Frances McDormand: ¡°Somos muchas las mujeres enfadadas¡±
La actriz, esposa del realizador y guionista Joel Coen, se declara feminista y asegura vivir con intensidad esta revoluci¨®n en la que se habla de "igualdad de g¨¦nero y de paga"
A Frances McDormand no le gusta que le hagan fotos. Tampoco le gustan las entrevistas. Ni el maquillaje. No le gusta sentirse observada ni tan siquiera por ella misma. De ah¨ª que en casa, ya sea en Nueva York o en esa que tiene en alg¨²n lugar remoto del noroeste de los Estados Unidos, no tenga un espejo de cuerpo entero. Y pese a todo, esta estrella a la fuerza ser¨¢ la pr¨®xima ganadora del Oscar. Hay pocas dudas de ello como demostr¨® su victoria en los Globos de Oro con Tres anuncios en las afueras. ¡°No hay marcha atr¨¢s. Solo adelante y de la mejor forma¡±, confes¨® a este peri¨®dico nada m¨¢s recibido el galard¨®n por interpretar a una madre en una cruzada personal contra la polic¨ªa local porque no hacen lo suficiente para encontrar al asesino de su hija.
Fran, como la llaman sus amigos, no habla de premios. De hecho, sin menospreciarlos, la actriz dice que en casa les llaman ¡°sujetapuertas¡±. ¡°El que recordamos con m¨¢s cari?o es el Globo de Oro que gan¨® Joel por No es pa¨ªs para viejos porque se lo mandaron a casa cuando se cancel¨® la ceremonia por la huelga de guionistas. No tuvo ni que ponerse los pantalones¡±, se r¨ªe del momento que vivi¨® junto a su compa?ero y tambi¨¦n esposo, el realizador y guionista Joel Coen. McDormand habla de la victoria personal, como actriz, como madre y, sobre todo, como mujer. Porque lo que m¨¢s ilusi¨®n le ha hecho de su ¨²ltimo galard¨®n es del momento en el que ha llegado. ¡°No voy a perder saliva hablando de los que ya se ha dicho todo. Lo que me interesa es la revoluci¨®n que est¨¢ en marcha y que en mi opini¨®n comenz¨® en los 70. Soy feminista desde que ten¨ªa 15 a?os y la revoluci¨®n cultural que estamos viviendo me permite completar el c¨ªrculo. Somos muchas las mujeres enfadadas. Y hablamos de igualdad, de g¨¦nero y de paga.¡±, resume sin perder el aliento.
En casa la igualdad es el secreto de su matrimonio. ¡°Nunca firmamos un acuerdo. Partimos del mismo punto y con las mismas ambiciones. Sab¨ªamos que todo pod¨ªa cambiar y entre nosotros nunca hubo reglas¡±, describe de una unidad, los ¡°McCoen¡± como llama a su familia que lleva 33 a?os juntos, 23 de ellos casados. En ese tiempo adoptaron a su hijo Pedro en Paraguay y rodaron siete pel¨ªculas juntos desde esa primera en la que se conocieron, Sangre f¨¢cil. Pero fuera de casa, las cosas no han sido tan equilibradas. ¡°Toda mi carrera parte de la incomprensi¨®n¡±, resume. Lo dice con dureza, la mirada siempre directa, pero sin amargura. ¡°No hay furia, solo enfado porque ser mujer en Estados Unidos toca las narices. No son aguas f¨¢ciles de navegar y nada que ver con ser hombre¡±, asegura. Dan igual los triunfos que ahora recoja sabe que el discurso que escuch¨® durante toda su carrera fue otro: que no era lo suficientemente guapa, alta, baja, buena, gorda o preparada. Lo escuch¨® todo. Y esper¨® hasta conseguir que ¡°la otra¡± mujer que ella s¨ª era fuera la protagonista. Al fin y al cabo su familia adoptiva la cri¨® con la creencia de que conseguir¨ªa lo que quisiera. Y as¨ª fue. ¡°Por eso me encanta cuando admiran la naturalidad de mi trabajo, cuando me dicen que me ven en mis papeles. Me ha costado muchos a?os ser yo misma¡±, remata.
Solo su hijo la cambi¨® durante todo este tiempo. Su llegada hace 24 a?os la hizo mucho m¨¢s reservada. Como les dice a quienes se le acercan a pedirle un aut¨®grafo o un selfie, hace tiempo que se retir¨® de esa parte del negocio, de la vida p¨²blica. ¡°Solo act¨²o¡±, les recuerda mir¨¢ndoles a los ojos y sin rehuirles. Incluso d¨¢ndoles un abrazo pero nunca la foto o el aut¨®grafo que le piden. Pero cuanto m¨¢s se aleja de la vida p¨²blica, del famoseo, de las redes sociales que odia m¨¢s segura est¨¢ de que morir¨¢ con las botas puestas. La idea de que Daniel Day Lewis, de su misma quinta, se retire de la interpretaci¨®n le parece incomprensible. ¡°?Seguro que tiene los 60? Parece m¨¢s joven¡±, dice con sarcasmo y un rostro del que est¨¢ orgullosa de cada una de sus arrugas. ¡°Incluso cuando quise estar m¨¢s cerca de mi hijo segu¨ª trabajando aunque en el teatro. No sabr¨ªa hacer otra cosa. No sabr¨ªa ni c¨®mo respirar¡±, exagera segura. ¡°Vale, no me morir¨ªa pero la interpretaci¨®n es mi vida¡±.
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