Vencedores y vencidos
Sobran las pruebas de la fosilizaci¨®n de los llamados 'bloques', esos universos electorales inmovilizados y autistas
![Resultados de las elecciones catalanas del 21D.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FV3ZOYVTK4NKWUUSQPRHORGP54.jpg?auth=62ee45611e30babdc5956c4cb766a186ab86acae37740c6b6c0229b0c2860292&width=414)
Cre¨ªamos que tras la tempestad llegar¨ªa la calma, pero se confirma de nuevo la oscura profec¨ªa de Arendt: no son los hechos los que terminan por convencernos, ni siquiera los inventados, sino la consistencia de ese sistema al que sentimos pertenecer. Y sobran las pruebas de la fosilizaci¨®n de los llamados ¡°bloques¡±, esos universos electorales inmovilizados y autistas. Poco importan ya los an¨¢lisis rebosantes de sentido com¨²n; el desfase con aquello que obstinadamente identifican como ¡°provocaciones¡± se a?ade a la larga lista de agravios de cada contienda electoral.
En este tiempo en el que los programas electorales parecen no importar a nadie, cristalizan los antagonismos. Los partidos son ahora movimientos, pues ya no representan intereses sino estados de ¨¢nimo, sistemas alternativos de significado emocional, perfectamente coherentes dentro de su particular l¨®gica interna. Y resulta f¨¢cil entender c¨®mo mentiras y realidad encajan en este molde precocinado: si se forman comunidades de sentido paralelas para el interesado tr¨¢nsito de pol¨ªticos de toda ralea, quedan servidas las condiciones para la ansiada ¡°lealtad total¡±.
Cuando las campa?as electorales alimentan esa polarizaci¨®n, las urnas s¨®lo plasman la l¨®gica b¨¦lica y tribal de quienes abjuran de cualquier proyecto com¨²n. ?Qu¨¦ hacer entonces con el bando que pierde? La pregunta no es balad¨ª, pues ya no existen facciones sociales que obtengan su porci¨®n de representaci¨®n: hace tiempo que solo entendemos las din¨¢micas pol¨ªticas en t¨¦rminos de vencedores y vencidos. El peligro de hacer pol¨ªtica construyendo hegemon¨ªas mediante la mera seducci¨®n, antes que deliberando con pausa y empat¨ªa, es que al finalizar la guerra se impone la exclusi¨®n del derrotado, nunca su cuidado.
Parec¨ªa que triunfar¨ªa el Leviat¨¢n, pero la realidad pol¨ªtica es tozuda, una lecci¨®n que no acabamos de aprender. Pregunt¨¦monos por los expulsados del sistema constitucional, pero tambi¨¦n por esos enemigos que todos nos empe?amos en construir, pues las ¨¦pocas tambi¨¦n sucumben por exceso de deseos y palabras. Y miremos nuestra historia con cautela: o priorizamos la l¨®gica de la negociaci¨®n o todos nos radicalizaremos m¨¢s. Al tiempo. @MariamMartinezB
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