El emotivo escrito de la viuda de Philip Seymour Hoffman sobre la lucha del actor con sus adicciones
¡°Le dije: ¡®Vas a morir. Eso es lo que pasa con la hero¨ªna¡¯. Cada noche, cuando ¨¦l sal¨ªa, me preguntaba: ?Lo volver¨¦ a ver?¡±, escribe Mimi O¡¯Donnell
El 2 de febrero de 2014, el cuerpo sin vida de Philip Seymour Hoffman era encontrado en el apartamento del actor en Nueva York. Fueron muchos los que aun sorprendidos por el fatal desenlace, llevaban tiempo pensando en lo peor por las continuas entradas y salidas del oscarizado int¨¦rprete a cl¨ªnicas de rehabilitaci¨®n por sus adicciones a los medicamentos y a la hero¨ªna. Ahora, casi cuatro a?os despu¨¦s de su muerte, quien fuera su pareja y madre de sus tres hijos habla por primera vez de su muerte en un escrito en Vogue sobre la lucha de Philip Seymour Hoffman contra sus drogodependencias y c¨®mo ella lo vivi¨® y sobrevivi¨®.
¡°Tan pronto como Seymour empez¨® a consumir hero¨ªna de nuevo, lo sent¨ª, aterrorizado¡±, empieza Mimi O¡¯Donnell. ¡°Le dije: ¡®Vas a morir. Eso es lo que pasa con la hero¨ªna¡¯. Cada d¨ªa estaba lleno de preocupaci¨®n. Cada noche, cuando ¨¦l sal¨ªa, me preguntaba: ?Lo volver¨¦ a ver?¡±. En el art¨ªculo, relata c¨®mo el consumo del actor pas¨® de los medicamentos a la hero¨ªna, la droga que le matar¨ªa a los 46 a?os de una sobredosis. Y recuerda una de las veces que a su regreso de rehabilitaci¨®n le not¨® diferente y ambos acordaron que se mudara a un apartamento cercano para no alarmar a sus tres hijos. Cuando recay¨® en las drogas, fue cuando decidieron ser honestos con los tres ni?os para que pudieran visitar al actor en el centro de rehabilitaci¨®n en el que ingres¨®.
¡°Le hicieron preguntas, que ¨¦l respondi¨® con su habitual honestidad. ?l nunca dijo, ¡®me estoy inyectando hero¨ªna¡¯, pero les dijo lo suficiente para que ellos lo supiesen, y ellos estaban simplemente felices de verle. Fue duro cuando nos marchamos, porque todos quer¨ªan saber por qu¨¦ ¨¦l no pod¨ªa irse con nosotros. Pero fue sano para nosotros lidiar con ello juntos, como una familia¡±, escribe en el art¨ªculo de la edici¨®n estadounidense de la revista Vogue titulado Las reflexiones de Mimi O¡¯Donnell sobre la p¨¦rdida de Philip Seymour Hoffman y la devastaci¨®n de la adicci¨®n.
Mimi O¡¯Donnell recuerda que el actor, a quien conoci¨® en 1999, siempre le fue sincero sobre sus adicciones, le cont¨® que empez¨® a experimentar con hero¨ªna a sus 20 a?os, que a los 22 sigui¨® su primera terapia de desintoxicaci¨®n y que estaba en Alcoh¨®licos An¨®nimos. A Philip Seymour Hoffman le describe como a un hombre dulce, amable y cari?oso aunque asegura que tambi¨¦n ten¨ªa su temperamento. Alguien que estuvo sobrio durante m¨¢s de 20 a?os, y la primera se?al de alarma que dio de que iba a recaer fue cuando le dijo a su pareja que se estaba planteando volver a beber, algo que empez¨® a hacer con una o dos copas sin que pareciera nada grave, cuenta O'Donnell.
El consumo de drogas con prescripci¨®n m¨¦dica empez¨® tras acabar la obra en Broadway Death of a Salesman, en 2012, cuando el actor empez¨® a tener mucho tiempo libre. ¡°Por primera vez me di cuenta de que su adicci¨®n era m¨¢s fuerte que nosotros. Era el momento de dejarle ir. Le dije: ¡®No te puedo monitorizar todo el tiempo. Te quiero, estoy aqu¨ª para ti, y siempre lo estar¨¦. Pero no te puedo salvar¡±, recuerda que le dijo tres meses antes de su muerte, cuando estar sobrio para ¨¦l era una lucha casi insufrible.
Fue a su regres¨® a Nueva York tras rodar la tercera pel¨ªcula de Los Juegos del Hambre en Atlanta que Mimi O'Donnell detect¨® que algo no iba bien. ¡°Llam¨¦ a varias personas para decirles que deb¨ªamos vigilarle. Luego ¨¦l empez¨® a drogarse de nuevo, y tres d¨ªas despu¨¦s estaba muerto. Estuve esperando su muerte desde el d¨ªa que volvi¨® a las drogas, pero cuando finalmente pas¨®, golpe¨® con una fuerza brutal. No estaba preparada¡±, se sincera la dise?adora de vestuario para cine y teatro. ¡°No hubo sensaci¨®n de paz o alivio, solo un dolor feroz y una p¨¦rdida sobrecogedora. Lo m¨¢s dif¨ªcil, lo imposible, era pensar en c¨®mo decirles a mis hijos que su padre hab¨ªa muerto¡±, recuerda en su escrito O¡¯Donnell, quien comparti¨® su vida con Philip Seymour Hoffman durante 13 a?os, en los que tuvieron a sus hijos Cooper, nacido en 2003, Tallulah, en 2006, y Willa, en 2008. Hoy todos ellos, dice, pueden mirar al pasado y recordar al int¨¦rprete con amor en vez de con tristeza. En el art¨ªculo, habla con franqueza de las veces en las que ella pens¨® en acabar con su vida tras perder a su compa?ero, algo que no lleg¨® a hacer por sus hijos, para no dejarles solos en el mundo.
¡°Han pasado casi cuatro a?os desde que Phil muri¨®, y los ni?os y yo a¨²n estamos en un lugar en el que ese hecho est¨¢ presente cada d¨ªa. Hablamos de ¨¦l constantemente, solo que ahora podemos hablar sin ponernos a llorar al momento. Esa es la peque?a diferencia, el peque?o progreso que hemos hecho¡±, escribe O¡¯Donnell, sin negar que en sus conversaciones recuerdan tanto lo bueno como lo malo vivido junto al int¨¦rprete de pel¨ªculas como Boogie Nights: juegos de placer (1998), Cold Mountain (2004) o Truman Capote (2006).
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