Espa?a, ?un pa¨ªs abierto?
Los microrracismos actuales son la versi¨®n pol¨ªticamente correcta del racismo de siempre
¡°Espa?a no es un pa¨ªs racista¡±, ¡°aqu¨ª nos gustan los morenitos¡±, "en nuestros barrios hay un mont¨®n de gente de todos los colores", "los gitanos, poco a poco, van aprendiendo a vivir como nosotros". Estos son solo algunos de los comentarios que escuchamos en el d¨ªa a d¨ªa y sorprende observar c¨®mo, quienes los emiten, nunca se considerar¨ªan racistas. Es otra variante del famoso ¡°yo no soy racista, pero¡¡±.
Sin embargo, estos estereotipos que asociamos a las personas de otros or¨ªgenes nacionales, culturales o etnogr¨¢ficos los encierran en un patr¨®n social preestablecido y no les permiten desarrollar plenamente sus libertades ni sus derechos, favoreciendo las condiciones para que se produzca la discriminaci¨®n y la exclusi¨®n social. Los prejuicios est¨¢n presentes en la sociedad espa?ola desde siempre y, aunque pareciera que la trayectoria migratoria del pa¨ªs ya debiera haber configurado una normalizaci¨®n del extranjero que eliminase los obst¨¢culos a su inclusi¨®n, lo cierto es que simplemente hemos suprimido ciertas frases de nuestros discursos porque hemos decidido que son pol¨ªticamente incorrectas y/o inaceptables. Pero no hemos eliminado los hechos. Los microrracismos, las discriminaciones y, cada vez m¨¢s, el odio.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las sociedades actuales es la gesti¨®n de una realidad multicultural creciente que se suma a las distintas expresiones de la diversidad presentes en las comunidades en las que vivimos. Y aqu¨ª seguimos considerando la diversidad cultural como algo extra?o y ajeno a nosotros. As¨ª lo demuestra que miremos impasibles c¨®mo familias enteras arriesgan sus vidas cruzando fronteras, o que justifiquemos las devoluciones en caliente porque ¡°aqu¨ª no cabemos todos¡± o que no nos molesten los titulares de determinados medios de comunicaci¨®n. Asum¨¢moslo: quiz¨¢ un poco racistas s¨ª somos.
En Espa?a, pr¨¢cticamente una de cada 10 personas tiene una nacionalidad diferente a la espa?ola, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Con la comunidad inmigrante convivimos y compartimos espacios p¨²blicos y privados cada d¨ªa. Pero, a pesar de una aparente normalidad, ?creemos, sinceramente, que nuestra sociedad es tolerante e inclusiva?
El estudio Los perfiles de la discriminaci¨®n en Espa?a del CIS de 2014 indica que el 49,1 % de las personas extranjeras se?alan haber sido v¨ªctima de discriminaci¨®n a lo largo de su vida. En la encuesta Actitudes hacia la inmigraci¨®n del CIS de 2015 encontramos que el 62 % de las personas preguntadas consider¨® que el n¨²mero de inmigrantes que hay en Espa?a en la actualidad es elevado o excesivo. Asimismo, un 29,6 % consider¨®, en t¨¦rminos generales, la inmigraci¨®n como negativa o muy negativa.
Este ¨²ltimo a?o, en la Red Acoge se han detectado 125 casos de discriminaci¨®n y/o delitos de odio. Adem¨¢s, el 90 % de las v¨ªctimas de discriminaci¨®n no denuncia los hechos porque creen que no cambiar¨ªa nada.
Que te llamen ¡°morenito¡± por ser negro, ser un ¡°panchito¡± o un ¡°sudaca¡± por tener or¨ªgenes latinoamericanos, que la polic¨ªa te pida los papeles por tus rasgos ¨¢rabes, o que se cuestione que seas abogada por ser de etnia gitana son, entre otros, algunos ejemplos de situaciones que les resultan muy familiares a las personas que soportan la discriminaci¨®n como parte de su vida cotidiana. Son los llamados microrracismos, prejuicios y estereotipos que seguimos utilizando diariamente frente a las personas de otra procedencia, etnia o religi¨®n. Estos, que en ocasiones empleamos, bajo la forma de bromas o chascarrillos, aunque aparentemente parezcan inofensivos pueden constituir el primer paso hacia un acto de discriminaci¨®n. Y todos y cada uno de nosotros deber¨ªamos contribuir a erradicarlos. Empecemos haciendo examen de conciencia y analizando nuestra propia actitud. ?Estamos llamando microrracismos a actos puramente racistas, con el fin de ser pol¨ªticamente correctos?
Hay que poner freno a esta naturalizaci¨®n y normalizaci¨®n de la discriminaci¨®n. Todos y todas, individualmente, podemos dar un paso al frente para evitar que ning¨²n acto o delito de odio quede impune. Por ello, la campa?a Qui¨¦n No Es Qui¨¦n, adem¨¢s de invitar a reflexionar, anima a combatir este problema social que afecta a miles de personas migrantes en nuestro pa¨ªs. A partir de ahora, tanto si somos v¨ªctimas, como si somos testigos de un hecho discriminatorio o delito de odio, podemos denunciarlo a trav¨¦s de la aplicaci¨®n para m¨®vil Alerta Discriminaci¨®n. Toda la informaci¨®n que se recoja a trav¨¦s de esta herramienta libre y gratuita se utilizar¨¢ para crear un registro de los hechos discriminatorios que permitir¨¢ fundamentar nuevas acciones. Adem¨¢s, las v¨ªctimas que lo soliciten dispondr¨¢n de un servicio de apoyo y asesor¨ªa legal. Frente a la discriminaci¨®n, ?no podemos callarnos!
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