Se acaba la fiesta de los envases de un solo uso
Para 2030, es decir, dentro de 12 a?os, todo el pl¨¢stico que se produzca y se utilice en Europa tendr¨¢ que ser dise?ado de manera que pueda reciclarse o reutilizarse
Cuando el pl¨¢stico lleg¨® a los hogares fue una revoluci¨®n. La vida cotidiana se hizo mucho m¨¢s f¨¢cil, m¨¢s pr¨¢ctica y m¨¢s limpia. Ese material ligero, pero resistente, que pod¨ªa adoptar la forma de cualquier recipiente, serv¨ªa para todo. Con los a?os, fue ocupando cada vez m¨¢s espacio y acab¨® invadiendo las estanter¨ªas de los supermercados. Ahora est¨¢ tan presente en nuestra vida que constantemente vamos dejando a nuestro paso envases y envoltorios de pl¨¢stico: botellitas de agua, bandejas de comida, vasos de caf¨¦ con sus tapas, cucharas, cuchillos, pajaritas, bastoncitos de algod¨®n, envoltorios de caramelos, de chicles, bolsas de patatas fritas... ?Hasta en la ducha dejamos ir pl¨¢stico si usamos un gel exfoliante!
Poco pod¨ªamos imaginar que ese producto tan vers¨¢til y barato acabar¨ªa siendo un problema tan grave. La mayor parte del pl¨¢stico que utilizamos ahora son envases de un solo uso, de modo que, si no ponemos coto, acabaremos asfixiados por nuestros propios residuos. Solo en Espa?a tiramos 3.500 millones de botellas de pl¨¢stico al a?o.
Pero la fiesta se acaba. Para 2030, es decir, dentro de 12 a?os, todo el pl¨¢stico que se produzca y se utilice en Europa tendr¨¢ que ser dise?ado de manera que pueda reciclarse o reutilizarse. Las autoridades comunitarias est¨¢n relativamente satisfechas del resultado de la directiva sobre bolsas de pl¨¢stico y ahora quieren aplicar nuevas y ambiciosas medidas para controlar los envases en una estrategia que ser¨¢ sometida a consulta p¨²blica a lo largo de este a?o.
La UE quiere aprovechar la nueva normativa para sentar las bases de una nueva econom¨ªa circular. Quiere hacer de la necesidad virtud, que es la mejor manera de ser virtuoso, sobre todo si el deseo va acompa?ado de reglas precisas de obligado cumplimiento. El cambio exigir¨¢ un gran esfuerzo por parte de los fabricantes y las marcas, pero tambi¨¦n por parte de los consumidores. Los europeos generamos cada a?o 25 millones de toneladas de residuos de pl¨¢stico, pero apenas se recicla un 30%. El resto del que se recoge va a parar a incineradoras o vertederos. Pero tambi¨¦n hay una parte del que no se recicla que va a parar a nuestros pulmones y nuestro tubo digestivo en forma de part¨ªculas de menos de 5 mil¨ªmetros que se dispersan en el ambiente por la lenta degradaci¨®n de los envases.
Especialmente oneroso para el medio ambiente son los envases de un solo uso, que han multiplicado en poco tiempo el volumen total de residuos. Al esfuerzo de recogerlos hay que a?adir el coste de la incineraci¨®n. He aqu¨ª una comparaci¨®n que permite calibrar la magnitud del problema: dejar de reciclar un mill¨®n de toneladas de pl¨¢stico equivale, en ahorro de combustible y contaminaci¨®n, a sacar de la circulaci¨®n un mill¨®n de coches. Va a costar renunciar a la comodidad que representan los envases de pl¨¢stico, especialmente los de un solo uso. Pero cuanto antes lo hagamos, mejor.
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