Un encuentro que resume la violenta historia de Colombia
Un periodista v¨ªctima del ataque contra Caracol Radio entrevista a?os despu¨¦s al l¨ªder de las FARC
Colombia vivi¨® el pasado viernes un d¨ªa agridulce. En el primer aniversario de la firma de la paz con las FARC, el pa¨ªs sigue dividido ante ese acuerdo, las autoridades a¨²n no han logrado el control de muchas regiones rurales y el fantasma de la violencia no se ha desvanecido. Sin embargo, los primeros ensayos de convivencia ofrecen algunas im¨¢genes que dan la idea del cambio profundo que comienza a experimentar una parte de la sociedad.
El 12 de agosto de 2010, a las cinco y media de la madrugada, la guerrilla m¨¢s antigua y organizada de Am¨¦rica atent¨® contra Caracol Radio. Tres minutos antes de la explosi¨®n de un coche bomba cargado con 50 kilos de nitrato de amonio y combustible, el veterano periodista Dar¨ªo Arizmendi sali¨® de su despacho para presentar su programa, que, como en la cadena Ser, se llama Hoy por Hoy. El cuarto, orientado hacia la Carrera S¨¦ptima, una de las principales arterias de Bogot¨¢, qued¨® destrozado.
La emisora, que pertenece al Grupo PRISA, entrevist¨® el viernes a Rodrigo Londo?o, Timochenko, m¨¢ximo l¨ªder de las FARC y ahora candidato presidencial de su partido pol¨ªtico, nacido hace apenas tres meses.
El excombatiente entr¨® en la oficina de Arizmendi para ir al ba?o. Habl¨® con ¨¦l. Le dijo que sent¨ªa ¡°el deber moral¡± de pedirle perd¨®n. El periodista reflexion¨® sobre ese encuentro poco despu¨¦s de la entrevista. ¡°?Qui¨¦n sabe qu¨¦ hubiera pasado?¡±, se pregunt¨®. Record¨® que, de no haber salido de su despacho esa ma?ana, los cristales le hubieran podido desfigurar el rostro. ¡°Si es que de pronto no me hubiera degollado alguno de los vidrios¡±, consider¨®. ¡°Pero yo lo perdono¡±, quiso dejar claro. ¡°Somos adversarios, pienso distinto y jam¨¢s pensar¨¦ como ustedes. Pero le agradezco mucho el valor moral que ha tenido de venir hasta aqu¨ª¡±. Las visiones del mundo radicalmente opuestas que emergieron en esa conversaci¨®n, dura, pero respetuosa, reflejan una de las prioridades de Colombia y quiz¨¢ de todas las sociedades polarizadas: la urgencia de la palabra, de la comunicaci¨®n, para comenzar por fin a convivir.
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