Oliver Luckett, el profeta contra Facebook
Trabaj¨® en la campa?a de Obama, cre¨® una web para que las celebridades de Hollywood rentabilizaran su influencia, aboga por la transparencia en Internet y es un enemigo declarado de la red social de Mark Zuckerberg.
LAS REDES sociales suponen el estadio m¨¢s avanzado de la comunicaci¨®n humana, pero estamos siendo manipulados a un nivel considerable y creo que ni ???siquiera yo soy consciente del peligro¡±. Pese a esta afirmaci¨®n de impotencia, el estadounidense Oliver Luckett (Misisipi, 1974) es un gur¨² tecnol¨®gico que conoce a fondo el universo de las plataformas sociales. Y sus riesgos. Sobre todo el de la opacidad con la que los contenidos se distribuyen, a partir de algoritmos que nadie sabe muy bien c¨®mo funcionan ni qui¨¦n controla.
Luckett es un avezado empresario tecnol¨®gico. Con su agencia TheAudience, que acab¨® vendiendo en 2015 a la compa?¨ªa Al Ahli de Dub¨¢i, ha gestionado los perfiles de grandes corporaciones como McDonald¡¯s o American Express, y ha trabajado en la campa?a electoral de Barack Obama. En 2016, Luckett public¨® The Social Organism (editorial Hachette), ensayo en el que traza una interesante analog¨ªa entre los organismos vivos y el ecosistema virtual. Durante varios a?os fue jefe de innovaci¨®n y comand¨® las redes sociales de Disney.
¡°No puedes tener ese poder sin responsabilidad
ni transparencia¡±, dice Luckett sobre las redes sociales
Quiz¨¢ estuviera predestinado a acabar en ella. ¡°A los 16 a?os qued¨¦ segundo en un premio de ciencias celebrado en Epcot Center¡±, uno de los parques tem¨¢ticos de Disney, dedicado al futuro. A esa edad era un joven introvertido fascinado por la biolog¨ªa; sin embargo, se graduar¨ªa en lengua francesa en la Universidad de Vanderbilt. Su vocaci¨®n cient¨ªfica vendr¨ªa de la mano de Internet. Un entorno que har¨ªa suyo conectando Silicon Valley y Hollywood, donde pocos ten¨ªan su capacidad de interpretar al un¨ªsono el momento tecnol¨®gico y el creativo. ¡°Tras graduarme en 1996, me mud¨¦ a San Francisco, en la ¨¦poca en la que Internet expand¨ªa las capacidades de las herramientas audiovisuales. Pero los buenos contenidos no llegan de Silicon Valley, Hollywood a¨²n manda en ese aspecto¡±, afirma Luckett.
Uno de sus proyectos m¨¢s ambiciosos fue la creaci¨®n de Revver, una plataforma similar a YouTube en la que los usuarios cobraban por subir material. No sali¨® adelante, pero hace dos a?os dio la campanada cuando vendi¨® TheAudience, creada junto al m¨ªtico fundador de Napster, Sean Parker. Una agencia que gestiona los perfiles en las redes de celebridades de Hollywood permiti¨¦ndoles explotar comercialmente sus propios canales de difusi¨®n y llenar de contenido el t¨¦rmino influencer. Un verbo, influir, que ¨¦l practica con fluidez en la pol¨ªtica y las altas finanzas, donde se mueve con soltura.
¡°Estamos en una ¨¦poca posgubernamental¡±, explica desde Reikiavik, Islandia, donde reside. All¨ª ha encontrado la sociedad ut¨®pica e hiperconectada que vislumbra para el resto del mundo. Est¨¢ involucrado en proyectos de agricultura ecol¨®gica, tambi¨¦n es coleccionista de arte. Y contin¨²a con su labor de profeta digital: ¡°Con las redes sociales se puede elegir a los Gobiernos manipulando elecciones. Si no tenemos una transparencia algor¨ªtmica, nunca sabremos qu¨¦ nos est¨¢ manipulando¡±.
La inteligencia artificial es otra de sus obsesiones: una tecnolog¨ªa que permite la autonom¨ªa de aprendizaje y acci¨®n de los ordenadores y que representa un nivel superior en la velocidad con la que se pueden analizar cantidades masivas de informaci¨®n. Y buscar patrones de conducta, explot¨¢ndolos para bien o para mal.
Inevitablemente, Facebook y su algoritmo, una ecuaci¨®n matem¨¢tica que decide los contenidos que aparecen en nuestro perfil de manera aut¨®noma, surge varias veces en la conversaci¨®n. ¡°Tienen una visi¨®n soci¨®pata del mundo¡±, dice ?Luckett, enemigo n¨²mero uno de la red de Mark Zuckerberg. ¡°Mienten cuando dicen que es una plataforma abierta y cuasi democr¨¢tica. La organizaci¨®n entera est¨¢ dirigida por un solo hombre, por voto y mandato, y adem¨¢s han creado una dependencia de su red con un modelo de negocio m¨¢s que dudoso en el que hay que pagar para promoverse. Son muy, muy avariciosos¡±.
Los experimentos que Facebook llev¨® a cabo para manipular emocionalmente a miles de usuarios y conocer sus reacciones sin su consentimiento son uno de los hechos m¨¢s graves que Luckett asocia a dicha empresa: ¡°?Por qu¨¦ no hay un Gobierno pidi¨¦ndoles explicaciones? ?Qu¨¦ sucede si alguien se suicida? No puedes tener ese poder sin responsabilidad y sin transparencia¡± .
¡°Imag¨ªnate que tienes 16 a?os y tu identidad y tu sentido de la val¨ªa se reducen a cu¨¢ntos likes tienes en Instagram ese d¨ªa¡±, dice Luckett de otra red social propiedad de Facebook, igual que WhatsApp. ¡°Puedo vestirme de la misma manera que hace unos meses, fotografiarme frente al mismo espejo y recibir la mitad de ?likes. ?Por qu¨¦? ?Es por m¨ª? ?Porque el algoritmo ha cambiado? ?Porque Instagram favorece la difusi¨®n de v¨ªdeos en lugar de fotograf¨ªas para competir con Snapchat?¡±.
En su ensayo The Social Organism, escrito junto al experto en tecnolog¨ªa blockchain Michael J. Casey ¡ªa quien conoci¨® en unos encuentros organizados por el empresario Richard Branson en su isla privada de las islas V¨ªrgenes¡ª, describe cu¨¢les deber¨ªan ser las normas b¨¢sicas que rijan el uso de estas plataformas para estimular un ecosistema sano. La m¨¢s necesaria y a menudo la m¨¢s exitosa, seg¨²n Luckett, es transmitir ideas positivas. ¡°Estamos en una era en la que el comportamiento est¨¢ dirigido de forma emocional. Las emociones son las fuerzas que mueven el sistema, no los hechos. Trump lo sabe mejor que nadie. Hay que tener empat¨ªa, debemos ejercitarla y ense?arla. Empat¨ªa no es donar 5 euros o dar un like de vez en cuando, es saber qu¨¦ puedo aprender de una experiencia y compartirla¡±.
Y tambi¨¦n hay que invertir mucho dinero. Hace poco Luckett estuvo recabando apoyos a su causa en lo que ¨¦l mismo llama el ¡°congreso de los billonarios invisibles¡± (a pesar de abanderar la transparencia, prefiere no entrar en detalles). ¡°Esta ser¨¢ la ¨²nica manera de sanar lo que estamos fabricando. Debemos ser c¨¦lulas saludables de la Red¡±.?
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