Historia

Se quejan mis paisanos leoneses de que en un reciente viaje a Londres el presidente Mariano Rajoy manifestara al diario The Guardian su felicidad por estar en la cuna del parlamentarismo cuando la Unesco distingui¨® a Le¨®n hace poco precisamente con ese t¨ªtulo en recuerdo de las primeras Cortes celebradas en el mundo con participaci¨®n de representantes del pueblo junto con los de la nobleza y el rey el a?o 1188 en la bas¨ªlica de San Isidoro. Como el Marca no public¨® la noticia, se ve que Rajoy no se hab¨ªa enterado pese a que fue su propio Gobierno el que inst¨® la declaraci¨®n de la Unesco.

Para los leoneses llov¨ªa sobre mojado, pues no hac¨ªa mucho tiempo que el expresident catal¨¢n Puigdemont, con ocasi¨®n de otra visita a Londres (??qu¨¦ tendr¨¢ esa ciudad que en cuanto la pisan todo el mundo se pone a hablar de historia venga o no venga a cuento?), afirm¨® que las primeras Cortes del mundo se celebraron en una ciudad de Francia perteneciente entonces a Catalu?a en el siglo XI. No dijo el nombre de la ciudad, pero tampoco hizo falta, puesto que Puigdemont no precisa probar las cosas para que sean verdad. El alcalde de Le¨®n le envi¨® una dolida carta aclaratoria, pero ni siquiera recibi¨® respuesta. No as¨ª de Mariano Rajoy, que le contest¨® en seguida disculp¨¢ndose por la equivocaci¨®n ¡ªque atribuy¨® al equipo de prensa, naturalmente¡ª, quiz¨¢ por ser del mismo partido.

De todos modos, que no se quejen los leoneses de que se tergiverse su historia, puesto que ni son los ¨²nicos ni los primeros a los que les sucede. El propio Rajoy lleva presumiendo tiempo de que el pa¨ªs que preside es el m¨¢s antiguo del mundo sin que nadie le haya explicado que Portugal ya exist¨ªa como es hoy, plaza de Olivenza al margen, tres siglos antes que Espa?a. Deber¨ªa estarles prohibido a los pol¨ªticos hablar de historia sin asesorarse antes bajo pena de c¨¢rcel en La Codorniz, aquella revista sat¨ªrica a la que tanto echamos en falta algunos ante la cantidad de barbaridades que hemos de escuchar sin que nadie las ponga freno, al rev¨¦s: mientras m¨¢s escandalosas son m¨¢s ¨¦xito popular alcanzan, especialmente en los territorios en los que la historia est¨¢ al servicio de la pol¨ªtica, que ya son la mayor¨ªa. Lo peor es que los historiadores callan, unos por sumisi¨®n al poder pol¨ªtico que los encumbra y otros por falta de audiencia, relegada la Historia como la Filosof¨ªa y como las Humanidades todas a un segundo o tercer plano en esos planes de Educaci¨®n que los gobiernos utilizan para adoctrinar a los estudiantes, no para hacerlos pensar.