ntico. ?La soluci¨®n? Haz combinaciones de dos elementos deportivos (zapatillas, sudadera, chubasquero, pantal¨®n de ch¨¢ndal), con al menos una prenda m¨¢s formal (abrigo, jersey de punto, chinos). As¨ª ir¨¢s c¨®modo y en las tiendas te seguir¨¢n llamando de usted.
17. Hoy no vas a subir ning¨²n 'tresmil'
La industria de la moda ha consagrado la influencia monta?era, y hoy somos felices rodeados de mosquetones, cordajes fosforitos y prendas con refuerzos. Sin embargo, eso no quiere decir que tus botas de trekking sean ¨²tiles para cada momento y ocasi¨®n. Para empezar, porque no son tan c¨®modas si tienes que pasar horas sentado. Tampoco son tan bonitas, especialmente si no est¨¢n muy limpias. Y sus suelas, duras y pesadas, hacen un ruido atroz sobre el parqu¨¦, la tarima e incluso la moqueta. Antes de que tus compa?eros de trabajo dejen de hablarte, reserva tus botas de monta?a para el fin de semana. Pese a todo, ?quieres mantener en tu calzado de oficina el esp¨ªritu rudo que inspira tu piel curtida? Para eso, como dec¨ªamos, la industria de la moda ha creado esta temporada un regimiento de civilizadas reinterpretaciones del calzado de monta?a de verdad.
18. Ay, el sombrero
Qu¨¦ bien le quedaba a Humphrey Bogart el Fedora, y a Churchill su Homburg. Y qu¨¦ dif¨ªcil es replicar la elegancia de esos grandes hombres del pasado en esta era de vaqueros, sudaderas con mensaje y selfis con cara de pato. Evidentemente, no es imposible, pero hace falta talento para llevar un sombrero en 2017. Una prenda tan carism¨¢tica hace falta un car¨¢cter acorde, as¨ª que j¨²zgate y procede.
19. Ay, el fular
El fular es un arma de doble filo: puede ser un glorioso trozo de tela estampada (o no) que alegra cualquier atuendo, pero tambi¨¦n un dudoso trozo de tela que se pone alrededor del cuello y ni embellece ni abriga. Carlos Primo lo defiende: "Sobre todo, en su versi¨®n invernal, es decir, un rect¨¢ngulo de tela de lana muy fina. Denso, pero fino. Para m¨ª, el problema es cuando el fular flota".
20. ?Ay, la bufanda blanca!
Toda la problem¨¢tica de los puntos 19 y 20 se concentra en una prenda: la bufanda de seda blanca. Si no tienes por costumbre correr al teatro con esmoquin negro, abrigo de cachemir y sombrero de copa mientras sientes volar sobre los hombros tu liger¨ªsima bufanda, mejor ah¨®rrate este bello, pero complicado complemento. "Es muy raro ver a alguien disfrazado de caballero de los a?os veinte usando un iPhone", reflexiona nuestro director de moda.
21. Ten a mano siempre un par de prendas que crees que te van demasiado grandes. Las necesitar¨¢s
Es ¨¦poca de cachopo. ?Hace falta decir m¨¢s?
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