Arena en la boca
Una posible crisis en Europa incrementar¨ªa el control de Rusia sobre el desarrollo energ¨¦tico del continente
En cuestiones hist¨®ricas, como en derecho penal, la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento. Hubo una vez un ¡°contable de la pol¨ªtica¡± que pudo evitar la Segunda Guerra Mundial. Su nombre: Neville Chamberlain, primer ministro de Reino Unido. Era un hombre muy ignorante, especialmente sobre lo que suced¨ªa en su pa¨ªs, y ese desconocimiento, aunado a su falta de capacidad pol¨ªtica, permiti¨® que Adolf Hitler comprobase que las democracias occidentales no ten¨ªan capacidad de respuesta. Que Donald Trump lo ignore todo acerca del mundo moderno, tampoco le exime de cumplir las leyes que lo regulan.
Su primer viaje oficial al extranjero fue a Arabia Saud¨ª, donde bail¨® la danza de las espadas y se puso muy contento porque vendi¨® millones en armas, que, en cualquier momento, pueden incendiar el mundo. Porque, despu¨¦s de esa visita, el rey Salm¨¢n, de 81 a?os, nombr¨® pr¨ªncipe heredero a su hijo Mohamed Bin Salm¨¢n (MSB), el hombre que ha liquidado el pacto de la Casa de Saud, concentra ahora todos los poderes en Riad y que ha entendido que tiene manos libres para hacer su voluntad.
Por si hubiera dudas, cuando el joven pr¨ªncipe desencaden¨® una purga al estilo de Stalin, deteniendo a ministros, parientes, pr¨ªncipes, ricos, altos funcionarios y a todos aquellos que, por alguna raz¨®n, le estorbaban para cambiar su pa¨ªs y romper los equilibrios del poder que han mantenido a la ultraconservadora dinast¨ªa en el trono del Reino del Desierto ¡ªdesde que el brit¨¢nico Lawrence se entendiera con Faisal I de Irak y Siria en la Primera Guerra Mundial y destruyeran por la espalda el Imperio Otomano¡ª, Trump regres¨® de nuevo a ese escenario llevado por su ignorancia y respald¨® las acciones y el futuro que encarna MSB.
En 1973, nadie pod¨ªa imaginar que el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª terminar¨ªa poniendo de rodillas a Occidente, gracias al embargo de petr¨®leo decretado por la OPEP. Las largas filas en las gasolineras y la destrucci¨®n masiva de los presupuestos nacionales que acompa?aron la primera crisis del petr¨®leo, sumiendo al mundo en un periodo de bajo crecimiento y altas tasas de inflaci¨®n y desempleo, demostraron que tener la llave del crudo supon¨ªa un poder decisivo a la hora de cortocircuitar las bases del desarrollo industrial internacional.
Y, como si no fuera suficiente, la guerra, una vez m¨¢s permitida y alimentada por Estados Unidos entre el Irak de Sadam Hussein ¡ªen aquel momento confiable y amigo¡ª y el Ir¨¢n de Jomeini, volvi¨® a poner al planeta contra las cuerdas porque, sencillamente, hundiendo dos grandes petroleros en el estrecho de Ormuz, el oro negro no llegar¨ªa a Occidente.
Hoy, el petr¨®leo tiene una importancia estrat¨¦gica distinta. Estados Unidos ha conseguido la plena independencia, cambiando su regulaci¨®n, incrementando sus reservas y explotando agresivamente el gas shale. Adem¨¢s, la dependencia energ¨¦tica de Europa de la red de gasoductos que domina Putin ha abierto espacio a nuevos jugadores en el tablero que en 1973 nadie pod¨ªa imaginar.
La crisis de Oriente Pr¨®ximo ya no es s¨®lo el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª. Ahora, es la continuaci¨®n de la guerra religiosa que desencaden¨® el 11-S con el ataque a las Torres Gemelas. Aunque es verdad que la mayor¨ªa de los terroristas eran saud¨ªes renegados que, al derrumbar las torres, iniciaron una yihad doble. Primero, contra Occidente, y despu¨¦s, contra los chi¨ªes, que, a pesar de ser minor¨ªa del mundo musulm¨¢n, han dado a Ir¨¢n un enorme poder¨ªo militar y una gran influencia en la zona.
Con estos juegos surgidos del cambio de la estructura energ¨¦tica de EE UU, la profunda ignorancia del presidente Trump y la aventura de querer democratizar la zona por parte de Obama, el resultado es muy simple. Una posible crisis en Europa, con independencia de acciones como el bloqueo sobre Qatar, incrementar¨ªa el control de Rusia sobre el desarrollo energ¨¦tico europeo puesto que su gas sigue siendo el elemento vital que mantiene el desarrollo del Viejo Continente.
Adem¨¢s, Putin ha entendido que no puede dejar solo a Xi Jinping y a China el control de los pa¨ªses petroleros. Por eso, el presidente ruso env¨ªa sus tropas a Siria, refuerza a Bachar el Asad, coloca sus piezas en la partida de L¨ªbano y rescata financieramente a Venezuela, junto a China, para tratar de desconectar la relaci¨®n financiera entre ese pa¨ªs latinoamericano y Estados Unidos.
Tenemos arena en la boca y estamos a punto de ahogarnos, pero no es el desierto de la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga lo que m¨¢s ahoga en este momento, sino los due?os del petr¨®leo y las influencias estrat¨¦gicas que cambian a la misma velocidad que lo hicieron cuando termin¨® la Segunda Guerra Mundial. Mientras tanto, el mundo se mira a s¨ª mismo y a todo lo que no se entiende, desde Catalu?a hasta el Brexit, desde los nazis sentados en el Bundestag hasta las posibilidades de supervivencia del modelo de austeridad y de la correcci¨®n fiscal europea frente a las demandas sociales, desde la Am¨¦rica que tiene un papel menos relevante en el mundo hasta las partidas en forma de ¨¢rabes, petr¨®leo, dominio financiero y estrat¨¦gico que se van concentrando cada vez m¨¢s en las manos de China y Rusia.
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