Pedro y Pablo en el jard¨ªn de las identidades
Tal vez sea este el momento de que vuelva esa izquierda europe¨ªsta y espa?olista de los a?os ochenta
El secretario general del PSOE, Pedro Sanchez ha afirmado, en unas declaraciones a Cuatro, que Ciudadanos ¡°se ha situado a la derecha del PP¡± y , refiri¨¦ndose a Rivera, la vicesecretaria general, Adriana Lastra dijo (aunque luego lo retirara) que ¡°quien naci¨® diciendo que era Adolfo Su¨¢rez acaba siendo Jos¨¦ Antonio¡±. ?Comprenden el juego de palabras?
?Y todo esto por qu¨¦? ?Por su programa econ¨®mico liberal? ?Por su programa de reforma pol¨ªtica? No, claro que no. Esas ideas pueden no gustar, pero si se trata de colocar a Rivera en la derecha extrema es sencillamente porque es -?qu¨¦ horror!- m¨¢s espa?olista que el PP. Iceta se presenta a las elecciones como ¡°catalanista de izquierdas¡±. ?Se imaginan ustedes a Pedro S¨¢nchez present¨¢ndose como ¡°espa?olista de izquierdas¡±? Pedro, al menos, ha aparecido en una campa?a electoral con una gran bandera de Espa?a detr¨¢s, pero Pablo, seg¨²n confesi¨®n a sus ¨ªntimos, ni siquiera puede pronunciar en los m¨ªtines el nombre de Espa?a. Aqu¨ª se puede ser catalanista de izquierda, pero si uno es espa?olista solo puede ser de derechas, o aun peor, de extrema derecha. ?D¨®nde han quedado aquellos ¡°j¨®venes nacionalistas espa?oles¡± del PSOE cuya llegada al poder saludaba en 1982 The New York Times? ?D¨®nde los eurocomunistas que aceptaron la bandera de Espa?a como un signo de reconciliaci¨®n nacional?
Si eres andaluz de nacimiento y de familia, y madrile?o de vivencias, como es mi caso, y te sientes parte de un pa¨ªs plural, hecho de identidades diversas y mezcladas, e incluso de dobles identidades, en lo que, creo yo, est¨¢ precisamente la gracia de ser espa?ol y de ser espa?olista, -como lo est¨¢ en el reconocimiento de la pluralidad europea el ser europeo y europe¨ªsta- tienes que ser por fuerza ¡°un facha¡±. El eje izquierda-derecha se mide as¨ª en funci¨®n de la separaci¨®n identitaria y no de clase social o de ingresos. Cuanto m¨¢s se reconozcan esas l¨ªneas divisorias m¨¢s de izquierdas se es.
Pero dado que en Espa?a estamos todos mezclados; hemos nacido en Andaluc¨ªa o en Navarra, vivido en Madrid, Bilbao o Barcelona, tenemos padres gallegos o vascos y madres aragonesas o de Cuenca y, sobre todo, vamos a seguir mezcl¨¢ndonos, tanto Pedro como Pablo tienen un problema para determinar al conjunto de pueblos id¨¦nticos a s¨ª mismos y, por lo tanto, con el derecho a decidir que la ingenier¨ªa identitaria del segundo nos propone. O con el derecho a ser una naci¨®n, como se desprende del jerogl¨ªfico de ¡°naci¨®n de naciones¡±, que el primero nos plantea como soluci¨®n. ?Ius solis o ius sanguinis para ser considerado de una de las 17 comunidades de Espa?a? Se han metido en un jard¨ªn del que les ser¨¢ muy dif¨ªcil salir.
?C¨®mo piensa Pablo organizar la fraternidad que predica entre los diferentes pueblos id¨¦nticos a s¨ª mismos? ?Tendr¨¢n los mismos derechos los que tienen mayor identidad que los de regiones sin derecho a decidir? ?Qu¨¦ otorga m¨¢s identidad hablar bien dos variantes del lat¨ªn, tener una m¨²sica universal como el flamenco o una fiesta como las Fallas? ?Por qu¨¦ parecen ser m¨¢s id¨¦nticas a s¨ª mismas las regiones m¨¢s ricas de Espa?a que el resto? Peliagudos problemas, incluso para un cient¨ªfico social como Pablo que, sin duda, es quien ha llevado hasta sus ¨²ltimas consecuencias el paralelismo entre identitarismo y progresismo, defendiendo el derecho a decidir de los pueblos de Espa?a, pero no del pueblo espa?ol.
Cuando se le ha preguntado sobre que pueblos serian agraciados con ese derecho y cu¨¢les no, ha intentado salir del paso diciendo algo as¨ª como que gozar¨ªan de ese privilegio los pueblos con mayor identidad, que en su opini¨®n son, por ahora, el pueblo catal¨¢n, el vasco, el gallego y, tal vez, solo tal vez, el andaluz. Luego se ha deslizado por una senda que le ha llevado a decir que tendr¨ªan identidad y derecho a decidir aquellos que lo reclamen con m¨¢s vehemencia. ?Pero, si de ello se derivan suculentas partidas presupuestarias no lo reivindicar¨ªan enseguida todos con la misma pasi¨®n? Repartir identidades de primera y de segunda -?qui¨¦n puede ser el juez en ese concurso de identidades?- no es f¨¢cil, ¡°o dicho de otra manera es muy dif¨ªcil¡±, especialmente si luego lo tienes que explicar en los territorios que se queden sin ella. ?Estar¨ªamos nosotros en la UE si Espa?a fuera una regi¨®n y Francia una naci¨®n y de ello se desprendieran privilegios econ¨®micos y pol¨ªticos?
Se supone que metidos en este jard¨ªn -una vez descontados los pueblos con mayor identidad- los espa?oles ser¨ªamos ¡°los otros¡±, un pueblo fantasma, gente sin rostro, apegados a una bandera de derechas, o peor, habitar¨ªamos solo en un Estado, en un ente administrativo como jud¨ªos errantes que dicen ser asturianos, valencianos, canarios, extreme?os, castellanos, navarros. Al mismo tiempo en los pueblos id¨¦nticos a s¨ª mismos -fundamentalmente Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco- vagar¨ªan tambi¨¦n las almas muertas de millones de ciudadanos, que se sienten catalanes y vascos, a la vez que espa?oles -la mitad para ser exactos en ambos territorios- , obligados a decidir por siempre ¨²nicamente con los paisanos que le niegan su doble identidad. ?Ser¨¢ eso lo que es ser de izquierdas? Tal vez sea este el momento de que vuelva esa izquierda europe¨ªsta y espa?olista de los a?os ochenta, que fue saludada tanto por Europa como por la izquierda dem¨®crata americana por su contribuci¨®n a la construcci¨®n del espacio de progreso que es la UE, un espacio del que Espa?a es un pilar fundamental. Y ahora m¨¢s con el Brexit.
Agust¨ªn Gal¨¢n es periodista y polit¨®logo
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Declaraci¨®n Unilateral Independencia
- Pablo Iglesias
- Ley Refer¨¦ndum Catalu?a
- Refer¨¦ndum 1 de Octubre
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Autodeterminaci¨®n
- Refer¨¦ndum
- Generalitat Catalu?a
- Catalu?a
- Podemos
- Gobierno auton¨®mico
- Conflictos pol¨ªticos
- Elecciones
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Legislaci¨®n
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Justicia
- Proc¨¦s Independentista Catal¨¢n
- Independentismo