El mambo de la CUP
Tras rechazar el 155, y declararse en rebeld¨ªa desde la rep¨²blica virtual, la organizaci¨®n vuelve a colocarse bajo el paraguas del presupuesto concurriendo el 21-D
Hay una escena en Sopa de Ganso, la maravillosa s¨¢tira pol¨ªtica de los Marx ambientada en Libertonia, que de un tiempo a esta parte parec¨ªa toda una inspiraci¨®n para Catalonia, en que le pasan un informe de situaci¨®n al presidente Firefly, que lo mira y exclama:
¡ªHasta un cr¨ªo de cuatro a?os podr¨ªa entenderlo...
Y tras mirar al secretario, le urge:
¡ª?Traigan a un ni?o de cuatro a?os!
Cambien ¡°cuatro a?os¡± por la CUP y se parecer¨¢ bastante al proc¨¦s. Aunque en el Gobierno estaban PDeCAT y ERC, que parec¨ªan asimilar la trascendencia del desaf¨ªo desde la madurez institucional, al final para entender aquello hab¨ªa que traer a los activistas de la CUP. Buena parte de los enredos del proc¨¦s, desde que se cobraron la cabeza de Artur Mas, se han conducido bajo su l¨®gica m¨¢s o menos delirante. Ahora, tras abortar la convocatoria de Puigdemont al grito de traidor, han decidido participar en el proceso electoral convocado por Rajoy que ellos hab¨ªan calificado de ileg¨ªtimo. Y con el voto a favor de nueve de cada diez. La CUP en estado puro. Como Podemos, parecen sentirse los guardianes de las esencias de la democracia sobre el cenagal de la realidad, pero sin salirse del sistema. Tras rechazar el 155, y declararse en rebeld¨ªa desde la rep¨²blica virtual, han vuelto a colocarse bajo el paraguas del presupuesto concurriendo el 21-D. Son unos artistas del equilibrismo c¨ªnico.
Desde el instante mismo de la declaraci¨®n fallida de independencia, qued¨® claro que la mayor¨ªa del Parlament actuaba desenga?ada a su modo, salvo la CUP. Y no es raro. El resultado del proc¨¦s se parec¨ªa sobre todo a ellos. Por eso la fotograf¨ªa del momento hist¨®rico de la DUI era tan significativa: Puigdemont rodeado de cupaires felices pu?os en alto, mientras los dem¨¢s, con gesto grave, entend¨ªan que era un salto ret¨®rico al abismo. Los juntspelsistas han acabado procesados, algunos con sus huesos en la c¨¢rcel, otros protagonizando un exilio de opereta, todos plegados a la evidencia del vac¨ªo internacional y la legalidad, mientras la CUP se reservaba el marchamo de ser los aut¨¦nticos indepes, eso s¨ª, sin imputados, ni encarcelados, ni exiliados, y dando lecciones de compromiso. De traca.
Los cupaires, hijos pijos del sistema disfrazados de revolucionarios con camisetas de esl¨®ganes m¨¢s o menos provocadores, en definitiva se mantienen en el machito pero vendiendo rupturismo. As¨ª es la l¨®gica de estos fen¨®menos del cinismo pol¨ªtico. Detr¨¢s de su marchamo de autenticidad, siempre ha habido pragmatismo. ?pater les bourgeois es su estilo, con las camisetas protesta y pamemas como expropiar la catedral para economato, sodomizar santos, cambiar los t¨¢mpax por esponjas marinas, bajar a Col¨®n del pedestal o pagar por estar en las aceras privilegiadas. Pero, aunque clamaban contra la CorrupCiU, han sabido mantenerse dentro de la zona de confort habilitada por los viejos convergentes. Con toda su ret¨®rica antisistema, han vuelto a votar por estar en el sistema.
Se equivoca quien los tome por est¨²pidos. Con poco m¨¢s de 300.000 votos han manejado una comunidad rica y poderosa de ocho millones, pilotada en teor¨ªa por una coalici¨®n con m¨¢s de mill¨®n y medio de sufragios. A su modo, han hecho su machada ¨¦pica de los 300. Ahora van en solitario para mantenerse como guardianes de las esencias indepes. Saben que PDeCAT y ERC por separado se van a desgastar en disputas y broncas sobre la responsabilidad del fracaso, mientras ellos se elevan sobre el fango. Con el PDeCAT bastante KO, ahora mandar¨¢ el eje de izquierdas y se han vuelto a colocar con viento a favor. Atacan los comicios ¡°ileg¨ªtimos¡±, pero nueve de cada diez han votado que la CUP, como dir¨ªa Piqu¨¦, se queda. El mambo a¨²n puede dar mucho de s¨ª.
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