Explicaciones debidas
Los diputados, no los comparecientes, deben dirigir la Comisi¨®n de la Crisis
El conocimiento exacto de las causas pol¨ªticas y econ¨®micas que provocaron el impacto devastador de la crisis financiera en la econom¨ªa espa?ola (del que todav¨ªa no se ha recuperado por entero) es una deuda que los responsables de los Gobiernos al menos desde el a?o 2000 est¨¢n obligados a pagar y los ciudadanos espa?oles tienen derecho a reclamar. La comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n de la crisis financiera es el m¨¦todo m¨¢s democr¨¢tico para ofrecer las explicaciones debidas. El Congreso representa a todos los espa?oles y es all¨ª donde deben sustanciarse las dudas sobre la gesti¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de la crisis. La validez de las comisiones de investigaci¨®n est¨¢ fuera de duda; pero es obligado subrayar algunos errores de procedimiento, susceptibles de ser corregidos en el futuro, que la comparecencia de dos vicepresidentes econ¨®micos (Rodrigo Rato y Pedro Solbes) ha subrayado con notables contrastes.
Una comisi¨®n de investigaci¨®n es, por su propia definici¨®n, un instrumento para conocer los hechos (en este caso la crisis financiera) y recopilar informaci¨®n para establecer un juicio pol¨ªtico sobre la gesti¨®n de lo que se investiga. No es una conferencia ni una disertaci¨®n acad¨¦mica ni un foro abierto al que se acude para exculparse de responsabilidades o cargarlas gratuitamente (esto es, sin demostraci¨®n ni pruebas) a terceros.
Editoriales anteriores
El exvicepresidente Rodrigo Rato utiliz¨® el martes pasado varias horas de su relato en el Congreso para defender sus pol¨ªticas econ¨®micas, culpar al Banco de Espa?a y al ministro de Econom¨ªa de la crisis de Bankia (entidad de la que ¨¦l era presidente) y acusar a cinco ministros del Gobierno de urdir una conspiraci¨®n para meterlo en la c¨¢rcel. Rato no aclar¨® nada sobre las causas del brutal impacto de la crisis ¡ªque destruy¨® tres millones de puestos de trabajo¡ª ni mejor¨® la comprensi¨®n de los mecanismos de actuaci¨®n p¨²blica que podr¨ªan haber limitado las consecuencias del crash. Pedro Solbes si acert¨® con el tono debido en su explicaci¨®n. En primer lugar, por su detallada autocr¨ªtica (error en las previsiones econ¨®micas, fallo en el diagn¨®stico de la crisis, incapacidad para desacelerar la econom¨ªa, confusi¨®n al no aplicar medidas fiscales correctoras del boom inmobiliario); y despu¨¦s porque acept¨® de buen grado que su obligaci¨®n era explicarse y no exculparse.
Con independencia del distinto talante personal de ambos, parece obligado reconsiderar los protocolos y escenograf¨ªas de las comisiones de investigaci¨®n. Resulta inaceptable que los comparecientes se explayen en largos mon¨®logos (casi siempre para exaltar su gesti¨®n), sin l¨ªmite de tiempo y, por tanto, con la iniciativa para manejar el debate. Ni Rato ni Solbes est¨¢n all¨ª para dictar una clase a alumnos d¨ªscolos. Al contrario, la iniciativa debe entregarse a los diputados que inquieren; son ellos los que deben tener la capacidad para preguntar y acotar las preguntas y los tiempos de la comparecencia. En calidad de investigadores, deben ocupar el estrado superior y el investigado tiene que quedar relegado al inferior; esa tendr¨ªa que ser la expresi¨®n visual de una investigaci¨®n pol¨ªtica en el Parlamento.
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