El paraguas
Cualquier hecho vulgar hace que cada d¨ªa cambie la trayectoria de la vida
De noche, en el tren, el viajero volvi¨® la mirada hacia el cristal de la ventanilla y pudo observar que fuera del vag¨®n viajaba a la misma velocidad una figura cuyo rostro era exactamente igual al suyo. Habr¨ªa cometido el error de creer que se trataba solo de la propia imagen reflejada en ese espejo oscuro de la noche. Despu¨¦s de reflexionar durante un tiempo lleg¨® a la convicci¨®n de que esa figura pod¨ªa ser la otra mitad de s¨ª mismo desdoblada, que le hab¨ªa seguido siempre a todas partes desde su tierna infancia y que esta vez hab¨ªa conseguido alcanzarlo para seguir juntos viaje hacia el fin de la noche. Puede que el viajero lo ignorara, pero esa imagen oscura conten¨ªa, como en un negativo, todos los sue?os que no pudo cumplir; los placeres a los que renunci¨®; las oportunidades que no supo aprovechar; lo que pudo hacer y no hizo; todo lo que hab¨ªa tratado de ocultar; las renuncias, errores y ca¨ªdas que lo llevaron a convertirse en un cobarde sin ning¨²n inter¨¦s. En el fondo del espejo de la noche vislumbr¨® a un ni?o saltando feliz sobre la hierba, que despu¨¦s, de adolescente, bajo el sol del verano iba a la playa en bicicleta y quiso de joven descubrir la fuente de la belleza en la abrupta selva de Dante. Aquella visi¨®n le oblig¨® a preguntarse ?y si...? Cualquier hecho vulgar hace que cada d¨ªa cambie la trayectoria de la vida. ?Y si¡? De pronto, el viajero record¨® aquel paraguas. ?Y si no hubiera llovido aquella tarde de oto?o? El viajero sab¨ªa que nada habr¨ªa sido lo mismo si aquella tarde de oto?o no hubiera tenido que volver al bar a recoger el paraguas que hab¨ªa olvidado. En aquel bar se cruz¨® con la mujer que ahora le esperaba en la estaci¨®n, fin de su destino. ¡°?Qu¨¦ tal el viaje?¡±, le pregunt¨® ella. ¡°Me he encontrado con un tipo al que no hab¨ªa visto desde que ¨¦ramos ni?os, un miserable¡±, contest¨® el viajero.
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