La muerte lo cambia todo
?Puede el homicidio de V¨ªctor Lainez alterar la perspectiva y el paisaje pol¨ªtico?
De pronto, una madrugada, unas calles donde suelen tropezarse y mezclarse los modernos con el hampilla, los castizos con los marginales, los flamencos con los okupas. Una zona querida y maltratada a la vez de una ciudad, Zaragoza, donde casi nunca pasa nada, aunque en esas calles parece que siempre est¨¢ a punto de pasar. De pronto, una bronca, insultos, confusi¨®n, una paliza y un muerto. Y todo cambia. Aunque se diga que no, que es un suceso sin relaci¨®n con la pol¨ªtica, un crimen entre gente de mal beber. ?Puede el homicidio de V¨ªctor Lainez, presuntamente cometido por Rodrigo Lanza, alterar la perspectiva y el paisaje pol¨ªtico? Yo creo que s¨ª.
Se ha pedido calma, distancia, matiz, serenidad, que se diluya el humo y aparezca la escena clara, porque tal vez todos sean v¨ªctimas, ya que Lanza gozaba del estatuto de tal, otorgado por la pel¨ªcula Ciutat morta. No hay que precipitarse, insisten algunos, y sonar¨ªan cabales y cre¨ªbles si no fuera porque son los mismos que suelen precipitarse mucho y salir gritando a la plaza cuando las v¨ªctimas y los verdugos son otros.
Si v¨ªctima y homicida hubieran intercambiado sus papeles, estoy convencido de que la reacci¨®n de muchos dirigentes pol¨ªticos y figuras p¨²blicas no ser¨ªa tan tibia como la que hemos presenciado estos d¨ªas. Se entiende la par¨¢lisis de la primera reacci¨®n. Por m¨¢s que Lanza hubiera cumplido condena por dejar tetrapl¨¦jico a un polic¨ªa en 2008 (y no se recuerda lo suficiente, por hablar con propiedad de v¨ªctimas), el relato le hab¨ªa aupado a la condici¨®n de m¨¢rtir de un montaje policial. El h¨¦roe no pasa a ser un demonio al instante. Se necesita un tiempo de estupefacci¨®n, de entender bien el suceso. Pero, pasado ese lapso, la repulsa ha de ser categ¨®rica y sin fisuras. Cuando hay un muerto, no se puede matizar ni alegar que el mundo es complicado y que el gris tiene una gama crom¨¢tica ampl¨ªsima, porque entonces se da la impresi¨®n de que ese muerto se lo hab¨ªa buscado.
M¨¢s all¨¢ de las circunstancias particular¨ªsimas del caso, de lo incontrolable de una bronca nocturna en un garito y de los trastornos psicol¨®gicos que puedan inducir al delito, este crimen se produce en un contexto de tensi¨®n pol¨ªtica creciente alentada de forma irresponsable por muchos actores. Una tensi¨®n que da impulso y excusas a los tipos de mal vino y temperamento patibulario que esperan, acodados en mil bares, a que se les presente la ocasi¨®n de abrir una cabeza ajena. Por eso requiere una respuesta contundente e inequ¨ªvoca por parte de quienes, hasta antes de esa noche, ten¨ªan a Lanza por un m¨¢rtir.
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