Social
La combinaci¨®n de parlamentarismo constitucional, libertad regulada de comercio y asistencia social es el m¨ªnimo com¨²n denominador de la pol¨ªtica europea respetable
Uno de los aciertos propagand¨ªsticos del franquismo fue llamar ¡°rojos¡± a todos sus adversarios, desde democristianos a anarquistas. Los desafueros de unos contaminaban a los dem¨¢s. Hoy se utiliza con id¨¦ntica amplitud de desd¨¦n el t¨¦rmino ¡°socialdem¨®crata¡± para descalificar cualquier medio o propuesta cercana al socialismo, sin matices. Aprovechan que los socialistas se desacreditan rebajando su mensaje pol¨ªtico a la defensa de exc¨¦ntricos vocingleros y colectivizadores victimistas de derechos que pueden reivindicarse desde la libertad e igualdad ciudadana. Peor, caen en la incoherencia de exigir fiscalmente a los contribuyentes adinerados mientras protegen en nombre de identidades fant¨¢sticas a quienes exigen privilegios para ciertos territorios. S¨®lo les falta proponer un refer¨¦ndum pactado para preguntar a los ricos cu¨¢ntos impuestos consideran justo pagar: ?ah¨ª s¨ª que encontrar¨ªan independentistas entusiastas!
Pero eso no invalida el planteamiento socialdem¨®crata: la combinaci¨®n de parlamentarismo constitucional, libertad regulada de comercio y asistencia social para todos es desde la II Guerra Mundial el m¨ªnimo com¨²n denominador de la pol¨ªtica europea respetable. Y se puede ir m¨¢s all¨¢, como se?al¨® hace casi un siglo Harold Laski en ?Civilizar el mundo de los negocios? (en Los peligros de la obediencia, editorial Sequitur). La mercantilizaci¨®n del mundo no es la v¨ªa regia de la libertad ni su condici¨®n inapelable. Cabe valorar la propiedad privada sin adorarla: ¡°La propiedad nunca debe ser tan grande como para que su beneficiario pueda ejercer el poder meramente en raz¨®n de su magnitud; y nunca debe ser tan peque?a como para no permitir otra preocupaci¨®n que la b¨²squeda del sustento material m¨¢s inmediato¡±. Ni colectivismo ni oligarqu¨ªa: un individualismo de la responsabilidad social.
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