Los inmigrantes a sorteo
Europa no puede ser solamente un mercado sin coraz¨®n. Ya basta.
In memoriam de Antonio Garcia Oc¨®n, bombero que ayudo a los refugiados en 2015
La Uni¨®n europea va mal y no es por culpa de la Comisi¨®n de Bruselas en cuanto a defensa de los derechos humanos. Ayer, en la reuni¨®n del consejo europeo se demostr¨®, una vez m¨¢s, la responsabilidad culpable de los jefes de Estado, especialmente los del este, en la situaci¨®n vergonzosamente inhumana impuesta a los refugiados llegados a territorio europeo. Desde finales de los 80 la inmigraci¨®n fue concebida como una variable de ajuste estructural del mercado de trabajo europeo, pero nunca como hoy se hab¨ªa puesto en evidencia, con tanta claridad, la crueldad de esta visi¨®n.
En 2015 la Comisi¨®n de Bruselas reaccion¨® con rapidez ofreciendo acogida a los refugiados, pero se necesit¨® semanas para que los Estados naci¨®n se pusieran de acuerdo sobre un mecanismo de cuotas rid¨ªculamente reducido. Aceptaron acoger en dos a?os a ?160 000! y hasta la fecha no se ha recibido a m¨¢s de ?50. 000! El resto, miles de ellos, se hacina en campos de internamiento o vaga por el espacio europeo sin papeles, sin derechos, siendo reh¨¦n de los controles policiales y v¨ªctima de las mafias.
Los pa¨ªses del grupo de Visegrad (Hungria, Polonia, Rep¨²blica Checa y Eslovaquia) no acogieron ni a una sola persona. Rompieron la solidaridad europea y el respeto a los derechos humanos y pisotearon los valores jur¨ªdicos de los tratados europeos. Ahora, con Donald Tusk, presidente polaco del Consejo Europeo, buscan acabar con la decisi¨®n de aplicar las cuotas comprometidas frente a Alemania y Francia. En la reuni¨®n del Concejo, se estren¨® un baile de hipocres¨ªa entre los jefes de estado cuya ¨²nica decisi¨®n fue ajustar la pol¨ªtica de restricci¨®n. Van en la direcci¨®n del viento, es decir, del racismo, la xenofobia y el conservadurismo que, hoy en d¨ªa, sopla sobre los pueblos europeos. Es una pol¨ªtica profundamente peligrosa que en vez de reducir la influencia de los movimientos de extrema derecha, los fortalece d¨¢ndoles la raz¨®n.
Es claro : en materia de derechos humanos e inmigraci¨®n no hay comunidad de visi¨®n en la UE. La ampliaci¨®n a los pa¨ªses del este se ha hecho precipitadamente. La mayor¨ªa de estos pa¨ªses entr¨® a la UE s¨®lo por razones econ¨®micas, considerando a Europa como un mero mercado para enriquecerse mientras los partidos ultraconservadores en el poder en Polonia y Hungr¨ªa est¨¢n difundiendo ideolog¨ªas xen¨®fobas muy da?osas para la Uni¨®n
?Cu¨¢ndo llegar¨¢ el d¨ªa que los jefes de estado europeos comprendan que, lejos de los peque?os ajustes y regateos que est¨¢n acordando para mantener una fachada de uni¨®n, ha llegado el momento de abrir, con la participaci¨®n de los movimientos de solidaridad con los inmigrantes, un gran debate sobre el futuro de la pol¨ªtica migratoria de la Uni¨®n? Empezando, en este caso, a poner en su sitio a los pa¨ªses recalcitrantes en el respeto a los derechos humanos. Europa no puede ser solamente un mercado sin coraz¨®n. Ya basta.
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