¡°Necesitamos desconectar de la tecnolog¨ªa para ser introspectivos y pensar¡±

Comprender los procesos de aprendizaje y memoria repercute en c¨®mo entendemos el mundo, desde las relaciones sociales a la econom¨ªa. ¡°?No se me ocurre nada m¨¢s interesante!¡±, exclama la neurocient¨ªfica Mara Dierssen. La experta considera ¡°un misterio fascinante que de ese entramado de redes de neuronas¡± que es el cerebro emerja el pensamiento, la memoria, los sue?os, las emociones...

Pregunta. ?Qu¨¦ sabemos sobre el funcionamiento de la memoria?

Respuesta. Sabemos que no es lo mismo recordar c¨®mo conducir un coche que nuestras propias experiencias. Tambi¨¦n que algunos datos los retenemos solo brevemente mientras otros permanecen a?os. Es como si la informaci¨®n a recordar hubiera de crear un rastro que sea recuperable en el cerebro. Desde la ¨¦poca de nuestro admirado Santiago Ram¨®n y Cajal se supon¨ªa que los sitios donde hacen contacto unas c¨¦lulas nerviosas con otras, denominados sinapsis, es donde ocurren los cambios cerebrales que acompa?an a los procesos de aprendizaje y memoria. Esa visi¨®n sigue dominando; sin embargo, sigue habiendo muchos interrogantes. Para poder entender estos procesos es necesario que identifiquemos las mol¨¦culas y procesos clave responsables del almacenamiento de la informaci¨®n. En los ¨²ltimos a?os la neurociencia de sistemas ha empezado a defender que la memoria y el conocimiento requieren redes neuronales distribuidas, parcialmente solapadas. No queda claro sin embargo d¨®nde est¨¢n estas redes, c¨®mo se distribuyen y activan.

P. Nuestros recuerdos no se almacenan linealmente como solemos decir, ?no?

R. La memoria tiene algunas propiedades interesantes: es selectiva, lo que nos permite olvidar lo que nos duele o aquello que no nos interesa; y es creativa, es decir, no se trata de un almac¨¦n fidedigno, sino que intervenimos activamente en su adquisici¨®n. A pesar de que hablamos de almac¨¦n, la memoria es un proceso din¨¢mico. La informaci¨®n almacenada a largo plazo est¨¢ sometida a procesos de reorganizaci¨®n dependientes de la adquisici¨®n de nuevas informaciones relacionadas, interpretaciones, decaimiento de los recuerdos y p¨¦rdida de parte de la informaci¨®n con el paso del tiempo. Seguimos sin comprender bien c¨®mo recordamos, aunque si sabemos que cada vez que lo hacemos reinventamos un poco el recuerdo. Eso es porque cuando traemos esa memoria al plano consciente se vuelve fr¨¢gil, y al reconsolidarla incorporamos elementos que no estaban en ella. Tampoco conocemos las bases biol¨®gicas del olvido. Algunos investigadores utilizando, t¨¦cnicas de optogen¨¦tica ¡ªcombinaci¨®n de m¨¦todos ¨®pticos y gen¨¦ticos¡ª, han conseguido borrar recuerdos en roedores. Ser¨ªa algo parecido al neutralizador de Men in Black que pod¨ªa borrar la memoria de extraterrestres y podr¨ªa ser ¨²til en casos de estr¨¦s postraum¨¢tico.

"Hablamos de almac¨¦n, pero la memoria es un proceso din¨¢mico"

P. Cuando no recordamos algo, lo buscamos en Google, ?c¨®mo influyen las nuevas tecnolog¨ªas a la memoria?

R. Existen a¨²n pocos estudios que consideren la relaci¨®n entre los h¨¢bitos tecnol¨®gicos y la memoria. Estas tecnolog¨ªas podr¨ªan influir negativamente en ciertos procesos cognitivos, concretamente en la memoria a corto plazo y a largo plazo, la capacidad de comprensi¨®n y la de imaginaci¨®n, al requerirse un menor esfuerzo mental para resolver tareas. Simult¨¢neamente, estar¨ªan influyendo de manera positiva al fomentar el autoaprendizaje, el desarrollo de la memoria visual y el acceso a casi cualquier informaci¨®n que se desee. Otro aspecto importante es hasta qu¨¦ punto nuestro cerebro est¨¢ capacitado para sostener las tareas m¨²ltiples que las nuevas tecnolog¨ªas promueven. La memoria de trabajo, el espacio mental en que retenemos la informaci¨®n hasta hacer algo con ella, tiene una capacidad finita y es extremadamente susceptible a las interferencias. Cuando no estamos haciendo nada el cerebro trabaja much¨ªsimo, y ese tiempo es clave. Necesitamos desconectarnos de la tecnolog¨ªa para ser introspectivos, para poder pensar, para aburrirnos, para imaginar el futuro y sobre todo en el caso de los chicos, tienen que volver a aburrirse, a volver a imaginar, no pueden estar todo el d¨ªa conectados.

P. ?La tecnolog¨ªa lastra el pensamiento cr¨ªtico?

R. El flujo de informaci¨®n del que disponemos puede ser considerado como un aut¨¦ntico bombardeo. Esta sobrecarga de informaci¨®n tiene ciertamente consecuencias sobre nuestra manera de examinar los hechos y de pensar, especialmente los nativos, con su nueva forma de comportarse frente a la tecnolog¨ªa en muchas ocasiones presentan una p¨¦rdida de la capacidad para profundizar en el conocimiento y por tanto de analizarlo de forma cr¨ªtica. Si bien esta avalancha de informaci¨®n que a menudo presenta los hechos de formas contrapuestas deber¨ªa hacer que estemos menos seguros de lo que creemos y lo pongamos en tela de juicio, parece estar teniendo el efecto opuesto. No es de extra?ar que en esta atm¨®sfera seamos cada vez menos capaces de discutir civilizadamente con personas con quienes no estamos de acuerdo.?