Yihadismo sin califato
El ISIS es ahora m¨¢s peligroso, porque muchos seguidores est¨¢n dispers¨¢ndose para exportar el terror m¨¢s all¨¢ del Levante
El atentado de Nueva York, despu¨¦s de las tragedias de Niza, Londres, Berl¨ªn, Estocolmo, Barcelona y Marsella, demuestra la persistencia de la amenaza yihadista en el coraz¨®n de las grandes metr¨®polis occidentales y es una nueva modalidad de terrorismo de proximidad cometido contra las democracias por ciudadanos o residentes que juran lealtad al Estado Isl¨¢mico a trav¨¦s de las redes sociales.
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Este ¨²ltimo atentado encaja en el giro emprendido por el ISIS desde 2014, con el llamamiento a asesinar infieles por cualquier medio y en cualquier circunstancia. Se eligi¨® Halloween por su valor simb¨®lico y para intentar causar el mayor n¨²mero de v¨ªctimas posible. El objetivo es exacerbar el terror para desencadenar una din¨¢mica de guerra civil entre las minor¨ªas musulmanas y el resto de la poblaci¨®n.
La ca¨ªda de Mosul y Raqqa ha asestado un golpe fatal al proyecto de califato del Estado Isl¨¢mico, que ha perdido competencias paraestatales como el control del territorio, la autoridad sobre la poblaci¨®n, funciones como la defensa, la polic¨ªa, la justicia y la moneda, y la gesti¨®n de los recursos petrol¨ªferos. Sin embargo, lejos de desaparecer, el ISIS es ahora m¨¢s peligroso, porque muchos yihadistas est¨¢n dispers¨¢ndose para exportar el terror m¨¢s all¨¢ del Levante.
El Estado Isl¨¢mico ya no tiene un ej¨¦rcito capaz de actuar en varios frentes, sino que se despliega de tres formas: los atentados suicidas en el mundo ¨¢rabe-musulm¨¢n, la guerrilla en Asia ¡ªdesde las cuevas afganas de Tora Bora hasta la isla filipina de Mindanao, pasando por los campos de refugiados rohingyas en Bangladesh¡ª y en ?frica ¡ªdesde Libia hasta Nigeria, pasando por Madagascar¡ª, y el terrorismo de proximidad en Occidente, sin poder planear atentados como el de Par¨ªs en noviembre de 2015.
La respuesta al yihadismo no puede ser solo militar y de seguridad, sino que debe movilizar a la sociedad
Este tipo de terrorismo se infiltra entre los emigrantes y exiliados y se ve reforzado por el regreso de miles de combatientes y sus familias de Levante. Es especialmente peligroso para Europa, donde residen m¨¢s de 50.000 musulmanes radicalizados, y a¨²n m¨¢s para Francia, por su historia, sus valores y su comunidad de unos seis millones de musulmanes. El peligro ha aumentado tras el fin del estado de emergencia vigente desde el 13 de noviembre de 2015. La decisi¨®n fue leg¨ªtima y se acompa?¨® de una ley antiterrorista sometida a votaci¨®n. Pero nadie puede olvidar que el atentado de Niza, el 14 de julio de 2016, se produjo precisamente cuando Fran?ois Hollande iba a anunciar ¡ªal final no lo hizo¡ª la vuelta a la legalidad habitual.
El car¨¢cter polim¨®rfico y la capacidad de adaptaci¨®n del ISIS obligan a una estrategia global, ¨¢gil e innovadora para derrotarlo. El terror no se combate con el terror ni negando la realidad. Es indispensable el recurso razonable a la fuerza armada, pero tambi¨¦n los dem¨¢s instrumentos de la acci¨®n pol¨ªtica: polic¨ªa, justicia, educaci¨®n, diplomacia, ayuda al desarrollo. La respuesta no puede ser solo militar y de seguridad, sino que debe movilizar a la sociedad. No puede ser solo nacional, sino que exige la estrecha cooperaci¨®n entre los pa¨ªses europeos y entre las democracias en general.
La oleada populista de 2016, con el Brexit y la elecci¨®n de Donald Trump, debilita considerablemente a Europa y Occidente. Es preciso erradicar el ISIS en el Levante y el Sahel y acordar unas pol¨ªticas de contenci¨®n en Asia y ?frica. Y es necesario reflexionar sobre la regulaci¨®n y la responsabilidad de las redes sociales.
La desestabilizaci¨®n de Estados Unidos y Gran Breta?a es un riesgo para Europa, pero tambi¨¦n una oportunidad. Las medidas para proteger las grandes ciudades y coordinar la informaci¨®n tienen que convertirse en la base de una Uni¨®n para la seguridad, cuyas misiones ser¨ªan la lucha antiterrorista, el control eficaz de las fronteras exteriores ¡ªsobre todo en el Mediterr¨¢neo¡ª y la protecci¨®n de las infraestructuras vitales.
Francia no debe endurecer constantemente un c¨®digo penal que solo hay que modernizar en relaci¨®n con las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, sino que debe desarrollar sus principios estrat¨¦gicos, sus organizaciones y sus formas de actuaci¨®n.
La comunidad musulmana lleva muchos a?os expuesta al salafismo, y el islamismo tiene cada vez m¨¢s influencia en una parte de la juventud. Los fallos observados en el atentado de Marsella subrayan la necesidad urgente de coordinar las pol¨ªticas p¨²blicas en materia de seguridad: entre otras cosas, crear un consejo de seguridad nacional que asesore al presidente de la Rep¨²blica y un centro de mando operativo para la seguridad interior, que dirija todos los aspectos de la lucha antiterrorista en territorio franc¨¦s. Hace falta un enorme esfuerzo de inversi¨®n en defensa, polic¨ªa y justicia, que habr¨¢ que financiar con recortes en el Estado de bienestar, que acapara el 34% del PIB.
Para una democracia, la manera m¨¢s segura de perder una guerra es luchar contra sus propios valores. El islam, como religi¨®n, debe ser protegido; el islamismo, como ideolog¨ªa mort¨ªfera, debe ser aniquilado. Sin entregarse al odio que alimenta la violencia. Sin sacrificar la libertad en nombre de la seguridad.
Nicolas Baverez es historiador.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
? Lena (Leading European Newspaper Alliance)
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