La polic¨ªa recuerda a los lisboetas que son de Lisboa
En las propuestas participativas de la capital portuguesa triunfan sobre todo los caprichos
Lisboa va a tener un monumento de 16 metros de largo que diga ¡°Lisboa¡± para que los lisboetas recuerden que viven en Lisboa. No es un homenaje al alzh¨¦imer, sino la idea de un grupo de polic¨ªas, de Lisboa, que a 5.000 lisboetas les ha parecido bien y que el Ayuntamiento deber¨¢ construir.
Lisboa fue la primera capital europea en dejar que sus vecinos presentaran ideas para la ciudad y las votaran con el compromiso de su ejecuci¨®n. En su d¨¦cima edici¨®n, ha destinado 2,5 millones de euros a esa partida, el 0,32% del presupuesto municipal. Los 128 proyectos seleccionados recibieron 37.000 votos, 37 veces m¨¢s que en su edici¨®n de 2008, pero a¨²n as¨ª apenas el 1% del censo.
Despu¨¦s de la construcci¨®n de un centro cultural, el monumento Portugal en Lisboa de los polic¨ªas-artistas fue el m¨¢s apoyado (4.115 votos). Los agentes no se limitaron a lanzar la idea, sino que dise?aron el monumento, ¡°donde cada letra simboliza una dimensi¨®n cultural de la ciudad y del pa¨ªs¡±. La L ser¨¢ de corcho, nada m¨¢s propio; la I, una botella de vino; la S estar¨¢ revestida de azulejo; con la B empiezan los problemas, un buz¨®n de correos y un arrugado tubo dent¨ªfrico de la marca Couto; la O, f¨¢cil, el bal¨®n de f¨²tbol, y la A, un zapato femenino de tac¨®n de tres metros de largo.
La obra, que naci¨® como una broma de cuartel, le costar¨¢ al erario p¨²blico unos 100.000 euros. La movilizaci¨®n de todos los cuarteles result¨® fundamental para ganar. En el presupuesto participativo, los proyectos menos gremialistas apenas recogen votos; el 20% de todos los presentados se refieren al arreglo de calles para que las personas no se maten al andar; si se a?aden otros para reducir el ruido y aumentar ¨¢rboles y jardines, se llega al 50% del total; todos son derrotados.
En esta edici¨®n, los ¨¦xitos m¨¢s singulares han sido una ambulancia para animales, una emisora de radio escolar y otro monumento, este dedicado a la esclavitud. La esperanza para el 99% de los lisboetas que no vota el presupuesto participativo es que, finalmente, menos de la mitad de los proyectos aprobados son ejecutados.
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