¡°?Por qu¨¦ ella no se fue?¡±: la acusaci¨®n de acoso sexual a Aziz Ansari abre un debate que nos toca muy de cerca

Los art¨ªculos que detallan acoso sexual, comportamiento inapropiado o violaciones de hombres poderosos de la industria del entretenimiento contra mujeres se han multiplicado desde octubre. El debate ha llegado a todas las esferas de la vida p¨²blica y ha dado lugar a movimientos como el #MeToo o el #TimesUp. Para muchos, su normalizaci¨®n en la prensa tambi¨¦n presenta el peligro de que el mensaje se convierta en una especie de ruido blanco. "Si todo es un esc¨¢ndalo, entonces nada es un esc¨¢ndalo", dijo Lee Drutman.

Un art¨ªculo de opini¨®n en 'The New York Times' ha criticado duramente el testimonio de la mujer. "La soluci¨®n no es perseguir con antorchas a los hombres, sino ser m¨¢s directas. Decir 'esto es lo que me pone' o 'no quiero hacer eso"

Este fin de semana la web feminista Babe public¨®?el relato an¨®nimo de una fot¨®grafa de 23 a?os que durante una cita con Aziz Ansari (Carolina del Sur, 1983), el premiado protagonista y creador de la serie Master of none, se consider¨® v¨ªctima de un comportamiento sexual inapropiado por parte del actor.

Grace, el nombre ficticio con el que la mujer ha querido presentarse a trav¨¦s del art¨ªculo, cuenta que conoci¨® a Ansari en una fiesta celebrada tras la gala de los Emmy en 2017 (o sea, el pasado septiembre) y tuvieron una cita una semana despu¨¦s, en Nueva York. Cenaron ostras en un coqueto restaurante situado en un barco en el r¨ªo Hudson y se fueron despu¨¦s al apartamento de ¨¦l, situado en Tribeca.

Una vez en su apartamento, ¨¦l quiso llegar m¨¢s lejos de lo que ella quer¨ªa y, seg¨²n Grace, ignor¨® sus se?ales verbales y no verbales, que indicaban que no quer¨ªa seguir adelante con la deriva sexual que estaba tomando la velada. ?l se desnud¨®, la desnud¨® a ella, lleg¨® a haber sexo oral mutuo y la bes¨® varias veces de forma "forzosa" seg¨²n su relato.

Finalmente, cuando ella expres¨® de forma m¨¢s expl¨ªcita que quer¨ªa irse, ¨¦l no se opuso y llam¨® a un taxi para que acudiese a recogerla. Al d¨ªa siguiente ¨¦l le envi¨® un mensaje que dec¨ªa: "Hey, fue divertida nuestra cita de anoche". Ella le respondi¨®: "Ser¨ªa divertido para ti, no lo fue para m¨ª. Cuando fuimos a tu casa ignoraste mis se?ales no verbales y seguiste adelante. Deber¨ªas haberte dado cuenta de que no estaba c¨®moda".?

Algunas de las respuestas al tuit publicado por la cuenta oficial de la p¨¢gina web pusieron en duda la verdadera naturaleza de lo que hab¨ªa ocurrido. Aqu¨ª recogemos tres:

"Honestamente, esto fue solo una mala cita. Entiendo que se sintiese inc¨®moda en el momento, pero historias como esta ¨²nicamente restan importancia a hechos reales de acoso sexual".

"No voy a decir que es su culpa o se lo merec¨ªa. Pero dir¨¦ que tuvo muchas oportunidades para interrumpir esto y eligi¨® no hacerlo. No puede culparlo en absoluto por malinterpretar su ausencia de negativa. Parece, por lo r¨¢pido que termin¨® la cena, que ¨¦l solo quer¨ªa una noche de sexo".

"No soporto a Aziz Ansari, pero esto es absurdo. Ella fue con ¨¦l a su apartamento en la primera cita. Ella se desnud¨® (oh, perd¨®n, ella dice que la desnud¨® ¨¦l, ?por favor!). Con su propio permiso, ella no fue demasiado clara al expresar su deseo de parar. Y despu¨¦s se arrepiente".

Editoriales en peri¨®dicos como The Guardian o webs de contenidos virales como Mashable se han apresurado a contrarrestar estas opiniones. "Lo que hace especialmente dif¨ªcil este caso es que obligar¨¢ a los hombres a examinar su propio comportamiento de un modo en el que no lo han hecho hasta ahora", escribe la periodista Emily Reynolds en The Guardian. "Alguien que ha cometido varios abusos sexuales y violaciones es f¨¢cilmente caracterizable como un depredador, un monstruo que se sit¨²a a miles de kil¨®metros de la vida y comportamiento de los hombres bienintencionados que est¨¢n intentando conectar con este momento cultural. Pero el supuesto comportamiento de Ansari, por el contrario, golpea mucho m¨¢s cerca".?

"En el momento en el que un hombre empieza a comportarse de una manera que no te esperas en una primera cita no sabes hasta d¨®nde puede llegar, as¨ª que prefieres hacer lo que te pidan para evitar llegar a una situaci¨®n peor" Violeta Alcocer, psic¨®loga cl¨ªnica

En Mashable otra mujer ¨CRachel Thompson¨C se?ala dos palabras que considera clave en esta historia: "Las respuestas [opinadores an¨®nimos y profesionales del periodismo] a la historia de esta mujer est¨¢n llenas de deber¨ªa. 'Ella deber¨ªa haber dicho no', 'ella deber¨ªa haberse ido', 'ella no deber¨ªa haberse quitado la ropa', 'ella no deber¨ªa haber ido a su apartamento en primer lugar'. Estas respuestas, inquietantemente extendidas, no solo depositan la culpa y la responsabilidad en la mujer, sino que fracasan a la hora de reconocer una importante verdad. Para muchas mujeres pronunciar un expl¨ªcito 'no' no es tan f¨¢cil ni tan directo como podr¨ªais creer".?

Especialmente comentado est¨¢ siendo el art¨ªculo de opini¨®n de The New York Times, el ¨²ltimo en sumarse a este caso. La periodista Bari Weiss firma un f¨¦rreo ataque al art¨ªculo?original publicado en Babe?bajo el t¨ªtulo "Aziz Ansari es culpable... de no saber leer las mentes". Weiss se refiere al art¨ªculo publicado en Babe como "lo peor que le ha pasado al movimiento #MeToo".?

"Aziz Ansari pareci¨® ser un hombre agresivo, ego¨ªsta y desagradable esa noche", escribe la columnista. "?No es deprimente que los hombres (especialmente aquellos que p¨²blicamente se presentan como feministas) act¨²en a menudo de este modo en privado? ?No deber¨ªamos intentar cambiar esta cultura sexual rota? ?Y no da rabia que las mujeres sean educadas para resultar d¨®ciles y acomodaticias y para anteponer los deseos de los hombres a los suyos propios? S¨ª. S¨ª. S¨ª", escribe Weiss. "Pero la soluci¨®n a esos problemas no empieza con las mujeres persiguiendo con antorchas a los hombres que no han sido capaces de entender sus se?ales no verbales. La soluci¨®n empieza con ser m¨¢s directas. Decir: 'Esto es lo que me pone'. Por decir: 'No quiero hacer eso'. Y, s¨ª, a veces decir: 'Que te den".?

En esta misma l¨ªnea escribe otra mujer (Caitlin Flanagan) para The Atlantic bajo el t¨ªtulo "La humillaci¨®n de Aziz Ansari". "Aparentemente hay un pa¨ªs lleno de mujeres j¨®venes que no saben c¨®mo llamar a un taxi, y que han pasado mucho tiempo escogiendo trajes bonitos para fechas que esperaban que ser¨ªan noches para recordar. Est¨¢n enfadadas y son temporalmente poderosas, y anoche destruyeron a un hombre que no se lo merec¨ªa".?

Si es o no es un caso de acoso es tal vez un debate demasiado complejo. Pero m¨¢s sencillo es intentar encontrar una respuesta a lo que todas las voces cr¨ªticas contra la protagonista de esta historia se est¨¢n preguntando: ?por qu¨¦ no se fue? La psic¨®loga cl¨ªnica Violeta Alcocer?cree que la situaci¨®n descrita por Grace dio lugar a un entorno "de acorralamiento en el que nos hemos visto muchas mujeres varias veces y en el que es realmente dif¨ªcil reaccionar con rapidez y marcharse. En el momento en que ese hombre se comporta de una forma que claramente traspasa los l¨ªmites, entras en un estado que los psic¨®logos llamamos disonancia cognitiva. Sucede cuando tienes que gestionar dos pensamientos-emociones contradictorios sobre el mismo hecho: 'Este chico me parece adorable y por eso he venido hasta aqu¨ª, pero se est¨¢ comportando como un violador, esto no me cuadra".

"El sistema nervioso no suele resolver esta ecuaci¨®n con rapidez", contin¨²a la psic¨®loga. "La sorpresa (por un lado parece un t¨ªo majo, por otro siento que puedo estar en peligro) produce par¨¢lisis y embotamiento cognitivo, que es una manera que tiene el cerebro de ganar tiempo para intentar comprender cu¨¢l de sus percepciones es err¨®nea. Adem¨¢s, en el momento en el que un hombre empieza a comportarse de una manera que no esperas en una primera cita y pese a tus negativas contin¨²a el acoso o se incrementa, no sabes hasta d¨®nde puede llegar; as¨ª que algunas mujeres, por miedo, tratan de normalizar, de no enfadar al otro, para evitar llegar a una situaci¨®n peor. Aunque luego en tu casa pienses que ten¨ªas que haber salido corriendo, por alg¨²n motivo no se activaron en ti en ese momento los m¨²sculos para hacerlo. Es uno de los tres tipos de respuestas de nuestro sistema l¨ªmbico ante una amenaza: lucha, huida o, como es el caso, par¨¢lisis".

Pese a que las reacciones son polarizadas sobre si este caso deber¨ªa haber trascendido a la esfera p¨²blica, todos (incluso los que defienden a Ansari) coinciden en que la actitud de ¨¦l no fue correcta en la esfera privada y que, sea o no acoso sexual, s¨ª plantea un debate sobre el consentimiento sexual y las se?ales que conducen a ¨¦l. Uno que tal vez es imposible plantear si no desdibujamos tambi¨¦n las fronteras que separan una experiencia ¨ªntima de lo que merece la pena ser convertido en testimonio p¨²blico. Alcocer lo tiene claro: "Esta mujer no pod¨ªa haber hecho m¨¢s de lo que hizo: contarlo cuando pudo hacerlo, cuando se sacudi¨® el estupor, la verg¨¹enza y la culpa". El debate, seguramente, continuar¨¢ durante d¨ªas. ?