?Qu¨¦ hacen Dave Grohl, Shaquille O¡¯Neal y Jennifer Lawrence presentando 'late nights'?
Los invitados se convierten en presentadores con la nueva moda de poner famosos y millennials al frente de los programas de entrevistas
Imagina encender la tele y encontrarte a Pen¨¦lope Cruz presentando un late night. La noche siguiente, at¨®nito aun ante la sorpresa del d¨ªa previo, te acomodas en tu sof¨¢ para volver a ver a la actriz convertirse en toda una Buenafuente y descubres que la velada corre a cargo, esta vez, de Mario Casas. Te pica la curiosidad y la noche siguiente pones el programa para ver qui¨¦n demonios ocupa esta vez la silla de Andreu Buenafuente o si ser¨¢ el propio Andreu el que lo haga... y te encuentras con Blanca Su¨¢rez. ?Te parece esta estampa fruto de un cap¨ªtulo de Black Mirror? ?Crees que es impensable que algo similar ocurra en el mundo real? Tenemos algo que decirte: en Am¨¦rica est¨¢ pasando, y Jimmy Kimmel es el responsable de este giro en el anquilosado universo del late night.
La delicada salud de su hijo, que ha tenido que ser sometido de nuevo a una operaci¨®n cardiaca, hizo que el presentador se planteara algo ins¨®lito: tomarse unos d¨ªas y olvidarse de su programa, por el que se embolsa 15 millones de d¨®lares anuales. "?Hay un c¨®mico en la sala", nos imaginamos pregunt¨® Jimmy cuando se plante¨® qui¨¦n podr¨ªa sustituirle. Y se hizo el silencio. Entonces, preso de la ansiedad y de la necesidad de una soluci¨®n ¨®ptima, pens¨® que una de las razones por las que la audiencia se dispara es contar con invitados de excepci¨®n. ?l tiene los contactos. Lo que no tiene, en estos momentos, es tiempo para entrevistarlos. Pero, ?qu¨¦ pasar¨ªa si convirtieran al invitado principal en el host de la noche? Al fin y al cabo, si Taylor Swift dice eso de "haters gonna hate", la l¨®gica dicta que "actors gonna act". Los actores van a actuar, ?no?
La primera semana cont¨® con un m¨²sico y con ex jugador de baloncesto (hablamos de Dave Grohl y Shaquille O'Neal) como presentadores, pero tambi¨¦n con Channing Tatum y Jennifer Lawrence. La elecci¨®n de los presentadores no es fortuita: Tatum se encarg¨® del programa cuando la invitada de la noche era Ellen DeGeneres, ?y qui¨¦n mejor que Ellen para encargarse del show en esa ocasi¨®n? Nadie, pero Jimmy Kimmel no pretende cambiar el humor y el formato del late night repitiendo f¨®rmulas -por mucho que DeGeneres, por cierto, se encargue de un programa de tarde, no de un late night-, sino poniendo a sus presentadores en un aut¨¦ntico aprieto y obligando a la audiencia a no despegarse de sus asientos para asistir a este irresistiblemente impensable show.
Con Jennifer Lawrence lleg¨®, probablemente sin que fueran conscientes de ello, el primer gran cambio. Por fin una mujer era la host de un 'late night', un formato eminentemente masculino en el que Samantha Bee, Amanda de Cadenet y Chelsea Handler son algunas de las poqu¨ªsimas f¨¦minas que han logrado rebajar la testosterona del humor bajo las estrellas. Jennifer estuvo brillante. En su mon¨®logo de inicio (creado junto a los guionistas del programa, pero no seamos ingenuos los c¨®micos tampoco escriben los suyos cada noche) trat¨® temas tan candentes y tan suyos como la desigualdad salarial entre hombres y mujeres. "Estaba tan emocionada que le dije al equipo que presentar¨ªa hoy el programa sin cobrar. Insistieron en que quer¨ªan pagarme y me aseguraron que cobrar¨ªa un 25 % menos que los presentadores masculinos". Y brome¨® acerca de sus temas recurrentes, como su amor por el bebercio.
Elegir a Lawrence fue una jugada maestra: cada vez que acude como invitada a un late night, sus chistes ensombrecen a los del presentador encargado de entrevistarla. No solo eso: es incre¨ªblemente r¨¢pida y ocurrente, caracter¨ªsticas esenciales para tener siempre una salida divertida ante cualquier imprevisto. El que la invitada de esa noche fuera Kim Kardashian fue otro acierto may¨²sculo, pues Jennifer est¨¢ obsesionada con ella, por lo que vimos la entrevista de una fan a su ¨ªdolo. Aqu¨ª est¨¢ el segundo elemento del ¨¦xito de esta f¨®rmula de Jimmy Kimmel: permitir a la audiencia ver c¨®mo un famoso entrevista a otro, la fantas¨ªa millennial por antonomasia. Porque en un mundo en el que las redes sociales han logrado que creamos formar parte de la vida de los famosos y de su intimidad, poder presenciar en directo la conversaci¨®n de dos celebrities resulta irresistiblemente parecido a colarse en un brunch en pleno LA para cotillear lo que dos actores comentan alejados de las c¨¢maras. Con la diferencia, claro est¨¢, de que s¨ª hay c¨¢maras.
En los formatos brit¨¢nicos es habitual ver a los invitados coincidir en plat¨® y compartir sus minutos de gloria al ser entrevistados a la vez. The Graham Norton Show ha logrado reunir al mismo tiempo en su sof¨¢ rojo a Arnold Schwarzenegger, Emilia Clarke, Jake Gyllenhaal, Cara Delevingne y Tinie Tempah. Imaginad a los PR de estas estrellas intentando comprender que sus clientes no iban a tener toda la atenci¨®n del entrevistador y de la audiencia, sino que tendr¨ªan que competir por conseguirla con encanto e ingenio. Ah¨ª lleg¨® otro gran cambio: el de sacar a los famosos de su zona de confort. Fue el brit¨¢nico actor (tomad nota: ACTOR, no presentador, por lo que encontramos un precedente) James Cordon el encargado de llevar esta suerte de Los Juegos del hambre por la fama a la televisi¨®n americana.
Chris Pratt es conocido por ser el rev¨¦s masculino de Jennifer Lawrence. El hilarante sentido del humor del actor y su imponente f¨ªsico lo postulaban como la opci¨®n perfecta para tomar el relevo a Jennifer Lawrence como host del programa, y demostr¨® que as¨ª era. Su entrevista a Margott Robbie fue ¨¦pica, llena de preguntas absurdas y de muecas y chistes improvisados dignos de un presentador experimentado. En un momento de la conversaci¨®n, pregunta a la actriz si prefiere el whisky o la cerveza. Al declararse la australiana una aut¨¦ntica cervecera, Chris da paso a la pausa publicitaria al grito de "a la vuelta, ver¨¦is como Margot y yo tomamos una cerveza". Y es as¨ª como la audiencia se siente, m¨¢s que nunca, part¨ªcipe de una conversaci¨®n privada entre actores, por m¨¢s que ella est¨¦ promocionando su pel¨ªcula I, Tonya y ¨¦l est¨¦ ejerciendo de entrevistador.
Los siguientes encargados de sustituir a Jimmy Kimmel han sido la actriz Tracee Ellis, el actor Neil Patrick Harris y la actriz Melissa McCarthy. Tracee se convirti¨® as¨ª en la primera presentadora negra de un late night y Melissa McCarthy en la encargada de demostrar que no es necesario tener una talla 36 para conducir un programa. Imaginamos a Kimmel observar desde su sof¨¢ c¨®mo su show est¨¢ cambiando el formato nocturno y sonre¨ªr al pensar que por fin puede pegarse unas vacaciones.
Poco han cambiado los late nights desde que Jimmy Kimmel introdujera el factor del directo en la ecuaci¨®n en el 2003 y Jimmy Fallon los n¨²meros de musicales y los juegos en el programa en 2014. Mientras que las mujeres siguen apartadas de este formato, el p¨²blico millennial exige ahora piezas virales, esas que James Cordon s¨ª ha conseguido fomentar de la mano de su Carpool Karaoke. Jimmy Kimmel parece haber dado con la clave para renovar el formato, y el secreto es el mismo con el que Anna Wintour cambi¨® la historia de la revista Vogue USA: ceder a los actores todo el protagonismo. Ella hizo que las actrices tomaran el papel de las modelos en la portada de la cabecera. Al fin y al cabo, se trata de dar realmente al p¨²blico lo que pide: famosos. Si en lugar de ver a Buenafuente o a Jimmy Fallon hacer un mon¨®logo se encuentran con un actor reconocido, llegar¨¢n a la entrevista del siguiente famoso (la verdadera raz¨®n por la que muchos ven el programa) con ganas y atenci¨®n, porque esta entrevista ser¨¢ un ejercicio de metafama en el que un famoso entrevista a otro.
Primer late night millennial
El que Trevor Noah se haya convertido en el primer millennial en tener un late night tambi¨¦n responde a una estrategia ciertamente inteligente. Un estudio llevado a cabo por Finger On The Pulse indica que los millennials aman la s¨¢tira, y Trevor la domina como nadie a sus 31 a?os. Jimmy Kimmel no es un millennial, pero ha encontrado la f¨®rmula de atraer al p¨²blico m¨¢s joven d¨¢ndole lo que busca: iron¨ªa, humor y famosos. Si ser miembro de la Generaci¨®n Y es imposible, cambiar los c¨®digos de los formatos de humor nocturnos no lo es, y Kimmel lo ha demostrado con creces. Quiz¨¢s haya llegado el momento de que la televisi¨®n espa?ola escuche a Jimmy y a los estudios que se?alan la importancia que los m¨¢s j¨®venes tienen ahora en la peque?a pantalla. El informe Los millenials y la TV: qu¨¦ programas ven y c¨®mo los consumen, realizado por la consultora Barlovento Comunicaci¨®n, se?ala que pese a consumir una hora menos de televisi¨®n al d¨ªa que la media de la audiencia total, los Echo Boomers pasan 2 horas y 37 minutos al d¨ªa pegados al televisor, siendo sus franjas de consumo preferidas la noche y la madrugada.
Si el show debe continuar, tal vez tenga que hacerlo cambiando las normas y dando a los actores un nuevo papel en los late nights. Y tal vez Jimmy Kimmel lo presencie desde el sal¨®n de su casa, mientras James Cordon canta solo en su coche y Jennifer Lawrence llama al equipo de su ¨²ltima pel¨ªcula para anunciar que llegara algo tarde al rodaje a la ma?ana siguiente porque tiene que presentar por la noche un late night.
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