Tabarnia: secesi¨®n matrioska
Tabarnia es un chiste, s¨ª, pero uno bueno, porque demuestra que es imposible defender la independencia sin pasar por el nacionalismo
El nacionalismo no es la mejor ideolog¨ªa para empaquetar un proyecto pol¨ªtico modernizador en el siglo XXI. Hace 200 a?os, el proceso de consolidaci¨®n de los Estados-naci¨®n se benefici¨® ampliamente de su capacidad para enardecer ¨¢nimos en torno a la definici¨®n de comunidades, lenguas y mitos fundacionales. Pero una vez consolidadas las fronteras, y ahora que nos encontramos en su fase de (lenta y dolorosa) diluci¨®n, la naci¨®n sirve al reaccionario, pero hace poco por el progresista.
Es por ello que el independentismo catal¨¢n se ve obligado a basar buena parte sus argumentos en las preferencias: los catalanes, o una mayor¨ªa de ellos, prefieren vivir de otra manera, basados en otros valores y con otras instituciones. As¨ª que mejor separados.
El problema de este razonamiento es que deja la puerta abierta al secesionismo matrioska: si un subgrupo dentro de Catalu?a decide que tiene a su vez una serie de preferencias distintas del resto de los catalanes, ?por qu¨¦ no usar ¡°la democracia¡± para dirimir su futuro?
De eso va Tabarnia, la frontera inventada (?cu¨¢l no lo es, en cierta medida?) y (casi) siempre ir¨®nica que separar¨ªa las comarcas costeras de Barcelona y Tarragona del resto del pa¨ªs. Una zona donde los independentistas son minor¨ªa, en contraste con Girona o el interior de Catalu?a.
Varios independentistas se aprestan a responder que Barcelona ciudad tiene, en realidad, una estructura de preferencias muy similar al conjunto de Catalu?a, y por tanto el razonamiento Tabarnia no tiene sentido. Pero, claro, dentro de Barcelona tenemos los distritos de Nou Barris y de Sarri¨¤ que son netamente distintos de Gracia o del Eixample en sus patrones de voto. Y as¨ª podemos seguir troceando hasta que delineemos fronteras manzana por manzana, bloque por bloque, y casa por casa. Un absurdo l¨®gico, y significativamente antidemocr¨¢tico, si entendemos por democracia el intento de solucionar nuestras diferencias sin recurrir a rupturas irreversibles.
Tabarnia es un chiste, s¨ª, pero uno bueno, porque demuestra que es imposible defender la independencia sin pasar por el nacionalismo. @jorgegalindo
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