Si Catalu?a no preocupa, Rajoy no tiene excusas
El dato del CIS es una mala noticia para un presidente que ha utilizado el secesionismo para persistir en su inmovilismo
?Vaya por Dios! Ahora resulta que a los espa?oles ya no les preocupa tanto la independencia de Catalu?a. De ser percibido como el segundo principal problema del pa¨ªs hace solo tres meses, en diciembre baj¨® a un modesto quinto puesto, seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro del CIS, y entra, por tanto, dentro de lo probable que ahora le quite el sue?o a muchos menos ciudadanos todav¨ªa. Independientemente de que tal percepci¨®n sea o no ajustada a la realidad, lo cierto es que este bar¨®metro mete presi¨®n a un presidente del Gobierno que, acomodado en su ¡°estrategia del caracol¡±, como la defin¨ªa con acierto Sol Gallego-D¨ªaz este pasado domingo, ha encontrado en Catalu?a la coartada ideal para persistir en su rentable inmovilismo.
El desaf¨ªo independentista ha sido para Mariano Rajoy una buena excusa para frenar la tarea legislativa, abandonar la pol¨ªtica internacional y paralizar reformas e iniciativas dom¨¦sticas. La lista es extensa. Por poner algunos de los ejemplos m¨¢s notables, se puede citar el nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica, que sigue esperando que el cielo se despeje solo. Tampoco ha habido tiempo para negociar los Presupuestos Generales del Estado ¡ªprorrogados de manera autom¨¢tica desde el pasado d¨ªa 1 de enero¡ª aunque s¨ª para prepararlos asegur¨¢ndose con el cupo vasco el apoyo del PNV. Tampoco hay lugar para hacer efectiva la aprobada reforma de RTVE, que desencallar¨ªa si el partido gobernante facilitara el nuevo sistema que ¨¦l mismo anul¨® al llegar al poder. Disminuye el paro, pero la desigualdad y la precariedad laboral siguen al alza y las cuentas p¨²blicas ¡ªespecialmente las de la Seguridad Social¡ª no cuadran. ?Mala gesti¨®n? ?No! La econom¨ªa espa?ola va muy bien, dec¨ªa Rajoy ayer en contra de la masiva opini¨®n de los espa?oles, y el secesionismo catal¨¢n es ¡°la ¨²nica sombra¡± que se cierne sobre ella. Por no hacer, Rajoy ni siquiera est¨¢ dispuesto a renovar su partido en Catalu?a despu¨¦s del batacazo electoral del 21 de diciembre. Es bien sabido que en su formaci¨®n hay apego a las decisiones en diferido.
S¨ª, el dato del CIS es una mala noticia para Rajoy. El secesionismo ya le oblig¨® a aplicar el 155 y, ahora, agotado por ese esfuerzo contrario a su temperamento, se queda sin argumentos ante el electorado para seguir echando balones fuera. Para colmo, la corrupci¨®n y el fraude vuelven a situarse en el segundo lugar de las preocupaciones de los espa?oles, dice el CIS, y en este terreno al PP le aguardan m¨¢s de cincuenta sonoros esc¨¢ndalos en manos de la justicia desde el caso P¨²nica hasta el caso Lezo pasando por las distintas piezas de la G¨¹rtel.
Una buena gesti¨®n del temporal que dej¨® a miles de automovilistas varados en una autopista hubiera mitigado el mal momento que atraviesa este Gobierno que ¡ª?c¨®mo no!¡ª busca chivos expiatorios en la pol¨ªtica de comunicaci¨®n. La soluci¨®n m¨¢gica, seg¨²n el coordinador general del PP, Fernando Mart¨ªnez-Ma¨ªllo, es ¡°explicar las cosas de manera diferente y por distintas personas¡±. La pol¨ªtica, por lo visto, puede esperar.
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