Abuelos

Nadie es culpable de los abuelos que tiene, pero todo el mundo es responsable de administrar los pedazos de memoria que nos hayan legado. Sea o no admirable la persona, sea o no despreciable, la figura de los abuelos se hereda, y hay que hacer algo con esa herencia. Lo que no sirve de nada es ocultarla.

Por ejemplo, pongamos que una se?ora es secretaria general de un partido nacionalista y xen¨®fobo, y perd¨®n por la redundancia. Y pongamos que la se?ora ha tenido un abuelo que fue alcalde franquista de una localidad catalana.

Est¨¢ claro que la conducta de la se?ora ha estado marcada por la libertad que como mujer y como ciudadana ha conquistado, porque supongo que tuvo que hacerlo a pesar de ser la nieta del alcalde.

La se?ora en cuesti¨®n tiene todo el derecho del mundo a pensar que su abuelo era un pr¨ªncipe o un canalla. Como tiene derecho a silenciar su opini¨®n al respecto o a echarla al pregonero, seg¨²n le venga en gana.

A lo que no tiene derecho esa se?ora es a aceptar los postulados de su partido, que dice que la Guerra Civil era una guerra de Espa?a contra Catalu?a. Porque el abuelo se llamaba Verg¨¦s de apellido y era catal¨¢n, y como buen alcalde franquista presumir¨ªa de la espa?olidad de Catalu?a. Porque, como a lo mejor recuerda la se?ora, los franquistas no eran constitucionalistas pero s¨ª estaban a favor de la unidad de Espa?a. Y su abuelo era de esos.

Hay una gran mentira que se va haciendo cada vez mayor en Catalu?a, gracias a algunos pol¨ªticos y a demasiados profesores de instituto y de universidad. Esa mentira consiste en decir que el sentimiento unionista es s¨®lo de espa?oles y de fachas.

Esta se?ora est¨¢ muy familiarizada con las mentiras que el llamado proc¨¦s ha extendido para empa?ar la imagen de los constitucionalistas. Por eso su contribuci¨®n ha sido decisiva en el asunto repugnante de la presunta amenaza de los muertos tirados por las calles, seg¨²n ella lanzada por alg¨²n representante pol¨ªtico del Gobierno. La mentira es de un calibre enorme, como lo pone de manifiesto el que haya sido entusiastamente apoyada por Mireia Boya, una representante de la CUP conocida por sus opiniones xen¨®fobas.

Marta Rovira i Verg¨¦s, la nieta del alcalde franquista de Sant Pere de Torell¨®, no tiene derecho a decir que en Catalu?a no hab¨ªa franquistas, ni que el Gobierno amenaz¨® con muertos. Fue Puigdemont quien invent¨® la patra?a.

Y su abuelo se declaraba ¡°ni de izquierdas ni de derechas¡±. Igual que Franco.