Comprueba ad¨®nde llevar¨ªan tus barreras ¨¦ticas a la humanidad
Si has contestado 'no' la mayor parte de las preguntas de la encuesta, los trasplantes y las transfusiones no habr¨ªan salvado miles de vidas de personas en todo el mundo
En el a?o 1656, el c¨¦lebre arquitecto ingl¨¦s Christopher Wren, autor de la catedral de San Pablo en Londres, escribi¨® una carta a un amigo: "El experimento m¨¢s considerable que he hecho ¨²ltimamente es este: le he inyectado grandes cantidades de vino y cerveza en la sangre a un perro vivo a trav¨¦s de una vena, hasta que se emborrach¨® por completo [...]. Vomit¨® hasta morir". Hoy el experimento de Wren parece salvaje, pero de alguna manera fue un ¨¦xito. La intoxicaci¨®n demostr¨® que la primera inyecci¨®n intravenosa hab¨ªa funcionado. A principios del siglo XX, la comunidad cient¨ªfica intenta lograr transfusiones de perro a perro, pese a que la sangre coagula y los experimentos fracasan. ?Apoyar¨ªas esta l¨ªnea de investigaci¨®n?
Has interrumpido una l¨ªnea de investigaci¨®n que permitir¨¢ que hacia el a?o 2015 las transfusiones de sangre salven 80 vidas al d¨ªa solo en Espa?a. Sin tus barreras ¨¦ticas, se habr¨ªan alcanzado los 112 millones de unidades de sangre donadas cada a?o en el mundo.
?
?
En 1914, el m¨¦dico belga Albert Hustin descubre que a?adir citrato de sodio a la sangre impide que se coagule. Enseguida, logra realizar transfusiones con ¨¦xito a perros. En la actualidad, se donan 112 millones de unidades de sangre cada a?o en el mundo, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Solo en Espa?a, las transfusiones de sangre salvaron 80 vidas al d¨ªa en 2015. ? ? ? ? ? ? ?Avanza el siglo XX y en la URSS despunta un joven bi¨®logo, Vlad¨ªmir D¨¦mijov. En 1937, con solo 21 a?os, ha dise?ado una m¨¢quina capaz de sustituir a un coraz¨®n. Durante m¨¢s de cinco horas, su aparato mantiene convida a un perro al que previamente hab¨ªa extirpado el ¨®rgano card¨ªaco. Para algunos, D¨¦mijov es una especie de Frankenstein de los perros. En su libro Trasplante experimental de ¨®rganos vitales, describe una cirug¨ªa en la que cose un coraz¨®n a las ingles de un perro para comprobar si sigue latiendo. El ruso llega a crear un perro con dos cabezas y animales con dos corazones, a base de suturas. ?Permitir¨ªas estos experimentos? Renuncias a una l¨ªnea de investigaci¨®n que desemboc¨® en el primer trasplante de coraz¨®n humano, llevado a cabo el 3 de diciembre de 1967, en un hospital de Ciudad del Cabo (Sud¨¢frica). Su cirujano afirm¨®: ¡°Si existe un padre de los trasplantes de coraz¨®n y pulm¨®n, ese t¨ªtulo lo ostenta, sin duda, D¨¦mijov¡±. En 2016, hubo casi 127.000 ¨®rganos trasplantados en el mundo, seg¨²n el Registro Mundial de Trasplantes. M¨¢s de 5.000 fueron de pulm¨®n. Y m¨¢s de 7.000 fueron de coraz¨®n. ?El primer trasplante de coraz¨®n humano de la historia se llev¨® a cabo el 3 de diciembre de 1967, en un hospital de Ciudad del Cabo (Sud¨¢frica). El paciente, un tendero de 54 a?os, recibi¨® el coraz¨®n de una mujer de 25 a?os atropellada por un borracho. ¡°Jesus. Dit gant werk !¡±, clam¨® el cirujano Christiaan Barnard cuando comprob¨®, estupefacto, que el coraz¨®n trasplantado volv¨ªa a latir. En afrik¨¢ans, su grito significa: ¡°?Jes¨²s! ?Esto va a funcionar!¡±. En 2016, hubo casi 127.000 ¨®rganos trasplantados en el mundo, seg¨²n el Registro Mundial de Trasplantes. M¨¢s de 5.000 fueron de pulm¨®n. Y m¨¢s de 7.000 fueron de coraz¨®n. ? ? ? ? ? ? ?Las pioneras investigaciones con animales han permitido grandes avances cient¨ªficos, pero te encuentras con otra barrera ¨¦tica: la experimentaci¨®n con primates no humanos. ?Sigues adelante?En 1973, los genetistas estadounidenses Herbert Boyer yStanley Cohen desarrollaron un m¨¦todo para cortar un gen de un organismo y pegarlo en el genoma de otro. Lo hicieron en una bacteria. Un a?o m¨¢s tarde, Rudolf Jaenisch y Beatrice Mintz emplearon un procedimiento similar para modificar el ADN de ratones. En 1992, EE UU aprob¨® el primer cultivo modificado gen¨¦ticamente para producci¨®n comercial: los tomates Flavr Savr, que tardaban m¨¢s en madurar. Hoy, pese a la oposici¨®n de algunas ONG, en el mundo son habituales los cultivos de ma¨ªz, soja y algod¨®n modificados para ser resistentes a herbicidas o t¨®xicos para determinados insectos que destruyen las cosechas. Hace un a?o, m¨¢s de un centenar de premios Nobel firmaron una dur¨ªsima carta abierta instando a la organizaci¨®n Greenpeace a ¡°reconocer las conclusiones de las instituciones cient¨ªficas competentes¡± y ¡°abandonar su campa?a contra los organismos modificados gen¨¦ticamente en general¡±. La Academia Nacional de Ciencias de EE UU subray¨® en 2016 que, tras d¨¦cadas de uso, no se ha hallado¡°ninguna prueba¡±de que los alimentos modificados gen¨¦ticamente tengan un impacto negativo en la salud. Algunos cient¨ªficos, como el bioqu¨ªmico espa?ol Luis Manuel Rubio, lideran ahora una revoluci¨®n transg¨¦nica para luchar contra el hambreen el mundo.
Cinco a?os despu¨¦s del descubrimiento de CRISPR, la t¨¦cnica est¨¢ presente en miles de laboratorios de todo el mundo. Es 10 veces m¨¢s barata y tres veces m¨¢s r¨¢pida que las anteriores t¨¦cnicas de edici¨®n gen¨¦tica. La comunidad cient¨ªfica est¨¢ volcada en corregir genes defectuosos en enfermedades hereditarias humanas. Investigadores de China y EE UU ya han modificado gl¨®bulos blancos con CRISPR para intentar aumentar la respuesta inmune de pacientes de c¨¢ncer. Sin embargo, muchos debates siguen en pie. ?Es ¨¦tico cambiar el genoma de un ¨®vulo o de un espermatozoides para que una persona nazca libre de una enfermedad? ?Permitir¨¢ la humanidad que se modifiquen en el laboratorio cualidades humanas como la inteligencia?
ESPECIAL | El Mundo en 2050
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.