Una legislatura de transici¨®n
El gobierno que salga de la negociaci¨®n necesitar¨¢ mucho tiempo para cerrar las heridas en Catalu?a
A pesar del espectacular avance de Ciudadanos, los resultados de estas elecciones no pueden contentar del todo a ninguno de los partidos que han pujado por alzarse con la victoria y, menos a¨²n, van a ser capaces de disipar los temores de salir derrotados de los dos bloques ideol¨®gicos en liza. Los avances o retrocesos de unos y otros mantienen a grandes rasgos la actual correlaci¨®n de fuerzas entre independentistas y constitucionalistas y el panorama pol¨ªtico resultante va a ser muy similar al de la actual legislatura. Los secesionistas pierden esca?os, pero mantienen sus opciones de gobernar. Los constitucionalistas ganan asientos, pero deber¨¢n conformarse con quedar de nuevo en la oposici¨®n. El 21-D, sin embargo, puede marcar el punto de inflexi¨®n para que todo empiece a cambiar en Catalu?a.
Aun revalidando la mayor¨ªa absoluta, los secesionistas ahora saben que sortear la ley y recorrer el camino de la unilateralidad tiene un alto coste en t¨¦rminos econ¨®micos para Catalu?a y en t¨¦rminos penales para sus l¨ªderes. Enfrente, adem¨¢s, tendr¨¢n a una oposici¨®n reforzada con un partido, Ciudadanos, que ha logrado por primera vez en la historia ser el partido m¨¢s votado y arrebatar, por tanto, el liderazgo a las formaciones nacionalistas siendo su bandera, justamente, el antinacionalismo y la espa?olidad de Catalu?a.
Tras los cuatro meses m¨¢s intensos y preocupantes de la pol¨ªtica catalana, los independentistas est¨¢n obligados a replantearse su estrategia. El se?uelo de una nueva y pr¨®spera rep¨²blica en el seno de la UE ya no sirve. Catalu?a es hoy, como ayer, una sociedad fracturada, partida en dos mitades a las que va a llevar mucho tiempo reconciliar. Las heridas han sido demasiado profundas, de modo que esta legislatura que ahora comienza, dure cuatro meses o dure cuatro a?os, deber¨¢ ser forzosamente de transici¨®n. El independentismo tiene por delante la dif¨ªcil tarea de ganarse a la mayor¨ªa social, que se le sigue escapando, pero necesitar¨¢ tiempo, mucho tiempo, para conseguirlo. La mala noticia es que puede que este punto de inflexi¨®n no sea hacia la recuperaci¨®n de la Catalu?a europe¨ªsta y plural que siempre fue, sino todo lo contrario y ello prolongue el sufrimiento producido por el destrozo m¨¢s all¨¢ de lo tolerable.
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