¡°Los nuevos espacios generan nuevas formas de participaci¨®n en las escuelas¡±
Entrevista a Silvia Sasot y Esther Belvis creadoras de la gu¨ªa creativa del proyecto Hack the School, espacios por el aprendizaje y la convivencia
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Cuando nos preguntan sobre la educaci¨®n escolar autom¨¢ticamente pensamos en el maestro, las asignaturas, los libros de texto o en la mera acci¨®n de estudiar. Pero la educaci¨®n es mucho m¨¢s, en todo proceso de aprendizaje tambi¨¦n influyen otros elementos algo m¨¢s abstractos que juegan un papel muy importante. Hablamos de los espacios arquitect¨®nicos, de la relaci¨®n con los compa?eros y en general de la implicaci¨®n y motivaci¨®n de toda la comunidad. La arquitecta S¨ªlvia Sasot y la pedagoga Esther Belvis nos cuentan porque es tan necesario repensar la escuela en este sentido.
PREGUNTA. ?Por qu¨¦ os interesa mezclar arquitectura y pedagog¨ªa?
RESPUESTA. Las dos compartimos el objetivo de querer mejorar el bienestar de las personas en el marco de la educaci¨®n. La colaboraci¨®n entre el binomio arquitectura (S¨ªlvia) y pedagog¨ªa-arte (Esther) nos da la posibilidad de explorar y tener una aproximaci¨®n m¨¢s contempor¨¢nea a la educaci¨®n, basada tanto en la interdisciplinariedad como en el cuidado por el entorno y las personas.
P. ?Qu¨¦ es Hack the School y c¨®mo surgi¨®?
R. Hack the School es una iniciativa de la Fundaci¨® Bofill para promover peque?as transformaciones en los espacios de las escuelas participantes con la ayuda de un arquitecto. El proyecto tiene formato de reto, ya que lo se pretende es que las escuelas pasen a la acci¨®n. Nosotras dise?amos la gu¨ªa creativa para acompa?ar el proceso de las comunidades educativas y ayudar a dinamizar distintos procesos de cambio.
P. Vuestro proyecto propone repensar los espacios en las escuelas ?Por qu¨¦ es tan necesario?
R. Proponemos repensar la escuela como un espacio de convivencia y aprendizaje pensado desde distintos ¨¢mbitos. Tradicionalmente la mirada ha sido principalmente t¨¦cnica y muy homog¨¦nea. Los espacios de la escuela vienen regulados por unas leyes desactualizadas que determinan como son, y en consecuencia tambi¨¦n, como no pueden ser. Nos interesa aprender a pensar fuera de este marco y crear otros espacios que acompa?en a los procesos de cambio educativo y cultural de los centros actuales.
P. No es solo una cuesti¨®n de mover las mesas de sitio. ?Qu¨¦ elementos tenemos que tener en cuenta para hacerlo?
R. Consideramos que mover las mesas debe entenderse como el resultado de un proceso de reflexi¨®n, experimentaci¨®n y empoderamiento de la comunidad educativa. Insistimos en que para hacer cambios ¨²tiles, es necesario que se establezcan procesos de cambio que impliquen a todos, y donde haya un di¨¢logo entre arquitectura y educaci¨®n. Cada escuela debe generar aquellos espacios que respondan a su identidad y a las necesidades de su comunidad.
Parece que el tema ¡°espacios educativos¡± nos lleve siempre a hablar de ¡°cosas¡±. Nuestra mirada siempre es partir de las personas como individuos ¨²nicos y como miembros de la comunidad. Por eso, proponemos una aproximaci¨®n m¨¢s humanista que nos permita tomar decisiones sobre como los espacios determinan el bienestar, las relaciones entre las personas, las posibilidades de autonom¨ªa y autoregulaci¨®n, la creatividad, etc.
P. ?Pueden llegar a decidir juntos los alumnos, las familias y el profesorado?
R. Los resultados obtenidos en Hack the School, as¨ª lo demuestran. Para nosotras el mayor logro, no han sido los cambios en los espacios sino como a trav¨¦s de estos se han generado nuevas formas de comunicaci¨®n y participaci¨®n en las escuelas. A menudo, hablar de espacios permite abrir un espacio de conversaci¨®n sobre otros aspectos m¨¢s profundos y human¨ªsticos relacionados con la educaci¨®n y la convivencia en el centro.
P. ?Qu¨¦ impresiones hab¨¦is obtenido?
R. En primer lugar nos sorprendi¨® la respuesta del proyecto ya que quisieron participar m¨¢s de 170 escuelas de Catalu?a y finalmente se seleccionaron a 30 para poder gestionar la transformaci¨®n. Esto nos parece un indicador claro de la necesidad de repensar el espacio y c¨®mo esta necesidad no coincide con el sistema que tenemos, la demanda es real. Tambi¨¦n nos sorprendi¨® la capacidad creativa de todos los centros para hacerse suyo el reto y adaptarlo a su concepto pedag¨®gico, y la movilizaci¨®n de toda la comunidad educativa de cada centro con una ilusi¨®n compartida.
P. ?C¨®mo tiene que ser el entorno de un ni?o para que este aprenda? ?Tanto influye?
R. Cada ni?o es diferente y tiene una forma distinta de aprender y percibir el entorno que le rodea. Lo importante es ofrecer entornos vers¨¢tiles que permitan generar distintas metodolog¨ªas, donde el docente y el alumnado puedan dialogar y generar aquellas din¨¢micas y formas de estar en el espacio que favorezcan tanto la convivencia como el aprendizaje. De alguna manera, abogamos por una escuela sensible que responda a las necesidades y retos de la realidad educativa del d¨ªa a d¨ªa. Pero est¨¢ claro que hay temas muy b¨¢sicos relacionados con el bienestar del cuerpo humano que hay que tener en cuenta. Como no pasar ni fr¨ªo ni calor, acceso a luz natural, respirar un aire de calidad, no exponerse a condiciones ac¨²sticas desagradables, posibilidad de movimiento, gesti¨®n de los est¨ªmulos visuales, etc.
P. ?El espacio aula entre cuatro paredes caducar¨¢? ?Hacia d¨®nde vamos? ?C¨®mo cre¨¦is que ser¨¢ la escuela del futuro?
R. Nos gustar¨ªa que hubiera muchas escuelas del futuro, o esto es lo que vemos en algunos pa¨ªses del extranjero. Cada comunidad educativa construye o transforma una escuela adecuada a su contexto concreto a trav¨¦s del di¨¢logo creativo y atrevi¨¦ndose a experimentar. Evidentemente en estas escuelas podr¨¢ haber aulas entre cuatro paredes pero tambi¨¦n habr¨¢ otros espacios. Quiz¨¢s es posible que el concepto de aula evolucione y se haga m¨¢s complejo siempre de la mano de la propuesta pedag¨®gica. Transformar los espacios donde convivan varios grupos, donde los profesores puedan trabajar en equipos, donde los ni?os se sientan seguros y a la vez libres. Nos parece un buen reto.
P. ?Este cambio de visi¨®n sobre los espacios, tambi¨¦n se podr¨ªa trasladar a espacios p¨²blicos enfocados a los ni?os? Me refiero a parques, bibliotecas, ludotecas, etc.
R. Todos los espacios son educadores. Nosotras apostamos por una mirada m¨¢s atenta y centrada en el ni?o, que transgreda una arquitectura centrada en el objeto. Nuestra propuesta siempre es crear espacios desde una mirada m¨¢s humana, y eso tambi¨¦n puede incluir el concepto del espacio en s¨ª mismo. Ahora pensamos en bibliotecas para libros, ludotecas para juguetes, parques para columpios. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si creamos los espacios para la infancia donde puedan convivir libros, juguetes, columpios junto con experiencias art¨ªsticas, experiencias cient¨ªficas, experiencias familiares y aquellas que a¨²n no sabemos imaginar? Nos parece importante centrar el discurso en la experiencia de lo que la persona siente y experimenta y no en el objeto de la experiencia (libro, juguete, columpio, etc.).
P. Recientemente hab¨¦is presentado el proyecto de Hack School en Londres. ?En qu¨¦ pa¨ªses la arquitectura y pedagog¨ªa ya es una realidad?
R. Hay varios pa¨ªses que se est¨¢n planteando el reto y cada uno a su manera como Australia, Dinamarca, Finlandia, Austria, Holanda y muchos otros m¨¢s. Normalmente son pa¨ªses donde la legislaci¨®n no es limitante. Cada contexto cultural ofrece miradas distintas, y oportunidades, pero todos construyen desde un concepto del aprendizaje m¨¢s contempor¨¢neo y desde una cultura concreta. La ra¨ªz de la diferencia que percibimos se encuentra en el concepto de infancia y ni?o-a de cada pa¨ªs y el tipo de relaci¨®n cultural entre adultos y ni?os.
P. Habl¨¢is siempre de un cambio de cultura para poder cambiar los espacios. Pero, ?este cambio de cultura es posible en nuestro pa¨ªs?
R. ?Claro que es posible! Desafiamos los modelos y los est¨¢ndares que indican una ¨²nica manera de hacer las cosas. Es cierto que podemos aprender de las experiencias e ideas que vienen de otros pa¨ªses, pero cada escuela debe ser coherente con su filosof¨ªa educativa y entorno. Es una cuesti¨®n de confianza, formaci¨®n y autonom¨ªa en lo que se refiere al centro, pero tambi¨¦n es necesaria voluntad pol¨ªtica para revisar las leyes que determinan la arquitectura en lo que se refiere a los espacios educativos. Estamos viviendo un momento muy interesante, muchas familias j¨®venes ya son el cambio de cultura que altera el status quo.
P. ?Qu¨¦ tenemos que hacer para llevarlo a cabo?
R. Nosotras aconsejamos a las comunidades educativas a empezar por acciones peque?as en espacios comunes. Las acciones peque?as permiten explorar y facilitar el disfrute y logro compartido. Por otro lado, los espacios comunes permiten implicar a m¨¢s personas de la comunidad y abren el debate para pensar qu¨¦ tipo de comunidad y educaci¨®n se quiere crear y compartir. Un truco ser¨ªa seleccionar un espacio olvidado de la escuela e iniciar un di¨¢logo para devolverle la vida, es en este punto donde la gu¨ªa que hemos dise?ado puede ayudar mucho a poner un poco de orden durante el proceso.
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