M¨¢s r¨¢pido, m¨¢s alto, m¨¢s sangre: la inexplorada relaci¨®n entre regla y deporte
La falta de estudios sobre la regla en el deporte perjudica a muchas atletas
Nunca antes los aficionados al deporte hab¨ªan tenido a su disposici¨®n tanta informaci¨®n. Adem¨¢s de las cl¨¢sicas clasificaciones, un aluvi¨®n de estad¨ªsticas y de conocimientos cient¨ªficos nos permiten estar al tanto hasta del m¨¢s m¨ªnimo detalle con influencia en el rendimiento de los atletas. Sin embargo, hay un enfoque que apenas se menciona: ?en qu¨¦ medida influye la regla en el rendimiento de las deportistas?
Entre las pocas ocasiones en las que se ha hablado p¨²blicamente de este asunto, destacan las palabras de Steffi Graff en 1989. Tras perder la final de Roland Garros ante Arantxa S¨¢nchez Vicario, la tenista alemana dijo: "?Por qu¨¦ me fui antes del final del partido? ?Realmente quieren saberlo? Porque ten¨ªa el periodo". En los pasados Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo, despu¨¦s de su decepcionante actuaci¨®n en la final de relevos 4x100, la nadadora china Fu Yuanhui hizo unas declaraciones que causaron mucho impacto. Primero, pidi¨® disculpas a sus compa?eras de equipo por su rendimiento. Y, a continuaci¨®n, explic¨® que se sent¨ªa d¨¦bil y cansada porque el d¨ªa anterior hab¨ªa comenzado su periodo menstrual.
Las declaraciones de ambas deportistas apuntan a la influencia negativa de la regla sobre el rendimiento deportivo. Sin embargo, la c¨¦lebre maratoniana Paula Radcliffe hizo unas declaraciones que suger¨ªan lo contrario: "Bat¨ª el r¨¦cord del mundo en 2002 al inicio de mi periodo, por lo que tampoco creo que sea un impedimento tan grande", declar¨® la atleta brit¨¢nica a la BBC. Entonces, ?en qu¨¦ quedamos?
Ni siquiera hay acuerdo entre las propias deportistas, como demuestra un estudio citado por Broadly, seg¨²n el cual el porcentaje de mujeres que creen que el ciclo menstrual afecta negativamente a su rendimiento es del 41,7%. El acuerdo, por desgracia, tampoco es mucho mayor entre los cient¨ªficos. Por un lado, hay investigaciones que desmienten que las alteraciones fisiol¨®gicas producidas por la menstruaci¨®n influyan en el rendimiento, como este estudio realizado en 2011 a un grupo de remeras. Pero hay otros que s¨ª encuentran cierta relaci¨®n y, adem¨¢s, mencionan un mayor riesgo de lesi¨®n en aquellas atletas con la regla, como este otro estudio.
La falta de investigaciones concluyentes, si bien nos impide responder a la pregunta anterior, por lo menos nos sirve como prueba de la escasa atenci¨®n que el mundo del deporte ha prestado a este tema.
Primero, porque hablar p¨²blicamente de la regla ha estado mal visto durante mucho tiempo, como si se tratara de una cuesti¨®n de hechicer¨ªa. Recordemos que tras las declaraciones de la nadadora china Fu Yuanhui, algunos usuarios de las redes sociales se preguntaban por qu¨¦ se hab¨ªa metido en la piscina teniendo la regla, como recogi¨® la BBC. La posibilidad de que la regla contamine las piscinas es un mito que ya ha sido rebatido por ginec¨®logos como Jean Gunter: "No hay ning¨²n riesgo para la salud. Decir que la sangre menstrual supone un riesgo es rid¨ªculo cuando en las piscinas tambi¨¦n puede haber sudor, orina o sustancias fecales. Por eso ponen cloro en las piscinas, por las secreciones humanas", afirm¨® en declaraciones a Today.com.
Segundo, porque las mujeres se han visto alejadas durante d¨¦cadas del deporte profesional, lo que ha motivado que los estudios sobre su rendimiento sean m¨¢s escasos. Para hacerse una idea, hasta los Juegos de Se¨²l de 1988, el porcentaje de mujeres participantes no hab¨ªa superado el 25%. De hecho, el lento acceso de las mujeres al deporte profesional se ha apoyado hist¨®ricamente en algunos bulos sobre sus cuerpos. Por ejemplo, seg¨²n recuerda Outline, un doctor berlin¨¦s escribi¨® en 1898 en el German Journal of Physical Education que los movimientos bruscos en el cuerpo de las mujeres podr¨ªan causar la p¨¦rdida del ¨²tero o prolapso uterino, poniendo en riesgo la fertilidad y "afectando al verdadero prop¨®sito de las mujeres en la vida, esto es, traer al mundo ni?os sanos".
Har¨ªamos mal en pensar que el mito de los efectos nocivos del deporte sobre el cuerpo femenino es cosa del pasado. La historia de los saltos de esqu¨ª femeninos nos lo demuestra, ya que no fueron aceptados en los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno hasta el a?o 2014 (la prueba masculina llevaba noventa a?os disput¨¢ndose). Por el camino, incluso el presidente de la Federaci¨®n Internacional de Esqu¨ª, Gian Franco Kasper, dijo en 2005 que los saltos no eran apropiados para las mujeres "desde un punto de vista f¨ªsico". Aunque luego se retract¨® de sus palabras, son muy ¨²tiles para demostrar la extraordinaria supervivencia del mito. Para conseguir su inclusi¨®n en el programa ol¨ªmpico, un grupo de deportistas incluso denunci¨® a los organizadores por discriminaci¨®n de g¨¦nero, como recuerda este art¨ªculo publicado en Deadspine.
Y, tercero, porque la mayor¨ªa de los m¨¦dicos deportivos y entrenadores son hombres. Un ejemplo cercano: en los pasados Juegos de R¨ªo, las selecciones espa?olas femeninas de balonmano, baloncesto, hockey y waterpolo estaban entrenadas por hombres. Esta realidad -que recuerda tanto a c¨®mo los puestos directivos se reservan para los hombres en las empresas- dificulta que se trate el tema con naturalidad.
Sobre esto ¨²ltimo se quej¨®, precisamente, Paula Radcliffe en sus declaraciones a la BBC: "Normalmente los m¨¦dicos deportivos son hombres y no lo comprenden". Como ejemplo, se refiri¨® al caso de Jessica Judd. La joven atleta brit¨¢nica se present¨® en los Mundiales de atletismo de Mosc¨², en 2013, como una de las favoritas para llevarse la victoria en los 800 metros. Pero como la prueba coincid¨ªa con su regla, los m¨¦dicos de la federaci¨®n le recetaron noretisterona (un anticonceptivo oral) para retrasar su menstruaci¨®n.
Las cosas no salieron como hab¨ªan planeado: Judd ni siquiera se clasific¨® para las semifinales y acab¨® llorando sobre la pista. "Le dieron un producto equivocado", explic¨® Radcliffe. "Por mi experiencia, sab¨ªa que la noretisterona hace que las cosas se vuelvan peores. Muchas lo sab¨ªamos, pero parece que nadie en la Federaci¨®n Brit¨¢nica de Atletismo se hab¨ªa ocupado de registrarlo". Esta observaci¨®n no es ninguna invenci¨®n: un estudio del British Journal of Sports Medicine puso al descubierto la infrarrepresentaci¨®n de las mujeres en las investigaciones deportivas.
Efectivamente, como en el caso de la noretisterona, no es extra?o que las atletas recurran a anticonceptivos orales para que sus periodos no coincidan con las competiciones. Como se encargan de recordar Giuseppe Fischetto y Anik Sax, m¨¦dicos de la Federaci¨®n Internacional de Atletismo, los anticonceptivos orales no est¨¢n prohibidos por la Agencia Mundial Antidopaje, lo que los convierte en un recurso v¨¢lido para que las atletas puedan escapar a los dolores menstruales. Porque, aunque no haya una demostraci¨®n concluyente sobre el efecto fisiol¨®gico de la menstruaci¨®n en el rendimiento, algunas atletas s¨ª han subrayado que los dolores asociados a la regla pueden afectar a su descanso y alterar as¨ª el perfecto equilibrio psicol¨®gico que necesitan durante la competici¨®n.
Eso s¨ª, Fischetto y Sax recuerdan que el uso de estos anticonceptivos puede tener otras consecuencias en las atletas: aumento de peso corporal, n¨¢useas y mareos, sensaci¨®n de pesadez, posibles alteraciones en el flujo menstrual, etc¨¦tera, por lo que recomiendan que cada deportista analice su caso personal antes de adoptar un tratamiento concreto. Esta es, precisamente, una de las quejas de las deportistas: que, debido a la falta de investigaciones, la responsabilidad de reducir los s¨ªntomas recaiga directamente sobre ellas, lo que supone una carga extra con respecto a las preocupaciones y tareas de los deportistas masculinos.