Carmencita Franco, defensora discreta del legado del dictador
Su ni?ez no fue la de una ni?a cualquiera. Tras la muerte de Francisco Franco, se mantuvo relativamente alejada de la luz p¨²blica
Mar¨ªa del Carmen Franco y Polo (14 de febrero de 1926- 29 de diciembre de 2017). Hija ¨²nica, naci¨® dos a?os y medio despu¨¦s de la boda de sus padres, Mar¨ªa del Carmen y Francisco. La explicaci¨®n puede ser que el futuro dictador march¨® a Marruecos pocos d¨ªas despu¨¦s de casarse, pasando all¨ª 15 meses. En casa la llamaban Nenuca, aunque tambi¨¦n era conocida como Morita. Su padre la adoraba, y ella ha dejado constancia de un amor mutuo en sus declaraciones al historiador norteamericano Stanley Payne y al periodista Jes¨²s Palacios que dieron lugar a su libro de memorias Franco, mi padre publicado en 2008.
Carmen comenz¨® a tomar conciencia del mundo en Zaragoza, donde su padre dirigi¨® la reci¨¦n creada Academia General Militar desde 1928 hasta 1931. Durante esos a?os, su familia fue una de las m¨¢s importantes de la alta sociedad de la capital aragonesa. Fue sin duda un tiempo magn¨ªfico para todos ellos. Su padre, adem¨¢s, era amigo y protegido del rey Alfonso XIII. Luego, casi siempre supo mantenerse a salvo de los vaivenes pol¨ªticos de su tiempo. En agosto de 1932, Franco, entonces gobernador militar de La Coru?a, decidi¨® de forma repentina hacer un picnic motorizado por la provincia, llev¨¢ndose consigo a Do?a Carmen y a Nenuca. Quiz¨¢s era su forma de evitar se?alarse el d¨ªa en que otro amigo y protector, el general Sanjurjo, dio un fallido golpe de Estado contra la Rep¨²blica.
En julio de 1936, las dilaciones de Franco tuvieron que acabar y por eso, para la mayor¨ªa de los espa?oles, la Nenuca privada ser¨ªa desde entonces conocida en p¨²blico como Carmencita. Ese a?o fue el m¨¢s agitado de su vida. El d¨ªa en que se sublev¨® contra la Rep¨²blica, su padre, temiendo por la vida de su mujer e hija, las envi¨® a ambas en un transatl¨¢ntico alem¨¢n de Las Palmas al puerto franc¨¦s de Le Havre. Se quedaron en Francia hasta septiembre, cuando el ya emergente dictador las mand¨® llamar a Espa?a. En 1937, Carmencita apareci¨® en un breve documental de propaganda destinado a ¡°los ni?os del mundo¡±. En esta filmaci¨®n ella se apoya, insegura, en su madre quien, hier¨¢tica como siempre, aparece sentada en un sill¨®n mientras que Franco aparece afable y sonriente. Carmencita pide con voz dubitativa a Dios que los ni?os del mundo nunca sufran lo que est¨¢n padeciendo los ni?os espa?oles en manos de los ¡°enemigos de su patria¡±.
Su vida ya no era la de una ni?a cualquiera. Cuando acab¨® la Guerra Civil, Carmencita era una adolescente y estaba rodeada de una corte en El Pardo que inclu¨ªa personajes de lo m¨¢s variopinto, como la institutriz teresiana que mandaba cartas ¡°an¨®nimas¡± denunciando conjuras mas¨®nicas a diestro y siniestro. Muchos ni?os, hijos de vencedores y vencidos, le escrib¨ªan entonces cartas pidiendo favores: unos quer¨ªan una bicicleta o una beca, otros rogaban que Franco conmutara la pena de muerte o de c¨¢rcel de su padre o madre.
Es dif¨ªcil saber qu¨¦ pasaba en la familia, pero lo cierto es que sus padres, en p¨²blico al menos, se fueron haciendo m¨¢s fr¨ªos y distantes. Es probable que las aspiraciones aristocr¨¢ticas de do?a Carmen debieron tener algo que ver con la pretensi¨®n de que Carmencita tuviese una puesta de largo conjunta con la m¨¢s importante arist¨®crata del pa¨ªs, Cayetana, futura duquesa de Alba. No pudo ser y el desplante fue sonado. Pero la aristocracia volver¨ªa a cruzar el camino de la joven Franco en la persona del apuesto doctor jiennense Crist¨®bal Mart¨ªnez-Bordi¨², marqu¨¦s de Villaverde, con el que se cas¨® en abril de 1950 en una boda en la que muchos vieron pretensiones de realeza. Los hijos, siete, comenzaron a llegar pronto. Y tambi¨¦n los rumores sobre las infidelidades del esposo y los negocios de este y sus allegados. No obstante, el matrimonio fue siempre presentado a los espa?oles, al menos mientras Franco vivi¨®, como un modelo de familia cristiana. Esta impresi¨®n de domesticidad sirvi¨® a la propaganda del r¨¦gimen para dar una imagen afable y paternal del propio dictador, del que a menudo aparec¨ªan im¨¢genes que le mostraban jugando con sus nietos. Crist¨®bal falleci¨® en 1998.
Carmen desempe?¨® el papel de hija, esposa y madre fiel hasta el final, a pesar de que las familias de sus hijos y nietos se han visto a veces afectadas por situaciones que no casan con los valores que ella encarnaba. Sin embargo, a diferencia de estos, se mantuvo relativamente alejada de la luz p¨²blica, salvo por el hecho de defender la memoria de su padre sobre todo desde la presidencia de la Fundaci¨®n Nacional Francisco Franco. Grande de Espa?a desde el fallecimiento de su madre en 1988, deja abiertas muchas inc¨®gnitas sobre su patrimonio. Desde la perspectiva de los espa?oles de a pie, siempre vivi¨® bajo la sombra de su padre.
Antonio Cazorla S¨¢nchez, profesor y jefe del departamento de Historia de la Lady Eaton College.
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