El Congreso aprueba la ley que permitir¨¢ a los transexuales cambiar su nombre legal sin pasar por un examen psiqui¨¢trico. Un paso m¨¢s contra la LGTBIfobia que no ha contado con el apoyo del Partido Popular.
Sonia recuerda con dolor la d¨¦cada de los 90. Ten¨ªa poco m¨¢s de 20 a?os, hab¨ªa huido de su pueblo en Asturias a Madrid y ejerc¨ªa la prostituci¨®n. Era una mujer transexual, es decir, no era mujer cisg¨¦nero. Ella naci¨® con pene. Pero para la inmensa mayor¨ªa de sus clientes, Sonia era un travelo. Un t¨ªo con tetas. Unas tetas con polla. Sonia relata con amargura los a?os en los que vendi¨® su cuerpo para iniciar el proceso de reasignaci¨®n de sexo, impensable que pudiera ser pagado por la Seguridad Social; aquello no ocurri¨® hasta 1999. Inimaginable tambi¨¦n que alguien llegara a llamarla por el nombre con el que se identifica. A¨²n tiembla al recordar las continuas vejaciones que sufri¨®: "No solo te humillan con sa?a. Quieren hacerte mucho da?o. Por ejemplo, meti¨¦ndote un bate de b¨¦isbol por el ano mientras calibran en voz alta hasta d¨®nde entrar¨¢. O te violan con una navaja en la garganta para que no grites y luego te escupen a la cara para que sepas que das asco." El Paseo de Camoens, el Parque del Oeste, la calle Fortuny hacia Juan Bravo y los alrededores del Museo de Ciencias Naturales eran las zonas de prostituci¨®n de las mujeres transexuales de aquellos a?os. Aquella fue la d¨¦cada en la que no hab¨ªa otra que conseguir el dinero de las operaciones hasta por debajo las piedras. Los a?os en los que no eran mujeres transexuales sino travelos.
Seg¨²n la encuesta realizada por la America Foundation for Suicide Prevention junto con el Instituto Williams en colaboraci¨®n con la Universidad de UCLA, Estados Unidos, m¨¢s del 80 % de las mujeres transexuales fueron v¨ªctimas de delitos de odio y el pasado a?o m¨¢s del 40 % intentaron quitarse la vida. Los hombres transexuales superan a¨²n m¨¢s estas cifras, pero a cambio, ellos practican la prostituci¨®n en menor medida. Eso les evita solo una ¨ªnfima parte de las agresiones que sufren; los hombres transexuales son los que m¨¢s intenci¨®n de suicidio manifiestan.
El PSOE presentaba esta misma semana en el Congreso de los Diputados la ley que permitir¨¢ a las personas transexuales cambiar su nombre en sus documentos de identidad sin tener que pasar por la valoraci¨®n psiqui¨¢trica que los eval¨²a como si fueran enfermos mentales. Espa?a vuelve a hacer historia en los derechos del colectivo LGTBI aun con los conservadores en contra. Se trata de dejar de considerar la transexualidad una enfermedad mental, algo avalado por profesionales como Jos¨¦ Luis Pedreira Massa, pediatra y psiquiatra infantil. Todos los partidos, excepto el Partido Popular, Foro Asturias y un diputado de UPN, votaron a favor de la ley que, por primera vez, incluye a las personas intersexuales. Un avance, si tenemos en cuenta el horror denunciado por Claudia Garc¨ªa D¨ªaz, una mujer de 20 a?os que ha interpuesto una denuncia contra el Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA) por lo que considera "trato vejatorio, sexista y humillante" por parte de la Unidad de Tratamiento de Identidad de G¨¦nero pregunt¨¢ndole si le importaba la profundidad de su vagina o las posiciones sexuales que practicaba en la cama con su pareja. Una m¨¢s de tantas denuncias presentadas contra las Unidades de Tratamiento de Identidad de G¨¦nero de toda Espa?a, las responsables hasta ahora de evaluar psiqui¨¢tricamente a las personas transexuales.
PERO, ?HASTA QU? PUNTO EST?N PROTEGIDAS LAS MUJERES TRANSEXUALES?
Marisa Ja¨¦n Casillas, abogada experta en Violencia de G¨¦nero, aclara que "las mujeres transexuales est¨¢n protegidas por la Ley Org¨¢nica de Protecci¨®n Integral de Violencia de G¨¦nero siempre y cuando su agresor sea un hombre con el que han mantenido o mantienen una relaci¨®n sentimental sin necesidad de que haya existido convivencia. Exactamente igual que a una mujer cisg¨¦nero, las que nacemos con vagina. La Fiscal¨ªa General del Estado entendi¨® que las mujeres transexuales deb¨ªan estar dentro de esta ley, no as¨ª las parejas de homosexuales. Ni las formadas por hombres, ni las formadas por mujeres." Sin embargo, la mayor¨ªa de los delitos de odio hacia las mujeres transexuales son provocados por personas que no son del entorno afectivo de la v¨ªctima. La T de las siglas LGTBI no corresponde a ninguna orientaci¨®n sexual, tampoco la I de intersexuales, sino a identidades de g¨¦nero. No ser heterosexual o cisg¨¦nero se paga muy caro. Seg¨²n datos del Ministerio del Interior, entre 2015 y 2016, los delitos de odio por cuestiones de LGTBIfobia se incrementaron en un 36%.?
Sonia consigui¨® el dinero para pagar su operaci¨®n y desde hace a?os trabaja como asistente sanitario en una residencia de ancianos. Pele¨® por los derechos de la comunidad LGTBI con todas sus fuerzas y llor¨® con toda su alma cuando muri¨® Pedro Zerolo. Todav¨ªa se le quiebra la voz al recordar la noche que identific¨® a una de sus amigas despu¨¦s de que la atacaran con un hacha, le desfiguraran la cara contra el asfalto, adem¨¢s de volverle las manos del rev¨¦s rompi¨¦ndole todos los dedos. "Tard¨¦ a?os en olvidar su gesto desencajado".
Ojal¨¢ los que deciden cu¨¢ndo implantar leyes hubieran visto tambi¨¦n la cara de su amiga Cris; puta como ella y travelo hasta que muri¨® porque no le dio tiempo a conseguir el dinero de su operaci¨®n. Ojal¨¢ no solo se preocuparan por los de su manada.
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