El estudio que rompe con todos los mitos sobre c¨®mo tu beb¨¦ de 10 meses ve el mundo
Una ¨²ltima investigaci¨®n de Harvard y el MIT demuestra que los peque?os est¨¢n muy lejos de experimentar su entorno como algo sin sentido o borroso
La creencia popular es que los beb¨¦s, a pesar de estimularse con todo lo que sucede a su entorno, son incapaces de discernir lo que ocurre a su alrededor. Una leyenda urbana que echa por tierra un ¨²ltimo estudio elaborado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT). Seg¨²n esta investigaci¨®n, los beb¨¦s de 10 meses son capaces de saber cu¨¢nto te cuesta algo o c¨®mo lo valoras, solo observando lo duro que trabajas para conseguirlo. Son capaces de saber si llegar a tu objetivo te ha supuesto escalar paredes, muchos minutos de llanto o desaf¨ªos externos. ¡°Esto implica que el ni?o es capaz de integrar la informaci¨®n suficiente sobre los costes y los beneficios que la persona emplea para obtener lo que desea¡±, seg¨²n se explica en un comunicado.
Dicho de otra manera, el ni?o es consciente de los pasos que has seguido, de los obst¨¢culos que has encontrado o de lo que has sentido hasta llegar a tu objetivo. ¡°Aunque no somos los primeros en sugerir estas conclusiones, la novedad es que la investigaci¨®n demuestra que la correlaci¨®n beneficio/coste?¡ªel esfuerzo invertido y su resultado¡ª surge m¨¢s temprano de lo que ning¨²n investigador haya encontrado antes¡±, explican.
Efectivamente, estudios anteriores se?alaban que los beb¨¦s esperaban que su entorno fuera consistente con sus preferencias y su ejecuci¨®n para conseguir sus metas. Y otros hab¨ªan concluido que tanto los adultos como los ni?os de m¨¢s edad eran capaces de discernir las motivaciones de las personas que les rodean seg¨²n el esfuerzo que han puesto para obtenerlo.
¡°Esta investigaci¨®n demuestra que los peque?os est¨¢n muy lejos de experimentar el mundo que les rodea como algo sin sentido o borroso¡±, prosigue su autora principal Shari Lu. ¡°Por el contrario, interpretan las acciones de las personas partiendo de variables ocultas como el esfuerzo invertido en hacer esas acciones y el valor del resultado¡±, a?ade. Por ejemplo, algo muy del d¨ªa a d¨ªa: hacer la cena. Seg¨²n este estudio, el ni?o es capaz, tras observar c¨®mo cogemos los alimentos, c¨®mo los usamos y mezclamos, c¨®mo los guisamos, de saber el esfuerzo que nos ha costado y su resultado: la comida en el plato. Esto, seg¨²n los expertos, ser¨ªa extrapolable tambi¨¦n a las cosas no tangibles.
El estudio es un paso importante para entender los caminos del sentido com¨²n. ¡°Expresa de una manera concisa que al igual que la matem¨¢tica b¨¢sica est¨¢ en el centro de c¨®mo los economistas piensan sobre las decisiones racionales, esta toma de decisiones es algo intuitivo en los beb¨¦s que no conocen las matem¨¢ticas, no hablan y casi no pueden entender las palabras¡±, contin¨²a el texto. La investigaci¨®n se public¨® el pasado d¨ªa 23 de noviembre en la edici¨®n online de Science.
El camino hacia los resultados
?Son los ni?os capaces de discernir entre cu¨¢nto conocen a una persona, su objetivo y el esfuerzo que cuesta? Esta fue la pregunta inicial que se hicieron los expertos de Harvard. Para conseguir responderla, los investigadores mostraron a los beb¨¦s de 10 meses distintos v¨ªdeos de dibujos animados en los que un personaje con forma de pelota intentaba alcanzar a otro. Los v¨ªdeos eran distintos y los personajes deb¨ªan enfrentarse a distintos obst¨¢culos ¡ªpor ejemplo, una pared¡ª y distintas dificultades ¡ªm¨¢s empinada o robusta¡ª para superar y llegar a su objetivo. Tras la valoraci¨®n de los visionados, los resultados sugieren que los beb¨¦s ¡°son capaces de saber lo mucho que le importa a alguien conseguir algo y saben el esfuerzo que la persona invierte en ¨¦l¡±.
Conclusiones que llevan a m¨¢s preguntas
Los resultados han llenado de dudas a los expertos que se hacen preguntas como: ?comienzan los beb¨¦s con una pizarra completamente en blanco y de alguna manera pueden construir esta maquinaria sofisticada? ?O comienzan con una comprensi¨®n rudimentaria de los objetivos y creencias, y luego desarrollan la maquinaria sofisticada? ?O acaso todo est¨¢ construido?
Por esta raz¨®n, los investigadores esperan que los estudios de incluso los beb¨¦s m¨¢s peque?os, quiz¨¢s de tan solo 3 meses de edad, y los modelos computacionales de aprendizaje de las teor¨ªas intuitivas que el equipo tambi¨¦n est¨¢ desarrollando, puedan ayudar a arrojar luz sobre estas preguntas.
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