La virtud del agradecimiento
Como hincha del Atl¨¦tico de Madrid, el autor le agradece a su entrenador que el equipo haya recuperado el car¨¢cter frente al f¨²tbol de los mercenarios y los contratos millonarios.
Mi querido Cholo Simeone: Vivimos nuestra vida mirando hacia adelante pero la comprendemos mirando hacia atr¨¢s. En 2011, cuando llegaste a la direcci¨®n t¨¦cnica del Atl¨¦tico de Madrid y llevaste a nuestro equipo hasta la victoria de la Europa League, yo viv¨ªa junto al lago Balat¨®n, en un peque?o pueblo h¨²ngaro. Vi el partido en el ordenador y para celebrarlo me ba?¨¦ en el lago esa noche sintiendo que mi equipo hab¨ªa renacido. No se trataba s¨®lo de haber ganado un t¨ªtulo, sino de una seguridad nueva e infinitamente m¨¢s preciada: la de que hab¨ªamos recuperado nuestro car¨¢cter. M¨¢s tarde llegar¨ªan la Liga, la Copa, la Supercopa y esas dos finales de Champions, todas ellas no hicieron sino confirmar lo que present¨ª esa noche.
Vivimos nuestra vida mirando hacia adelante pero la comprendemos mirando hacia atr¨¢s. Hoy entiendo claramente que lo que sucedi¨® esa noche fue el comienzo de una lecci¨®n moral: frente al f¨²tbol de los mercenarios internacionales y los contratos gigamillonarios, t¨² ofrec¨ªas un f¨²tbol de equipo y de partido a partido. Puede que al principio te sonrieran con sarcasmo y te consideraran ingenuo, pero a medida que fueron pasando los d¨ªas las sonrisas resultaban cada vez menos convincentes y a la hora de la verdad hasta el m¨¢s c¨ªnico tuvo que rendirse a la evidencia y copiarte las frases.
En este pa¨ªs se crey¨® durante muchos a?os la mentira de que s¨®lo pod¨ªan ganarse t¨ªtulos a golpe de billete
Quien acepta una mentira ajena renuncia a la libertad de elegir. En este pa¨ªs se crey¨® durante muchos a?os la mentira de que s¨®lo pod¨ªan ganarse t¨ªtulos a golpe de billete y que era inevitable que los equipos de f¨²tbol se parecieran cada vez m¨¢s a empresas multinacionales. T¨² llegaste y nos ense?aste una verdad sencilla: que se pueden ganar los t¨ªtulos con entusiasmo y que un equipo de f¨²tbol es tambi¨¦n un lugar de pertenencia para los socios. Las verdades sirven a quienes hacen uso de ellas en la medida en que su posesi¨®n les permite vivir m¨¢s libremente. Gracias por esa verdad sencilla que nos has ense?ado a lo largo de todos estos a?os, gracias por habernos hecho so?ar con un f¨²tbol m¨¢s humano y desde luego m¨¢s vibrante, gracias por habernos recordado qui¨¦nes somos.
Hace a?os, en la boda de un amigo, un hortera titulado se burl¨® de m¨ª porque llevaba camisa oscura y corbata. ¡°Pareces el Cholo¡±, me dijo. Nunca a nadie que pretend¨ªa burlarse le sali¨® m¨¢s el tiro por la culata. Es extra?a la virtud del agradecimiento. No siempre se tiene y, cuando se tiene, no es infrecuente que llegue demasiado tarde o con palabras que no son las apropiadas. Pero cuando el agradecimiento es leg¨ªtimo emana siempre un aroma indudable. Yo espero que esta carta tenga al menos ese aroma. Podr¨ªa parecerse al aroma de un buen asado. Se sabe que est¨¢ ah¨ª. Y uno casi siente ganas de echar la puerta a patadas para que le inviten a comer a esa casa.
Con afecto, Andr¨¦s Barba.?
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