Balcania, Tabarnia, Vulcania
Cuando recuerdo a mis amigos de Balcania, Tabarnia y Vulcania no puedo evitar sentir una mezcla de tristeza y conmiseraci¨®n. Los tres territorios fueron arrasados por la obstinaci¨®n y la ceguera humana, mucho se perdi¨®. Las heridas fueron graves y profundas; tras el desastre nada volvi¨® a ser igual. Las fronteras fueron una soluci¨®n de compromiso que no mitig¨® el odio ni el dolor, tampoco devolvi¨® a la vida toda la belleza y el talento que fue arrancado. En raras ocasiones las visito dado que al inundarme sentimientos de dif¨ªcil control no me suele compensar el viaje.
Con frecuencia suelo llorar al comprender que yo tampoco fui capaz de ser lo suficientemente creativo o compasivo para haber ayudado a encontrar otros cursos de acci¨®n distintos al enfrentamiento. Tal vez hubiera bastado con hablar con los que pasaron por lo mismo, por leer los libros de historia o quiz¨¢ por habernos permitido dudar de nuestras certezas y nuestra idea de patria.
Hoy me refugio en la m¨²sica y en la poes¨ªa, lo dem¨¢s no me sirve.¡ª Salvador Casado Buend¨ªa. Galapagar (Madrid).
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