Un fracaso del separatismo
Barcelona pierde la Agencia Europea de Medicamentos en la primera ronda de votaciones por la inestabilidad pol¨ªtica
Es un fracaso estrepitoso y solo cabe imputarlo a la irresponsabilidad del movimiento independentista catal¨¢n, que con su desaf¨ªo al orden constitucional ha privado a Barcelona de albergar la sede de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) cuando abandone Londres a causa del Brexit. El hecho de que la capital catalana cayera ya en la primera ronda de votaciones que ten¨ªa que decidir entre las 16 ciudades candidatas, cuando desde el punto de vista t¨¦cnico era claramente una de las favoritas, indica que las consideraciones pol¨ªticas han pesado m¨¢s que la idoneidad objetiva de la candidatura.
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La inestabilidad pol¨ªtica que ha vivido Catalu?a en los ¨²ltimos meses ha sido el elemento decisivo que ha privado a Barcelona de una oportunidad como pocas se presentan en la historia. Con un presupuesto de 340 millones de euros anuales y un millar de empleados de alto nivel, la agencia encargada de aprobar y controlar los f¨¢rmacos de uso humano y animal es un dinamizador econ¨®mico de primera magnitud. La p¨¦rdida de la sede convierte a Barcelona en una v¨ªctima m¨¢s del proceso secesionista. El descr¨¦dito que comporta esta p¨¦rdida multiplicar¨¢ por mucho los efectos negativos que ya ha tenido la aventura de la declaraci¨®n unilateral de independencia. A las 2.500 empresas que han trasladado su sede fuera de Catalu?a y a la ca¨ªda del turismo hay que a?adir ahora la frustraci¨®n de expectativas en el sector biom¨¦dico catal¨¢n, y por extensi¨®n, espa?ol. Este importante vector ver¨¢ lastrado un potencial ganado en a?os de esfuerzo por la ciega osad¨ªa de unos gobernantes que no han dudado en poner en riesgo la convivencia, la estabilidad pol¨ªtica y la econom¨ªa en aras de unos objetivos ileg¨ªtimos que adem¨¢s eran imposibles.
La realidad siempre se impone. A pesar de que las tres instituciones implicadas ¡ªGobierno de Espa?a, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona¡ª han hecho esfuerzos para hacer un frente com¨²n en Bruselas, ha prevalecido el miedo a que nuevas turbulencias pudieran da?ar a una instituci¨®n comunitaria tan importante. Al final, ha pesado m¨¢s el temor a salir de las brasas del Brexit para caer en el fuego de un proceso secesionista en Catalu?a que Europa no da a¨²n por controlado. Lo ocurrido debe abrir los ojos a aquellos que todav¨ªa piensan que desafiar la ley y el orden constitucional no tiene costes. Los tiene, y el movimiento separatista deber¨¢ responder por ello ante los ciudadanos.
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