Depeche Mode lleva 20 a?os sin sacar un buen disco, pero a sus fans les da igual
Sus seguidores les perdona su poca inspiraci¨®n en el estudio y acuden a sus conciertos sin reproch¨¢rselo. En diciembre visitan Barcelona (d¨ªa 7) y Madrid (d¨ªa 16)
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En abril de 1997, Depeche Mode lanz¨® Ultra, su noveno ¨¢lbum de estudio. El primero sin la presencia del teclista Alan Wilder (miembro que entr¨® tras el primer disco y la hu¨ªda de Vince Clark); el primero en que las guitarras ganaban terreno ante teclados y sintetizadores; tambi¨¦n fue cuando Dave Gahan comenz¨® a entonar como un ¡®crooner¡¯ de voz cascada; y la banda pas¨® a ser un quinteto en directo, en el que la bater¨ªa comenzaba a competir con las cajas de ritmo. Algo que ya hab¨ªan apuntado en unos a?os antes en Songs of Faith and Devotion (1993), pero que ya quedaba plenamente confirmado. Depeche Mode dejaba de ser un grupo de electr¨®nica (pop) para optar al trono de grandes bandas de estadio (rock) entrando en competencia con, por ejemplo, U2 o qui¨¦n sabe si con los mism¨ªsimos Rolling Stone
Mientras, Dave Gahan iba mutando en un ¡®frontman¡¯ para las masas, con los mismos modos y actitudes (cuando sus aptitudes son otras) que Bono o Mick Jagger. Martin Gore segu¨ªa contando con la cuota total de la composici¨®n de los temas en estudio, poniendo su voz siempre a dos, y en directo se aferraba a su instrumento, en un momento ¡®guitar hero¡¯, mientras esperaba al momento de gloria de entonar tres o cuatro baladas (del m¨ªtico piano de Somebody para adelante) y lograr que los mecheros se encendieran y los amantes se besaran apasionadamente. Por su parte, Andrew Fletcher, el tercer miembro original que sigue en las filas de la banda, se atrincheraba entre sus maquinitas y hac¨ªa coros, siempre a la sombra del que fue un d¨ªa el d¨²o din¨¢mico del techno-pop.

Y as¨ª han seguido los ¨²ltimos veinte a?os. Con Exciter (2001), en el que cedieron parte de la producci¨®n a Mark Bell, comenzaron a facturar discos que parecen cortados por el mismo patr¨®n. Con canciones-himno grandilocuentes y ¨¦picas, las consabidas ¡®lentas¡¯ de Martin L. Gore, y ciertos gui?os (m¨ªnimos, casi imperceptibles en un mundo ya dominado por las m¨¢quinas musicales) a sus or¨ªgenes electr¨®nicos. Y as¨ª han facturado, o despachado, cuatro discos m¨¢s que prescindibles: Playing the Angel (2005), Sounds of the Universe (2009), Delta Machine (2013) y Spirit (2017). Sobre este ¨²ltimo hay que reconocer que, al menos, el single de lanzamiento y su v¨ªdeo (Where's The Revolution) depertaron ciertas esperanzas de redenci¨®n. Pero no fueron m¨¢s que eso, simples esperanzas.
M¨²sica (definitivamente) para las masas
Atr¨¢s quedaron los viejos tiempos, cuando los de Basildon (Reino Unido) vest¨ªan en directo sobrios y sin lentejuelas, brillos ni colores estridentes. Solo camisetas negras, pantalones y chaquetas de cuero y botas militares tal y como quedaron inmortalizados ante las lentes y las c¨¢maras de v¨ªdeo de Anton Corbijn. Algo que, por cierto, han vuelto a hacer para la fotos promocionales de Spirit. Entonces colocaban una caja de ritmos en el centro del escenario, como si fuera un dios al que el p¨²blico deb¨ªa rendir adoraci¨®n y postrarse ante ¨¦l. Aunque cuando vinieron por primera vez a Espa?a, a mediados de los 80, lo que hizo el p¨²blico es intentar destrozar esa deidad tecnol¨®gica que escup¨ªa ritmos y bases de origen industrial.

Una est¨¦tica que se fue forjando en torno a los gui?os socialistas de Construction Time Again (1984), la oscuridad torturada del maravilloso Black Celebration (1986) y se consolid¨® en el tour de presentaci¨®n de Music for the Masses (1987) que acab¨® con la grabaci¨®n del m¨ªtico directo 101 (1988) en el Rose Bowl de Pasadena (Los Angeles). Luego llegar¨ªan el gran hit planetario que fue Violator (1990), con el tour World Violotion Tour, y todo el mundo con la camiseta de la rosa y las espinas, y esa cr¨®nica de la autodestrucci¨®n y el sufrimiento personal que es Songs of Faith and Devotion (1993).
Y, llegados a este punto, hay que preguntarse: si Depeche Mode ha perdido la magia en el estudio de grabaci¨®n, ?por qu¨¦ siguen realizando giras mastod¨®nticas coleccionando 'sold outs' en casi todos los conciertos? La respuesta se encuentra en los quince primeros a?os de su carrera y en los discos anteriormente citados. En ellos se escond¨ªan singles de esos que se incrustan en la memoria colectiva, que se corean como si se estuviera delante de una orquesta de pueblo en el ¨²ltimo bis et¨ªlico, y que no consiguen contagiar nostalgia, que es la enemiga ¨ªntima de los considerados cl¨¢sicos populares.

Solo hay que mirar los 'set list' de sus recientes conciertos en Alemania. Por ejemplo, ayer en Mannheim ofrecieron un show de 22 canciones, de las cuales el 70% pertenecen a la era anterior al lanzamiento de Ultra, recordemos que data 1997. Es decir, son canciones que, como m¨ªnimo, tienen m¨¢s de dos d¨¦cadas de vida y que sus fans ya han visto en directo en m¨¢s de una ocasi¨®n, pero que no pierden su esencia ni aunque ahora Gahan y Gore las interpreten en plan estrellas del rock.
World in my Eyes, A Question of Time, Never Let me Down Again, Policy of Truth, In your Room o Personal Jesus, con la que suelen cerrar la fiesta, son ya m¨¢s grandes que sus propios creadores. Quiz¨¢ incluso sin ellos encima del escenario, tendr¨ªan el mismo efecto cat¨¢rtico y de comuni¨®n para las masas. Eso no lo sabremos, porque, de momento, el grupo ha decidido seguir defendi¨¦ndolas con su presencia. Quiz¨¢ un d¨ªa pongan una m¨¢quina y le den al 'play' desde sus casas¡ Pero ese momento aun no ha llegado.
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