TV3 debe ser neutral

Los medios p¨²blicos catalanes han faltado al deber de imparcialidad y servicio p¨²blico al que est¨¢n obligados. TV-3 y Catalunya R¨¤dio han sido utilizados como instrumento de propaganda de las tesis independentistas, y su programaci¨®n ha contribuido a una visi¨®n sesgada de la realidad. La absoluta falta de pluralidad se ha traducido en un peso desproporcionado de representantes de las tesis separatistas en los debates, dejando siempre en minor¨ªa a quienes est¨¢n en contra del proc¨¦s. A la hora de seleccionar los asuntos a tratar, se ha dado prioridad a los intereses de la agenda independentista, ignorando otros asuntos que pod¨ªan interesar a los ciudadanos. Una buena parte del sesgo ha consistido en endosar la causa de cualquier aspecto negativo a Espa?a.

Como hemos sostenido otras veces con relaci¨®n a TVE, la radio y la televisi¨®n p¨²blicas no deben ser un ap¨¦ndice del Gobierno, ni actuar como correa de transmisi¨®n del partido en el poder. Los medios p¨²blicos catalanes han sufrido periodos de partidismo extremo y no es casualidad que una de las primeras medidas que adopt¨® el Gobierno de Artur Mas al volver a la Generalitat fuera revertir las reformas emprendidas por el Gobierno tripartito para evitar el control gubernamental de los medios p¨²blicos, algo similar a lo que hizo Mariano Rajoy respecto de la reforma aprobada por el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero. Ahora, el control de los medios p¨²blicos catalanes est¨¢ en manos de la mayor¨ªa parlamentaria, y el resultado ha quedado en evidencia con el nombramiento del actual director de TV-3, un militante de la causa independentista en cuyo nombramiento han pesado m¨¢s sus posiciones ideol¨®gicas que las razones profesionales.

TV-3 no solo es una televisi¨®n partidista. Es una televisi¨®n al servicio de una causa. Las noticias sobre el proc¨¦s no solo monopolizan los informativos, sino que toda la programaci¨®n est¨¢ marcada por la dial¨¦ctica ellos/nosotros, donde todo lo relativo a ellos suele ser negativo, y todo lo relativo a nosotros, positivo. Este planteamiento impregna desde los espacios infantiles hasta los de humor, en los que los soberanistas suelen ser ridiculizados de forma amable, y los espa?olistas, de forma degradante. El esp¨ªritu militante ha llegado hasta el extremo de suspender el programa sat¨ªrico Pol¨°nia por el encarcelamiento de varios miembros del Gobierno, alegando que ese d¨ªa no ten¨ªan ganas de re¨ªr. La programaci¨®n de TV-3 busca fijar unos par¨¢metros de interpretaci¨®n de la realidad favorables al independentismo; de ah¨ª la resoluci¨®n de la Junta Electoral para que deje de referirse a Carles Puigdemont como ¡°presidente en el exilio¡±, obviando que est¨¢ cesado y ha huido para eludir la justicia.

En la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n se baraj¨® la posibilidad de intervenir los medios p¨²blicos. No se hizo porque no hubo consenso y por no dar pie a acusaciones de querer cercenar la libertad de expresi¨®n. Catalu?a afronta ahora unas elecciones cruciales, para ella y para la democracia espa?ola. Es extremadamente importante que los medios p¨²blicos respeten la pluralidad de la sociedad catalana. Esperamos una cobertura exquisitamente neutral de la campa?a electoral. Por el bien de la sociedad y por su propio bien, pues de ello depender¨¢ su futuro.