Esperando a Ciudadanos
La victoria de Arrimadas le obliga a convertir los esl¨®ganes en una propuesta
En un gesto justificado como prudente y realista, In¨¦s Arrimadas, la ganadora de las elecciones del jueves pasado, ha renunciado a iniciar contactos con otros l¨ªderes para formar Gobierno. Es una decisi¨®n, sin embargo, desalentadora para el constitucionalismo y tambi¨¦n precipitada. Una opci¨®n, en todo caso, que casa mal con un partido tan joven que ha cosechado un triunfo hist¨®rico gracias a la defensa sin complejos de sus postulados. Esta prematura renuncia no es un buen s¨ªntoma sobre la consistencia de la formaci¨®n naranja.
Editoriales anteriores
En democracia, la primera obligaci¨®n de un partido que ha ganado las elecciones es intentar formar Gobierno, por muy remota que se presente tal posibilidad. Mariano Rajoy utiliz¨® ese mismo movimiento t¨¢ctico de ganar tiempo y no presentarse a la investidura en enero de 2016, un gesto que este peri¨®dico critic¨® en su momento y que conviene recordar ahora. Porque intentar formar Gobierno y presentar al Parlamento la propia candidatura es parte de los usos democr¨¢ticos y contiene la indudable bondad de detallar a los ciudadanos un programa de Gobierno solvente.
En este caso, la negociaci¨®n con otros grupos pol¨ªticos y la presentaci¨®n de esas l¨ªneas directrices para Catalu?a tendr¨ªan un doble valor. Los contactos emitir¨ªan un mensaje n¨ªtido sobre la voluntad de di¨¢logo que en ocasiones se ha echado en falta en In¨¦s Arrimadas. La l¨ªder del partido en Catalu?a ha repetido que aspira a ser la presidenta de todos los catalanes. Es el momento de empezar a demostrarlo con gestos que, en pol¨ªtica, son cruciales. Dejar la iniciativa al bloque secesionista es tirar la toalla antes de tiempo, arrojar dudas sobre la profundidad de sus promesas electorales, reducir su programa a consignas de campa?a y renunciar a visualizar una victoria tan holgada. Arrimadas es la primera mujer candidata a presidir la Generalitat al frente, por vez primera, del partido m¨¢s votado no nacionalista en Catalu?a. Son credenciales que le acreditan para dar un paso al frente. Al tiempo, animar¨ªa el debate en un Parlamento auton¨®mico paralizado por la asfixia del rodillo secesionista desde hace demasiado tiempo.
Sus posibilidades de formar Gobierno son remotas, pero Ciudadanos est¨¢ obligado a responder a las expectativas de renovaci¨®n que ha generado si no quiere ser tratado como un mero agitador, como otra manifestaci¨®n populista de signo contrario. Declararse como el partido que mejor defiende a Espa?a puede ser entendido como un mero eslogan si Ciudadanos no empieza a explicar c¨®mo piensa hacerlo. Esta era una gran oportunidad. Tampoco el bloque independentista tiene asegurada la formaci¨®n del Ejecutivo catal¨¢n. Un llamamiento al di¨¢logo y la negociaci¨®n podr¨ªan, cuando menos, restar legitimidad a unos partidos que han logrado sumar la mayor¨ªa de esca?os, pero que siguen sin conseguir la mayor¨ªa social.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.