Antonio Rubial y los agentes caninos de los actores

CUANDO LEONOR Watling, Quim Guti¨¦rrez, Inma Cuesta, Andr¨¦s Velencoso o Clara Lago entran en las oficinas de su representante, en el barrio de las Salesas de Madrid, muchas veces saludan a ¡°las mascotas oficiales de la oficina¡± antes que a ¨¦l y a los dem¨¢s miembros del equipo. Lo cuenta Antonio Rubial (Le¨®n, 1973), empresario y director de la agencia A6 Cinema. Y no es de extra?ar, pues Juana, una terrier, y Felipe, un teckel, ambos de mezcla, miran a la c¨¢mara hipnotiz¨¢ndola, como si fueran ellos mismos actores de larga trayectoria. ¡°Ella es capaz de hacer el pino puente por algo de comida¡±, dice Rubial, ¡°y ¨¦l es m¨¢s tranquilote¡±. Ambos fueron adoptados en un centro de Fuenlabrada, Vida con Perros. Rubial se dio cuenta de que a Felipe lo hab¨ªan maltratado, porque por la calle se le llegaba a erizar el pelo al ver a hombres maduros con un bast¨®n o un paraguas.

Anteriormente, el agente de cine ya hab¨ªa tenido a Pepa, una westie que fue adquirida. Pero cuando muri¨®, tuvo claro lo que ten¨ªa que hacer. ¡°Me hab¨ªa empezado a introducir en el mundo de las protectoras y me impact¨®: miles de perros abandonados y el trabajo altruista de mucha gente¡±, dice. El tema del pedigr¨ª, a?ade, oculta un gran negocio, a veces con sobreexplotaci¨®n de las mascotas, como ocurre en pa¨ªses como Rumania. Rubial ha colaborado con grupos de defensa de los animales como Las Muy Perras (Rescate Animal) y reivindica la actuaci¨®n de asociaciones como la Protectora de Animales y Plantas de Le¨®n. Su familia procede de la comarca de Luna, en la monta?a leonesa, y all¨ª se pasaba las horas en su infancia con los perros y gatos de sus abuelos. Y ahora, con Juana y con Felipe en Madrid.?